Cosicas cotidianas y chanantes.
Después de diez días sin actualizar esto y de los mismos días de estrés y malos rollos laborales, ya me he plantao y por vergüenza torera me he decidido a pasar por aquí y contar alguna de las chorradas que bailan en mi cabeza.
Hay cosas que se meten en tu vida, se camuflan en tus costumbres y se fusionan con tu subconsciente hasta límites insospechados. La segunda entrada de este, mi blog, se llamaba La Hora Chanante (o el genio manchego), y era prácticamente una carta de amor y admiración a ese grupo de personas que descubrí en un mal momento de mi vida y que me hacían pasar buenos ratos y muchas, pero que muchas, muchas risas. Nunca pensé que tres años después, y en una situación completamente diferente, siguieran tan presentes en mi vida.
Lo del vocabulario ya lo he asumido (y la gente que me rodea también). Pero hay pequeñas cosas en el día a día que me sorprenden y me demuestran lo incrustado que sigo teniendo todo lo chanante en mi cerebro. Bueno, aunque en mi defensa debo decir que Ernesto Sevilla ya no perturba mis sueños, como hace tres años XD
Lo cuento:
Hace unos días se sube un señor en el autobús que se sienta justo enfrente de mí y que ES Claudio. Si, ese Claudio, el primo de Marlo Brando. No es que se parezca, no, no. Es que es él mismo, con su pelo Whisky, con sus dientecicos amarillos, con las gafas de pasta setenteras y la rebeca de punto... Y porque no dice nada en todo el viaje, pero si dijera algo seguro que sería Fresssshhhhquísimo. Y yo aguantándome la risa como puedo, claro, y cantando interiormente el Sole, Pizza, Amore mientras el 2 pasa por la Puerta de Alcalá.
Esta mañana salgo en Argüelles del metro a las ocho-a-eme y hay un señor saxofonista tocando en la estación. Toca Strangers in the Night con su saxo, claro. Algo tal que asín. Y yo no pienso en el gran Frank Sinatra y su vozarrón. No. Yo me acuerdo de aquella señorona llamada Agnes que en su rincón comentaba libros con mucho desparpajo y mala leche. Y no tengo más remedio que sonreírme y decidirme a escribir esta entrada como pequeño re-homenaje tres años después.
Y poco más. Que esta noche hay Muchachada Nui. No se lo pierdan.
Hay cosas que se meten en tu vida, se camuflan en tus costumbres y se fusionan con tu subconsciente hasta límites insospechados. La segunda entrada de este, mi blog, se llamaba La Hora Chanante (o el genio manchego), y era prácticamente una carta de amor y admiración a ese grupo de personas que descubrí en un mal momento de mi vida y que me hacían pasar buenos ratos y muchas, pero que muchas, muchas risas. Nunca pensé que tres años después, y en una situación completamente diferente, siguieran tan presentes en mi vida.
Lo del vocabulario ya lo he asumido (y la gente que me rodea también). Pero hay pequeñas cosas en el día a día que me sorprenden y me demuestran lo incrustado que sigo teniendo todo lo chanante en mi cerebro. Bueno, aunque en mi defensa debo decir que Ernesto Sevilla ya no perturba mis sueños, como hace tres años XD
Lo cuento:
Hace unos días se sube un señor en el autobús que se sienta justo enfrente de mí y que ES Claudio. Si, ese Claudio, el primo de Marlo Brando. No es que se parezca, no, no. Es que es él mismo, con su pelo Whisky, con sus dientecicos amarillos, con las gafas de pasta setenteras y la rebeca de punto... Y porque no dice nada en todo el viaje, pero si dijera algo seguro que sería Fresssshhhhquísimo. Y yo aguantándome la risa como puedo, claro, y cantando interiormente el Sole, Pizza, Amore mientras el 2 pasa por la Puerta de Alcalá.
Esta mañana salgo en Argüelles del metro a las ocho-a-eme y hay un señor saxofonista tocando en la estación. Toca Strangers in the Night con su saxo, claro. Algo tal que asín. Y yo no pienso en el gran Frank Sinatra y su vozarrón. No. Yo me acuerdo de aquella señorona llamada Agnes que en su rincón comentaba libros con mucho desparpajo y mala leche. Y no tengo más remedio que sonreírme y decidirme a escribir esta entrada como pequeño re-homenaje tres años después.
Y poco más. Que esta noche hay Muchachada Nui. No se lo pierdan.
2 comentarios:
Joer, esta entrada la podría haber escrito yo (si no fuera tan vago...) Me he sentido identificado (podría poner "super" antes de la palabra "identificado", pero queda muy pijo, osea)
Y qué placer da cuando la gente de tu alrededor adopta ese lenguaje tan bonico y chanante gracias a uno... xxxDDD
Qué buenos son cohones!
Ale, pata liebre, hasta más ver!
Jodeeeer gambitera que sensación más buena es encontrarte al viejuno del saxo tocando la canción del rincón de Agnes y encima luego ver que hay otra persona que ha pensado como tu jajaja q bueno, me he mondado de la risa cuando lo he puesto en google y lo he visto jaja. por cierto no sabrás la otra canción q toca?
Firmado: el bonico del tó!
Publicar un comentario