Pantallas, aburrimiento y entretener a los niños.
Sé que últimamente sólo escribo sobre temas de maternidad y crianza, pero es que leo mucho sobre el tema, lo estoy viviendo de manera más o menos intensa, y me gusta reflejar aquí un poco mis reflexiones sobre lo que ocupa mi mente. Y esto lo ocupa un montón ahora.
En las últimas semanas, varias personas se han extrañado que a la peque no le pongamos dibujos en la tele ni programas infantiles. Se extrañan de que un bebé de catorce meses no vea la tele. ¿En serio? Incluso me han llegado a decir que es bueno, que les estimula (y luego nos quejamos cuando los niños no se saben entretener solos). ¿De verdad? No es que lo hayamos hecho muy a propósito, la chiquinina es una niña muy tranquila, se entretiene jugando sola cada vez más tiempo, y en casa no ponemos la tele prácticamente para nada, solo cuando cenamos Dani y yo, que aprovechamos para ver alguna serie que nos guste. La niña habrá visto un canal infantil como dos veces, en casa de su abuela cuando la hemos dejado con ella. A mí no me hace gracia que la sienten en una trona delante de la tele, pero entiendo que no la conoce mucho y es complicado entretener a un bebé chiquinín, y sólo han sido dos veces. Sí que hemos usado en el coche alguna vez los cantajuegos, más cuando era más pequeña, cuando lloraba y no podíamos parar para consolarla.
Hace unos días leí este artículo sobre el aburrimiento en los niños y me reafirma un poco más en mi idea. Además, da muy buenas ideas para cuando un niño dice que se aburre y no sabe qué hacer. Si nos pasa a los adultos, que cada vez gastamos más tiempo delante del portátil, del móvil o de la tele, pues es normal que nuestros hijos también quieran de eso que tanto nos gusta a sus padres. Es como cuando estamos Dani y yo tomando el aperitivo (guarradas) y a Sofía le damos un colín de pan, pues está llegando un momento que ya no cuela. Hasta ahora nos miraba con cara de pensar me estás timando, pero se conformaba. Últimamente ya no cuela siempre. Con el móvil/tablet llegará un momento que pasará lo mismo. Sería muy cómodo ponerle la tele un rato, sobre todo ahora que sólo quiere andar y necesita ir agarrada de un dedo porque todavía no se ha soltado. Pero siento que a largo plazo sería peor el remedio que la enfermedad. De momento a ratos se queda sentada jugando y yo puedo hacer cosas, y a ratos me toca estar con ella porque quiere moverse o estar conmigo. Y nos vamos adaptando. No digo que sea algo perjudicial o que me parezca mal que otros peques vean más o menos la tele o la tablet, pero me llama la atención que a veces se tira mucho de ese recurso más por comodidad que por otra cosa.
Hacemos unos meses, leí un libro sobre el tema del aprendizaje y el asombro en los niños, que me gustó bastante. Se llama Educar en el asombro, de Catherine L'Ecuyer. Recomendable para quien le interese el tema.
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