Soñar es gratis...
Esta semana, sorprendentemente, está siendo menos dura de lo que esperaba. Después de haber pasado casi toda la semana pasada en casa, no la estoy llevando muy mal. También es verdad que estoy empezando el jueves, que laboralmente no suelen acabar bien. Los jueves me gustan porque tengo poco trabajo y lo suelo dedicar a ver de forma individual a mis pacientes. Pero los jueves también, a última hora tenemos la reunión general, lo que suele hacer que salga del trabajo de mala leche. Luego se me pasa rápido, porque voy a buscar a la chiquinina y con ella todo se me olvida. Pero sí, los jueves suelen ser buenos y malos a la vez. Como todo en esta vida.
Noto que ya tengo la cabeza en París, y eso que me quedan nueve días para irnos, pero me hace especial ilusión. Miro el mapa de la ciudad y planifico lo que vamos a hacer los dos días escasos que estaremos allí. Sin ser exagerada, que con una bebé de un año tampoco es plan de hacer turismo extremo, pero ya nos veo paseando por esas avenidas enormes, enseñándole a Dani la torre Eiffel, Notre Dame o las vistas desde el Sagrado Corazón, descansando en cualquiera de sus plazas o a la orilla del Sena, y en una terraza tomando él una cerveza y yo un Chardonnay o un Sauvignon blanc, mientras le damos a Sofía un trozo de baguette para que se entretenga. Luego la realidad no se parecerá nada a mis planes, pero soñar despierta mola un montón. Espero que, por lo menos, no nos llueva mucho.
También tengo en la cabeza la semana de playa que vamos a pasar en Junio, y estoy empezando a tener más presente el súperviaje que estoy planificando para Agosto: un road trip por Escocia. Visto que los road trip se nos dan bien, estamos a punto de pasar al modo experto, con niña y conduciendo por la izquierda :P
Y ná, que a ver si este finde hace bueno y convenzo a mi maridito para que me lleve a algún sitio chulo. Voy teniendo ya necesidad de sol y buen tiempo. Las golondrinas (o los vencejos) ya están por aquí y cuando las oigo por las tardes me trasladan a los días de verano que están por llegar. Tengo ganas de buen tiempo, de quitarme ropa de encima y pasar más horas en la calle. Tengo ganas de llevar más a Sofía al parque, a que disfrute comiendo arena, mientras aprende a usar la pala y el cubo. Tengo ganas de terracitas y de usar mi terraza.
Y en esas estoy, soñando y esperando que lleguen cosas buenas.
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