Ains... Estoy tristona. Sobre todo porque ayer volví a trabajar después de diez días de vacaciones, y eso deprime un poco. Sobre todo cuando el trabajo quema mucho y el primer día ya es apoteósico. Y sobre todo cuando llegan las nueve de la noche y te estás arrastrando por las esquinas, gracias a un magnífico jet lag que dura ya tres días.
Pero de vez en cuando me acuerdo de todas las cosas chulas que hemos visto en Tokio, de las risas que nos hemos echado, del dolor de pies, de las miles de fotos, de las comidas raras, de la brecha cultural, del Kantooooo pass, del Fuji, de los rascacielos y los templos, entonces se me pone una sonrisa tonta en la boca y me quedo un rato en Babia... o en Japón.
Y bueno, aparte de los altibajos y el quedarme sopa a las nueve de la noche como su tuviera tres años, la vuelta a la rutina es inevitable, así que intento verle la parte buena... ¡Ya es juérgoles! :)
Y ya, que pronto llegarán las entradas sobre el viaje y aburriré a las piedras.
jueves, 21 de noviembre de 2013
viernes, 8 de noviembre de 2013
Hasta la vuelta (del otro lado del mundo).
Llevo ya unos cuantos días sin entrar por aquí. Entre el puente y la preparación del viaje no he tenido mucho tiempo ni tampoco mucho que contar. La semana al final se me ha ido en preparativos. Tengo ganas de ir al aeropuerto, porque la última vez que fui, fue para recoger a Andrea y me quedé con ganas de coger un avión. Me gustaría también que las dieciséis horas de viaje se me pasen rápido, pero no sé si eso va a ser posible...
Mientras tanto seguimos ultimando detalles. El otro día formateando una de las tarjetas de memoria de la cámara. El sábado fuimos a comprar adaptadores para los enchufes. Cambiando euros por yenes (muy sobrios, como dice Andrea, no los recordaba así). Ayer Dani fue a dejar a Polete con unos amigos que le van a cuidar*. Hoy haciendo la maleta. Nos queda llamar al taxi para que mañana venga a recogernos antes de las cinco de la mañana, porque nuestro vuelo sale a las siete rumbo a Roma. Ya tengo la sensación de hormigueo en el estómago, así que esta noche no sé cómo dormiré. Poco sí, eso seguro.
Pues eso, que volveré con una completa guía de lo que vamos a ver (visitar, admirar, flipar en colorines), así que en las próximas semanas aburriré con el tema nipón ^-^
¡Hasta la vuelta!
PD: La otra vez también utilicé esta foto antes de ir a Japón, pero aquella vez no vimos el Fuji. Esta vez tiene pinta que sí vamos a ir a hacerle una visitilla :)
* Ains... Esta mañana le estoy echando de menos al peluche orejotas, que me hace mucha compañía todos los días... Parece mentira el cariño que se le coge a una cosa tan chica.
Mientras tanto seguimos ultimando detalles. El otro día formateando una de las tarjetas de memoria de la cámara. El sábado fuimos a comprar adaptadores para los enchufes. Cambiando euros por yenes (muy sobrios, como dice Andrea, no los recordaba así). Ayer Dani fue a dejar a Polete con unos amigos que le van a cuidar*. Hoy haciendo la maleta. Nos queda llamar al taxi para que mañana venga a recogernos antes de las cinco de la mañana, porque nuestro vuelo sale a las siete rumbo a Roma. Ya tengo la sensación de hormigueo en el estómago, así que esta noche no sé cómo dormiré. Poco sí, eso seguro.
Pues eso, que volveré con una completa guía de lo que vamos a ver (visitar, admirar, flipar en colorines), así que en las próximas semanas aburriré con el tema nipón ^-^
¡Hasta la vuelta!
PD: La otra vez también utilicé esta foto antes de ir a Japón, pero aquella vez no vimos el Fuji. Esta vez tiene pinta que sí vamos a ir a hacerle una visitilla :)
* Ains... Esta mañana le estoy echando de menos al peluche orejotas, que me hace mucha compañía todos los días... Parece mentira el cariño que se le coge a una cosa tan chica.