No voy a explicar cómo se hace una socialización, porque hay mucha información ya en el internet y no voy a aportar mucho a lo que ya hay. Yo saqué la información de dos sitios principalmente, de La Madriguera y de ANAC:
Socialización en La Madriguera.
Socialización en ANAC.
También en el foro de ANAC, de los socios que contaban sus experiencias de socialización.
Bueno, como bien dicen en esas páginas hay dos formas de socializar a los conejos. Una poco a poco, poniendo las jaulas juntas y viendo cómo reaccionan hasta terminar juntándoles en una sola jaula, y otra "a lo mecagüen", usando una zona neutral (o
la cúpula del trueno, como dice mi marido). Nosotros hemos hecho un poco de mezcla. Al principio dejamos a Damara en un parque cerrado, en una habitación que teníamos medio vacía, y Paul en su jaula en el salón, como siempre. Queríamos darle a Damara unos días para adaptarse y que estuviera más tranquila. El problema es que la habitación donde estaba la conejita era la habitación donde Paul había tenido sus cajas y su casita de heno para jugar, que nos las llevamos al salón. Pero Paul siempre ha estado suelto por la casa, es muy cotilla y a la mínima que entrábamos a la habitación a ver cómo estaba la conejita, a darle la comida o cambiarle la esquinera, Paul se colaba y cotilleaba.
La primera vez que se vieron la reacción de Paul fue de "no me entero que haya otro conejo aquí" y cuando se dio cuenta, se quedó alucinado, el pobre, porque casi no ha tenido contacto con otros conejos. Después de ver que no se mataban de primeras, dejamos a Paul entrar un poco en la habitación, pero lo ponía todo perdido de caca y pis cada vez que estaba más de cinco minutos cerca de Damara, así que decidimos optar por la zona neutral.
Limpié bien la habitación con vinagre, puse un hule bien grande en el suelo para los pises y las cacas (lo pegué con cinta de embalar al suelo para que no se moviera y no se comieran los bordes) y cerramos un espacio de unos cinco metros cuadrados con unos cartones grandes que teníamos haciendo de valla. Puse una esquinera nueva, una casita de heno nueva, una camita nueva, unas cajas de cartón, agua, heno y verduras. Y para dentro que fueron los dos, aprovechando unos días que estuve de baja, para poder controlarles en todo momento.
Los primeros momentos no fueron malos, porque estaban entretenidos comiendo y explorando el terreno. Después empezaron las persecuciones. Era Paul el que gruñía y perseguía a Damara sobre todo, pero sin atacarse en ningún momento, no voló ni un mechón de pelo conejil. También empezaron a hacer cacas por todas partes y Paul hizo algún que otro pis en aspersión. En fin que los dejamos a su bola al ver que no se atacaban para que se fueran conociendo. Por la noche ya estaban comiendo heno juntos.
Aquí un vídeo de los primeros momentos, cuando ya había comprobado que no se atacaban.
Aún así, como todavía había alguna carrera les dejamos toda la noche dentro de la zona neutral
porsiaca. Yo me levantaba de vez en cuando a ver si no había mechones de pelo y estaban tranquilos. Por la mañana del día siguiente, como ya estaba tranquilos y parecía que la cosa no iba a ir peor, después de 24 horas juntos, les metí en su jaula nueva para que la estrenaran los dos a la vez.
Al final, con los días han pasado de tolerarse a llevarse muy bien, con muchos besitos incluidos y siestas repanchingados los dos bien juntitos. También juegan a perseguirse por la habitación donde tienen la jaula, pero nunca se han atacado, aunque parece que la macho alfa de la relación ha acabado siendo Damara.
Aquí unos cuantos cariñitos:
Siempre que están tranquilos y juntos Paul se agacha y se pone en posición de "hazme mimos" XD
Después de la socialización, suponemos que por el estrés, Paul ha pasado por una época de depilarse las patas, todas. También le ha salido alguna calvita, que desde que tuvo hongos le salen cuando pasa algún periodo de estrés. Pero ahora parece que ya le está saliendo otra vez el pelo por todas partes y tiene su humor cariñoso y juguetón de siempre. Damara lo ha llevado mejor. A veces sale corriendo porque Paul la agobia pidiendo mimos, pero parece que está muy cómoda porque ya había convivido con otros conejos en su casa de acogida. Todavía no se atreve a salir de la habitación donde está la jaula, pero por la habitación se pasea, destruye cajas de cartón (es una destructora de todo lo que pilla) y corretea.
En fin, que fue todo más sencillo de lo que pensábamos y nos salió muy bien la jugada. Al principio me daba canguelo que no se llevasen bien y que al final tuviésemos que tenerlos separados, pero finalmente ha salido de la mejor manera posible y me alegro un montón de haber adoptado a Damara. Ahora ya no me da tanta cosita cuando se quedan solos en casa porque me voy a currar, porque se hacen compañía.