Cosas raras que te pasan cuando estás embarazada.
Hay veces que me pasan unas cosas que Dani me mira como si me las estuviera inventando. En serio. Me cuesta creerlas hasta a mi. Y eso que las sufro en mis carnes.
Lo de los olores es terrible. Desde que empecé con las náuseas, allá por Agosto, no puedo limpiar la jaula de los conejines. Y eso que no huele muy mal, pero es superior a mi. Le he cogido manía al jabón de manos que usamos normalmente porque el olor me da náuseas. No puedo soportar el olor de algunas colonias. Me he comprado una crema antiestrías y a los pocos días de estar usándola el olor me empezó a revolver un poco (pero con esto me aguanto, que son muy caras).
El Caribán (un medicamento para las náuseas y los vómitos) es mi nuevo mejor amigo.
De repente me parece que vuelvo a tener siete años y cada vez que monto en el coche (sobre todo por la tarde-noche) lo paso fatal porque me mareo un montón.
Un día, sin verlo ni olerlo ni nada, se me ocurrió que me apetecía un sandwich de fuagrás, de los de tapa negra de toda la vida... Y no lo comía desde hace veinte años por lo menos. Cada vez que he comido fruta he vomitado, así que me he perdido medio verano de melocotones y sandía, que es mi fruta favorita. Ha habido semanas que sólo podía alimentarme de pasta, arroz y sándwiches, porque era lo único que me pedía el cuerpo (por suerte ya voy comiendo de todo otra vez).
Al principio estaba tan cansada que no me lo creía ni yo. Nunca me he sentido tan agotada como al volver de currar. Entre el cansancio y el malestar por las náuseas muchos días sólo podía tirarme un rato en el sofá y de ahí a la cama. Por suerte desde hace un par de semanas o tres la cosa ha mejorado mucho.
El increíble caso de la barriga creciente... y menguante. Bueno, no es tan increíble porque todas las que ya han sido mamás me confirman que a ellas también les ocurría. Me ha pasado desde que empiezo a tener un poco de barriguita. Por las mañanas me levanto como si no estuviera embarazada (con esto hemos tenido un poco de cachondeo), y por la tarde-noche me sale un barrigón que no veas. Tiene que ver con la retención de líquidos, que se acumula a lo largo del día. Así he estado el último mes, ahora que estoy de casi cuatro meses ya me noto algo de tripa hasta por las mañanas acostada en la cama.
Ni burbujitas, ni aleteos, ni pataditas... He empezado a notar a mi futur@ chiquinin@ por todo lo alto y sin lugar a dudas. Me pasó un día, recostada en el sofá, noté como una presión en la parte baja del abdomen y al tocarme tenía un bulto duro que a los pocos segundos se quitó. Esa vez dudé si había sido un gas o algo así, pero lo sigo notando todos los días, como una presión desde dentro, a veces con un bulto que sobresale si estoy tumbada boca arriba, en diferentes sitios donde está ahora mi útero, y un par de veces hasta Dani lo ha podido tocar :)