Llegará un momento, dentro de 20, 30 o 50 años, en que la siguiente generación nos juzgará. Como nosotros juzgamos a los alemanes que miraban para otro lado mientras el nazismo mataba judíos, negros, gitanos y homosexuales con impunidad. Como nosotros juzgamos a los sudafricanos que permitieron el apartheid. Como juzgamos a los responsables del genocidio en Ruanda en los noventa. Como juzgamos el gueto de Varsovia o la masacre de Srebrenica.
Nuestros hijos nos mirarán y se preguntarán cómo permitimos que ocurriera algo así, tan cerca, si somos buenas personas. Por qué sólo nos indignamos un poco con la foto de un niño (casi bebé) muerto en una playa, y luego ya nos desensibilizamos para el resto de horrores que llegaron después. Para qué tanta era de la información, si no hacíamos nada con ella.
Y ante esa mirada sólo cabrá sentir vergüenza. La misma vergüenza, rabia e impotencia que me produce ahora.
PD. Esta entrada la escribí ayer, y hoy... más rabia, más impotencia, más miedo...
martes, 22 de marzo de 2016
domingo, 20 de marzo de 2016
Celebraciones y planes.
Este fin de semana lo hemos tenido completito.
El viernes fue el cumple del sobri, dos añitos ya, qué mayor y qué salao está el jodío. Ayer lo celebramos, con una comida familiar, en la que los dos peques se portaron como mayores, casi toda la comida sentados y tranquilos. Sofía hasta se echó una siesta en el carro dentro del restaurante (y su padre y yo no dábamos crédito). Vamos, que tenemos unos chiquinines que son unos campeones y lo ponen superfácil.
Ayer también fue el día del padre, el primero de Dani como papá. No voy a volver a repetir lo buen padre que me parece, y lo que quiere a la chiquinina, porque me repito un montón. Y del mío (mi padre) aunque no le vi ayer, sí que hablamos. Y poco le puedo decir para agradecerle todo lo que ha hecho por mí, y sigue haciendo, sólo que pocas personas conozco como él, y ninguno mejor como padre y como abuelo.
Y hoy otra vez de celebración. No porque empiece la Semana Santa, que me toca currar hasta el miércoles, sino porque hemos estrenado primavera por fin. No es que el invierno haya sido muy invernal, valga la rebuznancia, pero que llegue la primavera significa que ya queda menos para el verano (y las vacaciones, y la playa...). Y mientras espero que llegue el verano, he planificado un par de viajes para que la espera sea más leve. El primero empieza el jueves, que nos vamos a Vizcaya cuatro días. Y el siguiente será en Mayo, que me llevo a mi marido (y la peque) a darnos besos bajo la torre Eiffel. Cómo mola cumplir propósitos viajeros :D
El viernes fue el cumple del sobri, dos añitos ya, qué mayor y qué salao está el jodío. Ayer lo celebramos, con una comida familiar, en la que los dos peques se portaron como mayores, casi toda la comida sentados y tranquilos. Sofía hasta se echó una siesta en el carro dentro del restaurante (y su padre y yo no dábamos crédito). Vamos, que tenemos unos chiquinines que son unos campeones y lo ponen superfácil.
Ayer también fue el día del padre, el primero de Dani como papá. No voy a volver a repetir lo buen padre que me parece, y lo que quiere a la chiquinina, porque me repito un montón. Y del mío (mi padre) aunque no le vi ayer, sí que hablamos. Y poco le puedo decir para agradecerle todo lo que ha hecho por mí, y sigue haciendo, sólo que pocas personas conozco como él, y ninguno mejor como padre y como abuelo.
Y hoy otra vez de celebración. No porque empiece la Semana Santa, que me toca currar hasta el miércoles, sino porque hemos estrenado primavera por fin. No es que el invierno haya sido muy invernal, valga la rebuznancia, pero que llegue la primavera significa que ya queda menos para el verano (y las vacaciones, y la playa...). Y mientras espero que llegue el verano, he planificado un par de viajes para que la espera sea más leve. El primero empieza el jueves, que nos vamos a Vizcaya cuatro días. Y el siguiente será en Mayo, que me llevo a mi marido (y la peque) a darnos besos bajo la torre Eiffel. Cómo mola cumplir propósitos viajeros :D
jueves, 17 de marzo de 2016
Más viruses...
Ya me lo habían dicho pero no imaginaba que iba a ser tanto. La peque lleva un mes justo de guarde y vamos por la segunda infección con fiebre. Y esta vez fiebre muy alta y muy frecuente, que el Apiretal no le dura ni tres horas. Hoy parece que está mejor, lleva desde esta mañana sin fiebre, pero anoche a las cuatro de la mañana nos tocó hasta bañito de agua templada porque estaba a cuarenta de fiebre. Y da mucha penita que esté así, y eso que no se la ve mal, sigue comiendo y está de buen humor, pero aún así...
Y Dani y yo hemos pasado a ser padres-zombies, vamos por la vida como muertos vivientes, que no pueden con su alma, con dolor de cuerpo y mal humor por la falta de sueño. También nos habían hablado de ello, pero no me lo imaginaba taaaannnn cansado. En fin, que si no nos divorciamos de esta, es que podemos con lo que nos echen.
Que me devuelvan mi excedencia, por favor, con lo a gusto que estaba yo en mi casa con mi chiquinina. Pero nada, que como seguimos siendo pobres trabajadores y no nos toca el euromillón, pues ajo y agua es lo que nos toca.
Y espero que cuando recupere un poco mi lucidez mental y los ánimos, pueda volver a actualizar con un poco más de frecuencia.
Minuto y resultado: ayer (que fue cuando escribí la entrada) por la tarde a última hora la llevamos a urgencias porque estaba más apagadilla y volvía a tener fiebre muy alta. Nos dijeron que no veían foco y que preferían esperar un par de días a ver la evolución. Esta mañana teníamos cita en el pediatra y le ha visto un oído con otitis, así que le toca tomar antibiótico una semana. A ver si ya sí que se recupera de ésta...
PD: Perdón por la redacción bastante cutre, aunque en mi línea, pero mis funciones cognitivas no dan para más hoy.
Y Dani y yo hemos pasado a ser padres-zombies, vamos por la vida como muertos vivientes, que no pueden con su alma, con dolor de cuerpo y mal humor por la falta de sueño. También nos habían hablado de ello, pero no me lo imaginaba taaaannnn cansado. En fin, que si no nos divorciamos de esta, es que podemos con lo que nos echen.
Que me devuelvan mi excedencia, por favor, con lo a gusto que estaba yo en mi casa con mi chiquinina. Pero nada, que como seguimos siendo pobres trabajadores y no nos toca el euromillón, pues ajo y agua es lo que nos toca.
Y espero que cuando recupere un poco mi lucidez mental y los ánimos, pueda volver a actualizar con un poco más de frecuencia.
Minuto y resultado: ayer (que fue cuando escribí la entrada) por la tarde a última hora la llevamos a urgencias porque estaba más apagadilla y volvía a tener fiebre muy alta. Nos dijeron que no veían foco y que preferían esperar un par de días a ver la evolución. Esta mañana teníamos cita en el pediatra y le ha visto un oído con otitis, así que le toca tomar antibiótico una semana. A ver si ya sí que se recupera de ésta...
PD: Perdón por la redacción bastante cutre, aunque en mi línea, pero mis funciones cognitivas no dan para más hoy.
sábado, 12 de marzo de 2016
Si no estás bien con tu pareja, no tengáis un hijo.
Llevaba como tres meses con esta entrada en el tintero, pero hoy he visto una tira cómica en Internet que refleja tan bien lo que quería contar, que me he decidido a publicarla.
La tira es esta (pincha para verla grande).
Hay gente que se plantea tener un hijo cuando las cosas no van muy bien en su pareja, "porque un hijo nos va a unir más" o "porque un hijo nos dará felicidad"... Error. Ahora que estoy pasando por ello, puedo decir que tener un hijo (en mi caso, hija) es un momento de gran estrés y te pone a prueba en muchos niveles (física, psicológica y emocionalmente), y la pareja es uno de ellos.
No voy a negar que también es de lo mejor que he hecho en mi vida. Sientes que quieres a esa personita como nunca habías querido a nadie, no por cómo es o por lo que te hace sentir, sino simplemente por el hecho de existir, porque ha salido de ti y te necesita como nadie te ha necesitado. Y es algo que has hecho con tu pareja, es parte de los dos, y eso te hace sentir mucho más cercana a él que nunca antes.
Pero también es una de las etapas más intensas y estresantes que he vivido nunca. Sobre todo los primeros meses tienes que enfrentarte a muchos cambios en tu vida, que pueden afectar a tu pareja. No vas a tener mucho tiempo para dedicar ni a ti ni al otro, al principio sólo tienes tiempo para tu bebé. Tampoco vas a tener fuerzas ni ganas de hacer muchas cosas que antes hacías en pareja. El cansancio y las hormonas te convierten en una montaña rusa emocional, y puedes saltar por tonterías o derrumbarte por chorradas que parecen un mundo. Para mí ha sido muy importante poder apoyarme en Dani, saber que está conmigo en esto, y que él haya sido tolerante y un punto de estabilidad.
Hay que hacer un esfuerzo por volver a encontrar el equilibrio, volver a sentirse pareja tras varios meses en los que sólo habéis sido padres. Y si no estás en un buen momento como pareja, puede que no tengas ganas de hacer ese esfuerzo, de volver a acercarte al otro, y la pareja acabe sin serlo realmente, pase a ser los padres del bebé o compañeros de piso.
Creo que es bueno estar en un momento en que no hace tanta falta estar con tu pareja o sentirse parte de ella, como querer emprender un proyecto juntos, aunque al principio os sintáis un poco más lejos que antes. Si hay suficiente confianza, cariño y complicidad, no es tan difícil volver a encontrar una estabilidad, volver a dar espacio y tiempo a la pareja, encontrar una nueva dinámica en la que estar a gusto los dos. A veces cuesta bastante tiempo, muchos meses, aunque la pareja esté bien, así que me imagino que si está mal, el esfuerzo tiene que ser tan grande que no merece la pena. Y la "solución" al problema acaba siendo otro problema más.
La tira es esta (pincha para verla grande).
Hay gente que se plantea tener un hijo cuando las cosas no van muy bien en su pareja, "porque un hijo nos va a unir más" o "porque un hijo nos dará felicidad"... Error. Ahora que estoy pasando por ello, puedo decir que tener un hijo (en mi caso, hija) es un momento de gran estrés y te pone a prueba en muchos niveles (física, psicológica y emocionalmente), y la pareja es uno de ellos.
No voy a negar que también es de lo mejor que he hecho en mi vida. Sientes que quieres a esa personita como nunca habías querido a nadie, no por cómo es o por lo que te hace sentir, sino simplemente por el hecho de existir, porque ha salido de ti y te necesita como nadie te ha necesitado. Y es algo que has hecho con tu pareja, es parte de los dos, y eso te hace sentir mucho más cercana a él que nunca antes.
Pero también es una de las etapas más intensas y estresantes que he vivido nunca. Sobre todo los primeros meses tienes que enfrentarte a muchos cambios en tu vida, que pueden afectar a tu pareja. No vas a tener mucho tiempo para dedicar ni a ti ni al otro, al principio sólo tienes tiempo para tu bebé. Tampoco vas a tener fuerzas ni ganas de hacer muchas cosas que antes hacías en pareja. El cansancio y las hormonas te convierten en una montaña rusa emocional, y puedes saltar por tonterías o derrumbarte por chorradas que parecen un mundo. Para mí ha sido muy importante poder apoyarme en Dani, saber que está conmigo en esto, y que él haya sido tolerante y un punto de estabilidad.
Hay que hacer un esfuerzo por volver a encontrar el equilibrio, volver a sentirse pareja tras varios meses en los que sólo habéis sido padres. Y si no estás en un buen momento como pareja, puede que no tengas ganas de hacer ese esfuerzo, de volver a acercarte al otro, y la pareja acabe sin serlo realmente, pase a ser los padres del bebé o compañeros de piso.
Creo que es bueno estar en un momento en que no hace tanta falta estar con tu pareja o sentirse parte de ella, como querer emprender un proyecto juntos, aunque al principio os sintáis un poco más lejos que antes. Si hay suficiente confianza, cariño y complicidad, no es tan difícil volver a encontrar una estabilidad, volver a dar espacio y tiempo a la pareja, encontrar una nueva dinámica en la que estar a gusto los dos. A veces cuesta bastante tiempo, muchos meses, aunque la pareja esté bien, así que me imagino que si está mal, el esfuerzo tiene que ser tan grande que no merece la pena. Y la "solución" al problema acaba siendo otro problema más.
miércoles, 9 de marzo de 2016
Díselo cantando...
Como dirían los Mojinos...
Y eso, que la vuelta al curro me está sentando fatal :(
Y eso, que la vuelta al curro me está sentando fatal :(
jueves, 3 de marzo de 2016
Once meses.
Bufff... Casi no llego a tiempo para esta entrada. Yo creo que ya haré la del año y no seguiré contando mes a mes porque no me llega la vida pa tó.
Este mes ha sido de cambios y adaptación. Yo he empezado a trabajar esta semana y la peque lleva tres semanas yendo a la guardería. La adaptación ha ido mejor de lo que esperaba. Lo he pasado yo peor que ella. Ahora ya sólo llora cuando la deja Dani por la mañana, el resto del día lo pasa bien (o resignada) y por las tardes conmigo está contenta, y duerme bastante bien. Eso sí, se pasa casi toda la tarde agarrada a mí como un monete. Los que estaban deseando que la niña fuera a la guarde para que se acostumbrarse a estar con otros, se deben estar tirando de los pelos, porque no se quiere separar de mi ni en broma. Yo ya sabía que esto es lo normal, pero me da un poco de pereza dar explicaciones a todo el mundo.
Más cosas. Este mes ha empezado a ponerse de pie agarrada y ha empezado a andar si la llevamos agarrada. Y esto de ver el mundo desde otra perspectiva ha hecho que lo de arrastrarse y gatear ni lo intente ya. Eso sí, culetear lo tiene muy dominado. Este mes también ha empezado a bailar un montón cuando oye música. Es muy graciosa porque primero da palmas y después se gira de un lado a otro. Tiene un piano que le regalaron en navidades que lo tiene frito ya (y a mí un poco también con las cancioncitas). Se entretiene muchísimo ella solita, siempre que yo esté en su campo de visión. Es un gusto porque tengo ratos que puedo hacer cosas y ella está jugando. Y la podemos llevar a comer por ahí, o a cualquier sitio, y está un montón de rato sentada, jugando, sin quejarse casi. Lo único malo es que últimamente también quiere andar, y nos toca dar paseos con ella de vez en cuando.
Está comiendo muy bien otra vez. En la guardería le dan unos purés que no me los como ni yo, y trocitos también de lo que coman los mayores de segundo. Estuvimos unos días intentando que tomase bibe con mi leche para desayunar, pero se toma mucho mejor la papilla, y así yo no me tengo que sacar leche. He conseguido no tener que sacarme en el trabajo. Como hemos ido aumentando poco a poco las horas que ha ido a la guardería, (mis tetas y yo) hemos tenido tiempo de acostumbrarnos. De todas formas llego a las cuatro de la tarde a tope, y me estoy llevando el sacaleches estos primeros días por si acaso lo necesito. Hemos introducido por fin el huevo. Como en la revisión de los 10 meses la pediatra nos dijo que lo hiciéramos despacio, primero yema y luego clara, me dio cosa hacerlo como pensaba (darle un trocito de tortilla y listo). Así que lo hice a medias. Un par de días le di un poco de yema de huevo cocido, primero media y luego casi entera, y al tercer día un poco de tortilla :P
El sueño... Bueno, cualquier cosa me parece bien después del mes y medio que pasamos cuando estaba malita. Ahora tiene unos tres o cuatro despertares por la noche. La intento acostar sobre las ocho u ocho y media porque se levanta a las siete y media. En la guardería hace una siesta sobre las doce y media, después de comer, y por la tarde hay días que necesita dormir otro ratito, o llegan las ocho y no quiere ni cenar. Los fines de semana, mejora la cosa porque se echa una siesta por la tarde y como se duerme más tarde, hasta las diez no se suele despertar, y así nosotros también dormimos un poco más.
Está parloteando un montón, ya empieza a intentar imitar algunos sonidos. Por ejemplo, si le digo "hola hola hola hola", ella a veces dice "olla" o algo así. A veces repite mamá o papá, pero la mayoría del tiempo va por libre. Sigue siendo una grititos, cuando está contenta pega unas voces que a veces parecen ultrasonidos, y cuando ve a los conejos o a su primo suele ser el despiporre XD
Está muy graciosa y preciosa (qué voy a decir yo, que soy su madre). Ha cogido peso desde la revisión de los 10 meses, en la báscula de casa por fin hemos superado la barrera de los ocho kilos, y está echando barrigota otra vez. Nos estamos pensando hacerle su primer corte de pelo, para igualárselo un poco, y porque ya lo va teniendo larguito. Y cada día está más rubia, con lo morena que nació...
Ya la próxima, la celebración del año. Ains, se me ha pasado en un suspiro, jo.
Este mes ha sido de cambios y adaptación. Yo he empezado a trabajar esta semana y la peque lleva tres semanas yendo a la guardería. La adaptación ha ido mejor de lo que esperaba. Lo he pasado yo peor que ella. Ahora ya sólo llora cuando la deja Dani por la mañana, el resto del día lo pasa bien (o resignada) y por las tardes conmigo está contenta, y duerme bastante bien. Eso sí, se pasa casi toda la tarde agarrada a mí como un monete. Los que estaban deseando que la niña fuera a la guarde para que se acostumbrarse a estar con otros, se deben estar tirando de los pelos, porque no se quiere separar de mi ni en broma. Yo ya sabía que esto es lo normal, pero me da un poco de pereza dar explicaciones a todo el mundo.
Más cosas. Este mes ha empezado a ponerse de pie agarrada y ha empezado a andar si la llevamos agarrada. Y esto de ver el mundo desde otra perspectiva ha hecho que lo de arrastrarse y gatear ni lo intente ya. Eso sí, culetear lo tiene muy dominado. Este mes también ha empezado a bailar un montón cuando oye música. Es muy graciosa porque primero da palmas y después se gira de un lado a otro. Tiene un piano que le regalaron en navidades que lo tiene frito ya (y a mí un poco también con las cancioncitas). Se entretiene muchísimo ella solita, siempre que yo esté en su campo de visión. Es un gusto porque tengo ratos que puedo hacer cosas y ella está jugando. Y la podemos llevar a comer por ahí, o a cualquier sitio, y está un montón de rato sentada, jugando, sin quejarse casi. Lo único malo es que últimamente también quiere andar, y nos toca dar paseos con ella de vez en cuando.
Está comiendo muy bien otra vez. En la guardería le dan unos purés que no me los como ni yo, y trocitos también de lo que coman los mayores de segundo. Estuvimos unos días intentando que tomase bibe con mi leche para desayunar, pero se toma mucho mejor la papilla, y así yo no me tengo que sacar leche. He conseguido no tener que sacarme en el trabajo. Como hemos ido aumentando poco a poco las horas que ha ido a la guardería, (mis tetas y yo) hemos tenido tiempo de acostumbrarnos. De todas formas llego a las cuatro de la tarde a tope, y me estoy llevando el sacaleches estos primeros días por si acaso lo necesito. Hemos introducido por fin el huevo. Como en la revisión de los 10 meses la pediatra nos dijo que lo hiciéramos despacio, primero yema y luego clara, me dio cosa hacerlo como pensaba (darle un trocito de tortilla y listo). Así que lo hice a medias. Un par de días le di un poco de yema de huevo cocido, primero media y luego casi entera, y al tercer día un poco de tortilla :P
El sueño... Bueno, cualquier cosa me parece bien después del mes y medio que pasamos cuando estaba malita. Ahora tiene unos tres o cuatro despertares por la noche. La intento acostar sobre las ocho u ocho y media porque se levanta a las siete y media. En la guardería hace una siesta sobre las doce y media, después de comer, y por la tarde hay días que necesita dormir otro ratito, o llegan las ocho y no quiere ni cenar. Los fines de semana, mejora la cosa porque se echa una siesta por la tarde y como se duerme más tarde, hasta las diez no se suele despertar, y así nosotros también dormimos un poco más.
Está parloteando un montón, ya empieza a intentar imitar algunos sonidos. Por ejemplo, si le digo "hola hola hola hola", ella a veces dice "olla" o algo así. A veces repite mamá o papá, pero la mayoría del tiempo va por libre. Sigue siendo una grititos, cuando está contenta pega unas voces que a veces parecen ultrasonidos, y cuando ve a los conejos o a su primo suele ser el despiporre XD
Está muy graciosa y preciosa (qué voy a decir yo, que soy su madre). Ha cogido peso desde la revisión de los 10 meses, en la báscula de casa por fin hemos superado la barrera de los ocho kilos, y está echando barrigota otra vez. Nos estamos pensando hacerle su primer corte de pelo, para igualárselo un poco, y porque ya lo va teniendo larguito. Y cada día está más rubia, con lo morena que nació...
Ya la próxima, la celebración del año. Ains, se me ha pasado en un suspiro, jo.