Castañas, bicis y aniversarios.
Sí, va a ser una entrada popurrí, avisados quedan.
Hace ya unos pocos días que llegó el otoño, pero con esto del veranillo de San Miguel no se ha notado nada, que parece que estamos en veranito todavía... En fin. Aún así, este fin de semana he practicado una actividad otoñal que me encanta: la recolección de castañas. Mmmm... Qué ricas ^^
Hemos ido al pueblo para ello (bueno, íbamos a otras cosas, pero ya de paso...), y de camino ya se notaba un poquito algunos árboles amarillos y hojas por el suelo. Me gustan los paisajes de otoño. Y comer castañas mientras las cogemos del árbol. Y poder volver a acurrucarme con Dani en la cama sin que acabemos sudando como pollos. Y esta temperatura ideal que ha hecho durante todo Septiembre.
Más cosas. Aprovechando el buen tiempo y el viaje al pueblo, he recuperado mi bici, que creía perdida desde hacía muchos años. Pero no, estaba en el trastero de la casa del pueblo. No hay nada como preguntar... Y una vez traída a Madrid y arreglada, muy amablemente, por mi padre, ha sido reestrenada esta misma tarde. Y no siento las piernas, señores y señoras. Sí, nunca te olvidarás de montar en bici, pero el fondo se pierde a base de bien. Creo que los siete kilos ganados tras dejar de fumar pesan más de lo que parece. Aunque la parte buena es que ya no me ahogo en cuanto me muevo más de treinta segundos :)
¡Ah! Y no quiero terminar la entrada sin dejar de felicitarme a mí misma y a mi niño, hoy hace un año que dejamos de fumar. Somos un poco menos pobres y un poco más gordos y más sanos, amor :P Me alegro de haberlo hecho. La verdad es que la vida es un poco más fácil sin tener que estar pendiente del tabaco y sin tener que estar pensando cuándo lo dejaré.
Y ya me parece bastante por hoy.
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