Al final mucha cerveza y poco chocolate.
Ya estoy aquí, de vuelta de las vacaciones, puentes y demás días no laborables que no se repetirán hasta finales de Junio, pero no me quejo, que conste.
El viaje a Bélgica estuvo muy bien, un poco de turismo (aunque nada de turismo extremo, todo sea dicho), unos cuantos paseos, mucha cerveza a todas horas y muy buena compañía.
De bruselas me gustó la Grand Place, con sus edificios, las callejuelas llenas de restaurantes alrededor del centro, el pequeño Delirium con sus piratas, y el Atomiun, lo grande que es. Y me sorprendió lo pequeño que es el Maneken Pis, aunque me gustó verle disfrazado de rapero.
Un lado de la Grand Place
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El Atomiun
De Lovaina me gustó su ayuntamiento, la plaza donde comimos en una terraza al sol y el ambiente, muy universitario, lleno de gente joven yendo en bicicleta de un lado a otro.
Y de Brujas me gustó su estilo medieval, los canales, los puentes sobre los canales, la cervecita en terraza, el ambiente tranquilo y la mamá pata con sus patitos, aunque fuera un día bastante agotador.
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Un canal en Brujas.
Y eso, que tampoco me quiero enrollar demasiado, pero me parece un país para conocer.
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