martes, 25 de diciembre de 2018
Felices fiestas.
Dimos el pistoletazo de salida a las celebraciones navideñas hace diez días, con la tradicional comida del grupo de amigos. Comida porque ya tenemos unos cuantos peques y así ellos también pueden disfrutar de la reunión e ir haciendo pandilla. Nos hacemos mayores, pero me gusta ver cómo evolucionan nuestras vidas. Se nota la diferencia de celebrar estas fiestas con niños cerca. Mola un montón la ilusión que le ponen y lo que flipan con todo. Volver a vivir la Navidad a través de la chiquinina está siendo una gran experiencia, llena de detalles que ya se me habían olvidado.
Este fin de semana ha sido también un no parar, entre la comida con mi familia en el pueblo, la Nochebuena con la familia de Dani y la Navidad con la mía, una comilona tras otra y ya no me entran casi los vaqueros que tengo. No voy a hacer propósito de ir al gimnasio ni de comer mejor, porque seguro que no lo cumplo. Y esto, el repaso del año, que ha sido intenso, y mis planes para el año que viene, vendrán en otra entrada. Espero que antes del año nuevo, pero no prometo nada porque me espera una semana cargadita de trabajo.
En fin, que me he asomado aquí un momento para desearnos felices fiestas, que las disfrutemos con todos los que queremos y que recordemos con mucho amor a los que no están.
¡Feliz Navidad!
¡Y feliz solsticio! Ya queda menos para el verano XD
martes, 18 de diciembre de 2018
Cuatro días en coche por Navarra.
Aprovechando que en el puente de diciembre la chiquinina no tenía cole, y yo estaba ya con ganas de una escapada, estuve buscando destinos, pero a un mes vista estaba todo bastante carete. En una cuenta que sigo de Ig vi que habían estado en la zona sur y centro de Navarra y me gustaron un par de cosas, así que me puse a buscar alojamiento. Encontré el hotel Hola Tafalla, que es un cuatro estrellas a las afueras de Tafalla, muy bien de precio (para ser una habitación triple y las fechas que eran), moderno, limpio, con camas supercómodas y el personal encantador. Allí dormimos cuatro noches, desayunamos todos los días y cenamos tres noches, porque aunque estaba cerca del centro del pueblo (a unos diez minutos andando), nos era muy cómodo y nos gustó bastante el restaurante del hotel.
Llegamos el miércoles por la noche, para poder tener el jueves entero para ver cosas: El viaje fue un poco largo, lo hicimos todo de noche, hay bastantes kilómentros que es por carretera nacional y no hay autovía, y encontramos algo de niebla, así que llegamos un poco cansados y bastante tarde, aunque en el hotel nos pudieron dar de cenar.
El jueves vimos Olite, con su famoso palacio real, Estella y Puente la Reina. Lo que más nos gustó fue el palacio de Olite. La pena es que no pudimos contratar la visita para niños, que es teatralizada, porque estaba ya todo lleno, así que viene bien reservar la visita antes. El castillo es precioso, muy bien rehabilitado, y el pueblo también es bonito. Después de la visita nos fuimos a comer a Estella. Tendríamos que haber reservado para comer en algún sitio, prque estaba todo lleno y estuvimos bastante tiempo buscando un sitio para comer, pero finalmente lo encontramos y comimos unas raciones de rabas, chistorra y pollo tan ricas. Después de comer dimos una vuelta por la zona bonita del pueblo, al otro lado del río, y de camino de vuelta al hotel paramos un momento a ver el famoso puente románico de Puente la Reina. La pena de ir en diciembre, es que a las seis ya es de noche y se nos acababa el día, pero así también nos lo hemos tomado con más relax.
Olite:
Estella:
Puente la Reina:
El viernes fuimos al Foz de Lumbier, Ujué y dimos una vuelta por Tafalla. El foz me gustó mucho. Es un camino que pasa por un desfiladero, por donde antes pasaba el tren eléctrico. La ruta es muy fácil de hacer y lo de pasar por los dos túneles a la peque le hizo mucha gracia. La parte final, que es subir al puente del diablo, fue más complicada. Yo lo pasé regular, porque es un sendero muy estrecho, al lado del desfiladero. Llevábamos a la chiquinina en la mochila, pero para niños y personas mayores no lo veo. Al final las vistas merecen la pena. En Ujué comimos en un asador estupendo, aunque algo carete, pero el chuletón que compartimos estaba espectacular. Comimos bastante tarde porque tampoco habíamos reservado y tuvimos que esperar a las tres y media. Después de comer dimos una vuelta por el pueblo y ya se nos hizo casi de noche. Volvimos a Tafalla y nos dimos una vuelta para conocer también el pueblo y nos tomamos un pincho.
Foz de Lumbier:
Ujué:
El sábado dedicamos la mañana a ver las Bárdenas Reales. Lo llaman el desierto de Arizona navarro, y tiene ciertas similitudes con aquél. Me recordó sobre todo a Monument Valley (aunque aquél es muchísmo más espectacular), porque se hace una ruta circular en coche y te vas parando a hacer fotos en los puntos de interés. A mí me gustó mucho esta visita, la chiquinina estuvo viendo la tablet casi todo el tiempo (se tarda una hora y media más las paradas) y a Dani no le gustó demasiado, así que la cosa va en gustos. Después nos fuimos a comer a Tudela, a un restaurante que, aunque en Google lo ponían bien, fue bastante desastre la comida, no nos gustó nada. Dimos una vuelta por el pueblo, que me dio la impresión de estar un poco descuidado. Al volver hacia el hotel le propuse a Dani cenar en Pamplona, pero la peque se nos quedó dormida, y estábamos un poco cansados, así que al final nos fuimos a descansar al hotel, a seguir en modo relax.
Bárdenas Reales:
Tudela:
Podíamos haber visto más cosas, pueblos como Tarazona, el monasterio de Fitero, el castillo de Javier o Pamplona, pero con los días tan cortos, con la peque que no aguanta mucho más trote y con nuestra necesidad también de descansar y de no hacer turismo extremo, vimos lo que vimos y a mí me supo bastante bien. Además, así tenemos excusa para volver :)
PD: Qué razón tiene mi profe de fotografía cuando dice que las fotos hay que dejarlas madurar. Me empeño en editarlas o subirlas a redes sociales nada más llegar del viaje y no me gusta ninguna, pero pasan un par de semanas o tres y descubro que me gustan mucho y muchas más.
Llegamos el miércoles por la noche, para poder tener el jueves entero para ver cosas: El viaje fue un poco largo, lo hicimos todo de noche, hay bastantes kilómentros que es por carretera nacional y no hay autovía, y encontramos algo de niebla, así que llegamos un poco cansados y bastante tarde, aunque en el hotel nos pudieron dar de cenar.
El jueves vimos Olite, con su famoso palacio real, Estella y Puente la Reina. Lo que más nos gustó fue el palacio de Olite. La pena es que no pudimos contratar la visita para niños, que es teatralizada, porque estaba ya todo lleno, así que viene bien reservar la visita antes. El castillo es precioso, muy bien rehabilitado, y el pueblo también es bonito. Después de la visita nos fuimos a comer a Estella. Tendríamos que haber reservado para comer en algún sitio, prque estaba todo lleno y estuvimos bastante tiempo buscando un sitio para comer, pero finalmente lo encontramos y comimos unas raciones de rabas, chistorra y pollo tan ricas. Después de comer dimos una vuelta por la zona bonita del pueblo, al otro lado del río, y de camino de vuelta al hotel paramos un momento a ver el famoso puente románico de Puente la Reina. La pena de ir en diciembre, es que a las seis ya es de noche y se nos acababa el día, pero así también nos lo hemos tomado con más relax.
Ruta del primer día |
Olite:
Estella:
Puente la Reina:
El viernes fuimos al Foz de Lumbier, Ujué y dimos una vuelta por Tafalla. El foz me gustó mucho. Es un camino que pasa por un desfiladero, por donde antes pasaba el tren eléctrico. La ruta es muy fácil de hacer y lo de pasar por los dos túneles a la peque le hizo mucha gracia. La parte final, que es subir al puente del diablo, fue más complicada. Yo lo pasé regular, porque es un sendero muy estrecho, al lado del desfiladero. Llevábamos a la chiquinina en la mochila, pero para niños y personas mayores no lo veo. Al final las vistas merecen la pena. En Ujué comimos en un asador estupendo, aunque algo carete, pero el chuletón que compartimos estaba espectacular. Comimos bastante tarde porque tampoco habíamos reservado y tuvimos que esperar a las tres y media. Después de comer dimos una vuelta por el pueblo y ya se nos hizo casi de noche. Volvimos a Tafalla y nos dimos una vuelta para conocer también el pueblo y nos tomamos un pincho.
Ruta del segundo día |
Foz de Lumbier:
Ujué:
El sábado dedicamos la mañana a ver las Bárdenas Reales. Lo llaman el desierto de Arizona navarro, y tiene ciertas similitudes con aquél. Me recordó sobre todo a Monument Valley (aunque aquél es muchísmo más espectacular), porque se hace una ruta circular en coche y te vas parando a hacer fotos en los puntos de interés. A mí me gustó mucho esta visita, la chiquinina estuvo viendo la tablet casi todo el tiempo (se tarda una hora y media más las paradas) y a Dani no le gustó demasiado, así que la cosa va en gustos. Después nos fuimos a comer a Tudela, a un restaurante que, aunque en Google lo ponían bien, fue bastante desastre la comida, no nos gustó nada. Dimos una vuelta por el pueblo, que me dio la impresión de estar un poco descuidado. Al volver hacia el hotel le propuse a Dani cenar en Pamplona, pero la peque se nos quedó dormida, y estábamos un poco cansados, así que al final nos fuimos a descansar al hotel, a seguir en modo relax.
Ruta del tercer día |
Bárdenas Reales:
Tudela:
Podíamos haber visto más cosas, pueblos como Tarazona, el monasterio de Fitero, el castillo de Javier o Pamplona, pero con los días tan cortos, con la peque que no aguanta mucho más trote y con nuestra necesidad también de descansar y de no hacer turismo extremo, vimos lo que vimos y a mí me supo bastante bien. Además, así tenemos excusa para volver :)
PD: Qué razón tiene mi profe de fotografía cuando dice que las fotos hay que dejarlas madurar. Me empeño en editarlas o subirlas a redes sociales nada más llegar del viaje y no me gusta ninguna, pero pasan un par de semanas o tres y descubro que me gustan mucho y muchas más.
sábado, 1 de diciembre de 2018
Noviembre de puentes y planes.
miércoles, 28 de noviembre de 2018
De puente a puente...
Y tiro porque me lleva la corriente. Esto de tener tres puentes en un mes y poco no sé si es mejor o peor, porque se acostumbra el cuerpo a lo bueno y después de navidades viene una época muy árida sin un sólo festivo hasta Semana Santa. Pero bueno, que nos quiten lo bailao. El puente de los Santos trabajé, así que tampoco fue para mucho. Hicimos una excursión a Aranjuez el sábado y nos hizo un día estupendo, así que paseamos por el palacio, comimos y después de comer paseamos por los jardines. Estaba muy otoñal y bonito, así que aproveché para sacar la cámara un rato. Comimos en un sitio que se llamaba La Pitaya, que nos gustó bastante.
El siguiente finde también fue puente en Madrid, porque se celebra la Almudena, que es la patrona de Madrid. Aunque en Alcorcón no es fiesta, la chiquinina se fugó el cole y aprovechamos para hacer gestiones. Y el domingo nos fuimos de brunch a El Ferry. Era la primera vez que nos íbamos de brunch, aunque para nosostros fue más una comida tempranera que un desayuno tardío, porque la peque se despertó a las ocho de la mañana. Nos pusimos las botas y después nos fuimos rodando a dar un paseo por Madrid.
Y hablando de paseos por Madrid, el viernes pasado, que era Black Friday, también era el encendido de alumbrado navideño y la inauguración de la Gran Vía, no se nos ocurrió mejor idea que irnos para allá, pensando igual que el resto de madrileños XD Nos lo pasamos muy bien viendo el ambiente prenavideño, los artistas callejeros y las luces. Nos clavaron tomando una caña en un sitio de pinchos y nos volvimos para casa.
Y ya queda ná para el siguiente puente. Justo una semana para coger el coche y tomar rumbo a Navarra. Vamos cuatro días con intención de conocer la zona sur: desde el palacio de Olite a las Bardenas Reales, pasando por Ujué, el castillo de Javier, el foz de Lumbier o Tarazona. Tengo muchas ganas de esta escapada en familia, y de disfrutar de la gastronomía navarra. No digo ná de escribir sobre ello porque tengo ya unas cuantas escapadas pendientes de traer por aquí. A ver si ahora que estoy editando fotos, me animo.
El siguiente finde también fue puente en Madrid, porque se celebra la Almudena, que es la patrona de Madrid. Aunque en Alcorcón no es fiesta, la chiquinina se fugó el cole y aprovechamos para hacer gestiones. Y el domingo nos fuimos de brunch a El Ferry. Era la primera vez que nos íbamos de brunch, aunque para nosostros fue más una comida tempranera que un desayuno tardío, porque la peque se despertó a las ocho de la mañana. Nos pusimos las botas y después nos fuimos rodando a dar un paseo por Madrid.
Y hablando de paseos por Madrid, el viernes pasado, que era Black Friday, también era el encendido de alumbrado navideño y la inauguración de la Gran Vía, no se nos ocurrió mejor idea que irnos para allá, pensando igual que el resto de madrileños XD Nos lo pasamos muy bien viendo el ambiente prenavideño, los artistas callejeros y las luces. Nos clavaron tomando una caña en un sitio de pinchos y nos volvimos para casa.
Y ya queda ná para el siguiente puente. Justo una semana para coger el coche y tomar rumbo a Navarra. Vamos cuatro días con intención de conocer la zona sur: desde el palacio de Olite a las Bardenas Reales, pasando por Ujué, el castillo de Javier, el foz de Lumbier o Tarazona. Tengo muchas ganas de esta escapada en familia, y de disfrutar de la gastronomía navarra. No digo ná de escribir sobre ello porque tengo ya unas cuantas escapadas pendientes de traer por aquí. A ver si ahora que estoy editando fotos, me animo.
jueves, 1 de noviembre de 2018
Octubre de veroño a frío polar.
En octubre hemos tenido tiempazo hasta hace dos días. La verdad es que se agradece porque yo no tenía muchas ganas de invierno, aunque parece que ya está aquí. Ha sido un mes de rutina, cole y trabajo, tardes de parque y fines de semana que pasan volando, sobre todo el que pudimos ir al pueblo, que lo disfruté cosa mala. Dimos un paseo por el campo, cogimos castañas y comimos y bebimos de lujo. ¡Quiero volver! También ha sido un mes de cambios en casa, porque hemos trasladado a los conejines a su ubicación que parece definitiva. Ahora están en el salón y la chiquinina se pasa el día queriendo jugar con ellos. Y ahora nos toca la adaptación al frío. Menos mal que la calefacción central de nuestra casa nueva es una maravilla :)
Y que nos quedan sólo dos meses de año. Esto ya está finiquitado.
Últimos días de terraza, pruebas fotográficas y saltar charcos. Atardecer rojo, varita mágica y conejines de estreno. Castañas, #laruralidad y juegos con las mascotas. |
Y que nos quedan sólo dos meses de año. Esto ya está finiquitado.
martes, 30 de octubre de 2018
Jaula CyC para conejos.
Desde que nos mudamos los conejos estaban en la habitación de la chiquinina, que está abonada al colecho y su habitación sirve de almacén de juguetes, básicamente. Allí teníamos nuestra jaula de dos pisos y el parque para que tuvieran bastante sitio para estar. Pero era un sitio provisional, porque en algún momento la niña querrá dormir en su propio cuarto. Y cuando eso ocurra, mejor que tenga la habitación bien montada, no sea que perdamos la oportunidad y se quede con nosotros hasta que vaya a la universidad XD
Bueno, el caso es que en el salón, que era el sitio al que quería trasladar a los conejos, la jaula de dos pisos ocupa mucho espacio. Aparte de que está toda comida por ser de madrea, y estaban empezando a mear fuera de la esquinera. Al principio miré como hacer una jaula en algún mueble que quedase bien en el salón. Pero era un poco follón y demasiado bricolaje para una familia con poca afición a ello. Y buscando más información encontré las jaulas CyC o "cages cubes" que son básicamente unas jaulas que se hacen con paneles de reja metálica que se unen fácilmente y puedes hacer a tu gusto en forma y tamaño. Los packs que venden de estas jaulas suelen seer caros y están pensados para cobayas, por lo que suelen ser pequeños y para dos conejos necesitas comprar varios packs, lo que sube aún más el precio.
Peeeeero, en Amazon vi unas estanterías que están hechas de la misma manera, con los mismos paneles y mucho más baratas. Así que compramos una estantería que venía con 56 paneles y bastantes uniones, y también compramos unas planchas de plástico corrugado para hacer la base y unas bridas de plástico por si necesitábamos más uniones. La estantería es esta, y las planchas de plástico y las bridas las compré en la tienda de bricolaje Aki.
Y en una tarde nos montamos una jaula de dos pisos, toda metálica, con cubeta de plástico, a nuestro gusto de tamaño. Y con posibilidad de modificarla como queramos en un futuro.
Me gusta bastante cómo ha quedado, aunque tiene un inconveniente bastante grande, y es que muerden el plástico de la cubeta... Habrá que pensar otra opción, como buscar una cubeta más rígida.
Y la ventaja grande es que los conejines han vuelto a la vida familiar. Cuando estoy en casa les dejo sueltos por el salón y Paul va interaccionando más con nosotros (Dama es más reservada). Mola mucho que el conejín se suba al sofá a saludar (y pedir chuches XD).
Bueno, el caso es que en el salón, que era el sitio al que quería trasladar a los conejos, la jaula de dos pisos ocupa mucho espacio. Aparte de que está toda comida por ser de madrea, y estaban empezando a mear fuera de la esquinera. Al principio miré como hacer una jaula en algún mueble que quedase bien en el salón. Pero era un poco follón y demasiado bricolaje para una familia con poca afición a ello. Y buscando más información encontré las jaulas CyC o "cages cubes" que son básicamente unas jaulas que se hacen con paneles de reja metálica que se unen fácilmente y puedes hacer a tu gusto en forma y tamaño. Los packs que venden de estas jaulas suelen seer caros y están pensados para cobayas, por lo que suelen ser pequeños y para dos conejos necesitas comprar varios packs, lo que sube aún más el precio.
Peeeeero, en Amazon vi unas estanterías que están hechas de la misma manera, con los mismos paneles y mucho más baratas. Así que compramos una estantería que venía con 56 paneles y bastantes uniones, y también compramos unas planchas de plástico corrugado para hacer la base y unas bridas de plástico por si necesitábamos más uniones. La estantería es esta, y las planchas de plástico y las bridas las compré en la tienda de bricolaje Aki.
Y en una tarde nos montamos una jaula de dos pisos, toda metálica, con cubeta de plástico, a nuestro gusto de tamaño. Y con posibilidad de modificarla como queramos en un futuro.
Montaje. |
Jaula montada |
Conejines explorando la casa nueva. |
Me gusta bastante cómo ha quedado, aunque tiene un inconveniente bastante grande, y es que muerden el plástico de la cubeta... Habrá que pensar otra opción, como buscar una cubeta más rígida.
Y la ventaja grande es que los conejines han vuelto a la vida familiar. Cuando estoy en casa les dejo sueltos por el salón y Paul va interaccionando más con nosotros (Dama es más reservada). Mola mucho que el conejín se suba al sofá a saludar (y pedir chuches XD).
Pidiendo chuches |