jueves, 16 de agosto de 2012

Costa Oeste de EE.UU: Preparativos.

Tengo ganas de contar muchas cosas del viaje. Ha sido uno de los mejores que he hecho en mi vida y todo ha salido tan bien que lo repetiría sin pensármelo medio segundo.

Hoy le voy a dedicar una entrada a los preparativos.

Como ya he dicho antes, me ayudó mucho en la preparación del viaje el foro de Los Viajeros. Allí participa mucha gente que está preparando el viaje o que ya ha estado allí y hace que te des cuenta de muchísimos detalles que se pasarían por alto si nadie los mencionara.

Antes de coger los vuelos, tuvimos que decidir qué recorrido queríamos hacer. Hay que pensar en los días que quieres estar, los sitios que quieres ver y las distancias entre los sitios. Esto último es importante porque las distancias en EE.UU. son inmensas y si no calculas bien, puedes pasarte el día en el coche y quedarte sin tiempo para ver las cosas o ir muy pillado de tiempo.

El itinerario que decidimos fue:

9 de Julio: Salida de Madrid y llegada a las Vegas.
10 de Julio: Las Vegas.
11 de Julio: Las Vegas.
12 de Julio: Las Vegas.
13 de Julio: Salida de Las Vegas. Visita a Zion National Park.
14 de Julio. Visita a Bryce Canyon.
15 de Julio: Visita a Antelope Canyon y Monument Valley.
16 de Julio: Camino hacia el Gran Cañón y visitar lo que nos de tiempo.
17 de Julio: Visita al Gran Cañón.
18 de Julio: Ruta 66.
19 de Julio: Sequoia National Park.
20 de Julio: Yosemite
21 de Julio: Yosemite
22 de Julio: Llegada a San Francisco.
23 de Julio: San Francisco.
24 de Julio: San Francisco.
25 de Julio: San Francisco.
26 de Julio: Salida hacia Madrid.

Este es el itinerario que me salió después de hacer encaje de bolillos con los días que teníamos e incluir todas las cosas que queríamos ver. Decidimos pasar de Los Ángeles porque ninguno somos muy fan del cine, y no le veíamos mucho sentido visitar Hollywood o los estudios Warner sin ser muy cinéfilos. Tampoco incluimos Yellowstone porque estaba muy al norte y es un parque que necesita varios días para verlo. Y tampoco nos hacía ilusión ver Death Valley, así que lo cambiamos por el parque de Secuoya.

Para buscar los vuelos al principio utilicé los buscadores que uso siempre, tipo Lastminute o Atrápalo, y también miré en las páginas web de las propias compañías. Finalmente (y soprendentemente) donde encontré los vuelos más baratos fue en la página de El Corte Inglés. Como reservamos el viaje con muy poca antelación, los vuelos fueron bastante caros. Cogimos la ida a Las Vegas, con escala en Nueva York, y la vuelta desde San Francisco, con escala en Chicago.

Para buscar los hoteles utilicé sobre todo la página de booking.com, porque en la mayoría de los hoteles te da cancelación gratis hasta 24 o 48 horas antes de la llegada. Para elegir el hotel me ayudé de Tripadvisor, para saber cómo eran los hoteles y la opinión de gente que ya ha estado en ellos. También me fijé en los hoteles que había elegido la gente del foro de Los Viajeros, sobre todo en Las Vegas me ayudó mucho porque hay mucha variedad. Al final los hoteles los elegí por precio (aunque la mayoría no fueron muy baratos, por la poca antelación con la que reservamos), por cercanía a los sitios que queríamos ver, y que estuvieran medianamente bien.

El coche, siguiendo una vez más el consejo de Los Viajeros, los reservamos en ealquilerdechoches.com. Es como un buscador de alquileres de coches, y no sabes con qué compañía coges el coche hasta que lo has contratado, pero trabajan con las compañías grandes. Nosotros al final cogimos con Dollar y fue mucho más barato que en la propia página web de Dollar. También los miré en las páginas de las compañías principales, como Hertz, Europcar, Alamo, Dollar, Avis...

Más preparaciones: el permiso internacional para conducir. Para esto sólo hace falta una foto tamaño carné, tu permiso de conducir y pagar las tasas en la DGT, que me parece que fueron como 7€, y te lo hacen en el momento. Nos lo hicimos los dos porque íbamos a conducir los dos y si te para la policía allí te quitas de cualquier problema, aunque hay gente que comenta que con el normal es suficiente, pero no queríamos arriesgarnos.

El seguro de viaje. En Europa tienes la tarjeta sanitaria europea, pero para viajar a EE.UU. no hay convenio sanitario, así que decidimos hacernos un seguro de viaje. El que nos ofrecía el Corte Inglés no tenía mucha cobertura, así que me puse a indagar seguros y las opiniones de la gente que ha necesitado usarlo. A veces las tarjetas de crédito tienen seguro si pagas el viaje con ellas. El carnet joven también tiene un seguro, creo que cubre hasta 2000€, así que decidimos usar este seguro si no era muy grave la cosa, y contratar uno con una cobertura mayor, pero con franquicia, por si pasaba algo gordo. Por lo que he leído, si no llevas seguro, al final la Seguridad Social te acaba cubriendo, pero hay que pagar allí por adelantado y luego pelearte para que te lo reembolsen. Al final nos decidimos por FIATC, con una cobertura de 60.000€ por ingreso y también tenía seguro de cancelación de viaje. Por suerte no lo hemos tenido que usar.

Algunas compras de preparación. Compramos un par de candados TSA. Son candados que se pueden abrir con una llave maestra que tienen en los controles de seguridad de EE.UU. por si inspeccionan la maleta en la aduana. Si llevas un candado que no sea de este tipo y quieren abrirte la maleta para revisarla te arriesgas a que la rompan para abrirla, porque en la seguridad de aduanas de EE.UU. no se andan con muchos miramientos... Nosotros los compramos en el Decathlon, junto con una linterna (por si íbamos a ver amanecer al Gran Cañón), y un par de zapatillas de trekking que nos han venido estupendamente para los parque nacionales.

El ESTA.o Electronic System for Travel Autorization. Porque se supone que en España no necesitamos visado para entrar en EE.UU. pero sí que nos cobran y nos piden unos datos para permitirnos la entrada. Se saca en esta página (cuidado con usar otras no oficiales, que timan a la gente y le cobran por hacer el trámite, que si lo haces tú es gratis). Te piden tus datos personales, que respondas a unas preguntas (si vas a trabajar, si has participado en el genocidio nazi, cosas así,normalitas...) y pagar 14 dólares con una tarjeta de crédito o débito. Casi inmediatamente te responden si te autorizan a entrar a EE.UU. o no, aunque luego tienes que pasar la aduana igualmente.

Reserva de excursiones. Llevamos un par de excursiones reservadas desde casa, Antelope Canyon y Alcatraz, porque leí que podía ser complicado cogerlas con poca antelación. La de Antelope Canyon la cogimos con Antelope Canyon Tours. Queríamos la excursión de las 11h, ya que cuanto más cerca del mediodía, mejor es la luz en el cañón, pero con el mes y pico de antelación ya no quedaban plazas, así que tuvo que ser a las 9h. Pero no hay mal que por bien no venga, así tuvimos más tiempo para Monument Valley. Sólo se hace la reserva, pagas allí antes de la excursión, aunque te piden el número de tarjeta para asegurar que la gente no les plante. También reservamos la excursión a Alcatraz en esta página. Esta sí se paga y te descargas las entradas para llevarlas impresas. Cogimos la última excursión de la tarde, porque leí en el foro que era impresionante ver la cárcel anocheciendo, y así fue. También compramos desde casa las entradas para un espectáculo en Las Vegas, para Le Reve en el Wynn. Las compré en la propia página del hotel y las recogimos allí el mismo día del espectáculo.

Y creo que no me dejo más preparativos, aunque fueron tantos que lo mismo se me olvida algo. Bueno, como seguiré dando caña con el viaje, si se queda algo en el tintero saldrá a la luz en las siguientes entradas :)

martes, 14 de agosto de 2012

Y llegó...

Bueno, después de meses dando la brasa con la boda, hoy ha llegado el momento de hacer un pequeño resumen del evento.

Para empezar sí que quiero decir que fue uno de los mejores días de mi vida. Me lo pasé genial y tener a mi familia y a mis amigos cerca, compartirlo con ellos, fue muy especial.

Pues ná. El sábado me desperté muy prontito para ir a la peluquería. Me pasó a buscar Andrea y a las nueve estábamos ya en la pelu, con mi madre. A las once ya habíamos terminado las tres y nos fuimos a casa de mis padres para vestirnos. Al final me hice un recogido bajo, un poco despeinado, con las horquillas de nácar que me regalaron mis padres.



Cuando llegamos a casa ¡ya estaba mi ramo! Qué bonito. Fue una de las cosas que más me gustó de la boda y me hizo mucha ilusión verlo allí cuando llegué. Y el prendido de Dani también me pareció muy bonito. El ramo eran pequeñas rosas ramificadas blancas con muchas craspedias y un poco de verde. Lo compré en The Workshop Flores y me encantó el trabajo que hicieron.


Yo estaba muy tranquila, sorprendentemente. Nos vestimos todos, nos hicimos unas fotos en casa y salimos hacia Alcorcón como a las doce y cuarto. Mi vestido, por si le interesa a alguna por ahí, es el Dolly de Cymbeline, que es de hace dos temporadas. Un vestido de raso sencillo con un sobrevestido de plumeti y volantes de encaje, con escote de pico por delante y por detrás, y un lazo de gasa atado en la espalda. Precioso. Y con mis zapatos amarillos, a juego con el ramo, que me los hicieron en Emilio Badiola, porque no encontré ningún zapato amarillo que me gustara. Y como joyas, sólo llevé el reloj de oro blanco y brillantes de mi bisabuela, que me dejó mi madre para ese día.





La ceremonia empezaba a la una, pero a menos cuarto ya estábamos allí. A mí no me apetecía llegar la última con todo el mundo esperando ya dentro. Prefería llegar pronto, con tiempo para no ponerme nerviosa, para saludar a la gente antes de entrar y porque sabía que Dani iba a estar ya allí esperando.


Como los funcionarios vieron que habíamos llegado ya los novios, hicieron entrar a la gente y al final empezamos antes de tiempo, con lo que hubo gente que llegó tarde. La ceremonia duró poco y tampoco me acuerdo de mucho de lo que contó el concejal, aparte de que decía "cónyugues" en vez de cónyuges... Nos leyó los artículos del código civil y al final intercambiamos las alianzas y firmamos las actas. Salimos fuera y, tras una intensa lluvia de confeti y arroz, nos hicimos fotos con la familia y amigos, pero pocas, porque hacía bastante calor y un sol de justicia.

Después nos quedamos con David, que nos hizo unas fotos en un parque que estaba cerca del castillo. Han quedado preciosas, cada vez que las veo me recuerdan lo contenta que estaba ese día. Luego nos fuimos a tomar una caña con nuestro amigos, porque era pronto para ir al hotel.

Aún así llegamos al hotel pronto. Decidimos celebrarlo en el Hotel de las Letras, por lo bonito y por la ubicación, sobre todo. El salón es precioso y no puede estar en mejor sitio. Antes de ir al salón, pasamos por la habitación con la que nos obsequió el hotel para la noche de bodas. La habitación era alucinante, un dúplex con dos terrazas y jacuzzi en una de ellas. Ojalá me hubiera podido quedar a vivir allí XD


 

La comida fue un cóctel de 90 minutos, y aunque al principio la gente estaba hambrienta, al final sobró comida y todo. Quedamos muy contentos con la cantidad y la calidad de la comida. Y al ser un cóctel, pudimos estar con todo el mundo, y dedicarle al menos un ratillo a cada uno. Al empezar el cóctel repartimos los detalles para los invitados, que eran unas chapas personalizadas, en una cajita con caramelos, bolas de anís para los chicos y violetas para las chicas, y una tarjeta de agradecimiento. Las chapas fueron un triunfo y casi todo el mundo se las puso. Y hubo bastante gente que nos agradeció el que fueran tan personales. Las chapas son de Yo soy tu chapa.


Después del cóctel, abrimos la barra libre bailando nosotros dos. Decidimos que no queríamos bailar un vals, y como no nos poníamos de acuerdo en la canción porque yo no quería bailar una moñada de balada heavy y los poperillos no son muy románticos, nos decidimos por un clásico, Fly me to the Moon de Frank Sinatra. Pusimos tres horas de barra libre, en la que desparramamos bastante con nuestro amigos, sobre todo, aunque también hubo tíos, primos e incluso abuelas, que lo pasaron genial. Hubo también una merienda (llamarlo recena a las siete de la tarde queda un poco raro), con chuches, sandwiches y hasta chocolate con churros.

Cuando terminó la barra libre y nos despedimos de todo el mundo, subimos a la habitación a cambiarnos. Yo me puse otro vestido, corto, que tengo para ir a las bodas, y salimos un rato por Chueca con nuestros amigos. Las bodas de mañana son larguísimas, así que a las dos de la madrugada, rendidos y muy contentos nos fuimos a descansar al hotel.

Tras boda puedo decir dos cosas: a) Quizás sí merece la pena el esfuerzo y el tiempo invertidos en prepararla, por lo bien que lo pasé, por ver a tu gente disfrutando y por todos los buenos recuerdos que tengo ahora. Y b) No entiendo a las novias que dicen tener depresión postboda y que echan de menos los preparativos... Hay gente muy rara en este mundo. Yo lo volvería a repetir, pero por lo bien que lo pasé y lo feliz que me sentí, no por los momentos previos. Eso sí, para repetir como poco dentro de 25 años :P

Y después... ¡El viaje!

martes, 31 de julio de 2012

Despedida.


Una de las últimas fotos que tengo de la bolita.

Esta es una entrada triste. Me la tengo que permitir antes de comenzar con todo el chorreo de entradas sobre la boda y el viaje que se avecinan. Es una entrada de homenaje.

El viernes, cuando estábamos recién llegados a Madrid, nos dijeron que nuestro conejito se había muerto el lunes. Para mí fue una noticia muy triste. Me cogí un buen berrinche. Sabíamos que ya era mayor, siete añitos tenía, pero no esperábamos que se fuera tan pronto. Hoy, unos días después, ya puedo pensar un poco más sobre ello.

Hasta que no tienes una mascota no sabes cuánto te puedes llegar a encariñar con un pequeño mamífero peludo. Yo voy a echar mucho de menos a mi pequeña bolita de pelo, suave y mimosa. Me hacía mucha compañía cuando estaba sola en casa. Y guardaré muchos recuerdos buenos, como lo que le gustaba acurrucarse con nosotros en invierno, cuando venía a pedir mimos y calorcito, lo tragón que era, cuando le llevábamos a la cama, cuando se subía al sofá y se echaba la siesta conmigo, el día que el pequesaurio le estuvo dando chuches, lo feliz que estaba cuando compramos la alfombra, lo gracioso que era verle asearse y limpiarse las orejas, lo que se enfadaba cuando Dani le hacía “el conejo volador” y lo fácil que se desenfadaba con una pasa... Y muchas cosas más que ahora me entristecen un poco, porque no volveré a tenerlas, pero que han merecido toda la pena que tengo ahora. Muchísimo. Han sido dos años de mucho cariño.

Hasta siempre, bolita.

PD: Me voy a permitir unos días más sin escribir en el blog, mientras termino mi viaje de fin de novios* en La Coruña, poniéndonos ciegos de pulpo y albariño.

*Me ha encantado este concepto de "viaje de fin de novios", si tenemos los viajes de fin de curso y los de fin de carrera, este nombre queda menos cursi que la luna de miel, y al fin y al cabo, acabas de terminar tu periodo de novios :P

miércoles, 4 de julio de 2012

De los mitos de las bodas (III).

Aunque haya lectores que me pidan encarecidamente que el blog vuelva a su ser habitual y me deje de flores y tocados, creo que eso no va a ser posible hasta mediados de agosto, más o menos ;)

Eso sí, prometo un relato pormenorizado sobre el viaje de novios, que sé que interesa mucho más y seguro que será más entretenido.

Mientras tanto, sigo con mi monotema...

Más mitos que he llegado a conocer sobre las bodas (y el matrimonio).

La novia se encargará de casi todo. Bueno, siempre que pienso en eso me vienen a la mente las siguientes palabras de alguien muy cercano: "Mi única misión era estar allí y decir que sí". Olé. Entre este extremo y el otro creo que hay muchos matices y situaciones que dependen básicamente de la forma de ser de cada uno. En mi caso, como Dani es un vago y un pasota, y yo soy una obsesiva con necesidad de tenerlo todo bajo control, pues sí que me he encargado yo de casi todo. De buscar los posibles sitios de celebración, mirar cómo se hacía el papeleo, buscar invitaciones y regalos para los invitados, etc. Luego, hacía una selección de lo que me gustaba, se lo enseñaba a Dani y decidíamos entre los dos. Pero no es algo nuevo, es una parte de nuestra forma de funcionar como pareja (aunque a veces me desespere un poco) y nos pasa igual cuando organizamos un viaje o buscamos piso, por ejemplo.

El matrimonio cambia la relación, serás más (o menos) feliz. El otro día le oí comentar a alguien que lleva casi un año casada que le habían preguntado qué tal la vida de casada, y que contestó que ni se acordaba de estar casada. Vamos, que exactamente igual que antes de la boda. Sí es cierto que puedes sentirte más ñoña ante la perspectiva de casarte. Es un compromiso, un proyecto en común, me hace ilusión y por ello últimamente estoy como más ñoñita. Pero para los que pretenden que el matrimonio salve su relación, están apañados (igual que los que tienen niños para arreglar su matrimonio... a esos habría que encerrarlos, porque encima implican a un pobre niño en la cuestión, pero eso es otro tema aparte). Como también están equivocados los que piensan que el matrimonio va a fastidiar su relación, va a hacerla aburrida, su mujer va a engordar y se va a terminar el sexo... Aunque no te cases, si no haces nada por evitarlo, la rutina acaba apareciendo en todas las relaciones, no tiene nada que ver con casarse o no.

Esto es algo muy importante que he aprendido en mi más o menos corta experiencia de vida: se pueden cambiar pequeñas cosas, pequeños hábitos o manías, aprender a comunicarse mejor, aprender a llevarse mejor, pero nadie cambia su forma de ser. Tú no puedes cambiar la forma de ser de alguien y nadie va a cambiar su forma de ser por ti. Y si te dicen lo contrario, te están mintiendo.

Los nervios previos son inevitables. En fin, esto depende de la forma de ser de cada uno, claro. Ya he dicho que hay ideas relacionadas con la boda que pueden llegar a estresar mucho (tenerlo todo bajo control, intentar contentar a todo el mundo, querer que salga todo perfecto...), pero fuera de eso, creo que los nervios que vayas a sufrir dependen de tu forma de ser. Si te pones malo de los nervios ante un examen, un viaje largo, una entrevista de trabajo, organizar una comida familiar o tener que comprar los regalos de navidad, pues lo más normal será que también te pongas de los nervios ante la tarea de organizar una boda. Si eres un pasota, como mi futuro, lo normal es que notes ligeros nervios los días previos a la boda. XD

También he leído que hay novias que se preocupan mucho porque tienen sueños o pesadillas con la boda. Desde mi forma de entenderlo (como humilde psicóloga), los sueños o pesadillas la mayoría de las veces suelen reflejar las preocupaciones de nuestro día a día. Si la boda es algo que ocupa mucho de tu tiempo y espacio mental, es normal que aparezcan esos sueños. Yo he soñado muchas veces con la boda en los últimos meses, la mayoría de las veces que las cosas no salían bien, lo que refleja mi preocupación. Sin ir más lejos, anoche soñé que el día de la boda el vestido que llevaba no era el mío, el ramo era muy cutre, todo el mundo llegaba tarde y yo decía "¡Así yo no me caso!" y me piraba. Pensándolo ahora me da risa, pero cuando lo estaba soñando fue un poco angustioso.

XD

Casarse cuesta mucho dinero. De esto creo que ya hablé de pasada, pero merece la pena dedicarle un apartado propio. Leyendo foros de bodas he visto auténticas barbaridades en torno a este tema: gente que tiene que pedir un crédito para organizar su boda, gente que decide que la boda la paguen los padres de los novios, gente con presupuestos exorbitantes... A ver, lo mismo es que soy muy pragmática, que me importa un huevo lo que piensen los demás, o que soy poco tradicional en este tema, pero mi idea es que si te quieres casar, gástate el dinero que tengas/puedas gastarte. ¿Qué sentido tiene endeudarse con una boda? Si puedes hacerlo gratis: el papeleo es gratis, el casarse por el juzgado es gratis y no te tienes que gastar nada más. Todo lo demás son cosas que te apetece añadir: invitar a tu familia, buscar un vestido bonito, el ramo, las invitaciones, los detalles...

No le encuentro ningún sentido a que todo el mundo tenga que invitar 200 personas a un menú de 180€ con cóctel, entrantes, pescado, carne, postre y cinco horas de barra libre, llevar un vestido de Rosa Clará de unos 3000€, comprar detalles para los invitados carísimos, llevar un ramo de 200€, invitaciones de las mejores, irte de viaje de novios a las Seychelles o a las Maldivas... Que si tienes el dinero para hacerlo y te apetece, pues ole por ti, pero si tienes que endeudarte para hacer esto sólo porque es lo que hace todo el mundo y es lo que se espera que hagas... Mal.

Y ya, que tengo que hacerme la comida y seguir preparando la maleta :)

lunes, 2 de julio de 2012

Y yo con estos pelos... (II)

Cinco días... Uff... Los días en la playa me han sentado fenomenal, pero ya estamos en la recta final. Aunque eso no va a hacer que siga contando cositas de mi pequeña boda.

Otra cosa que me ha costado un triunfo encontrar y que al final no tiene nada que ver con lo que había pensado en un principio, es el tocado que llevaré en el pelo. Cada vez hay más novias que prefieren llevar en el pelo un adorno al tradicional velo, sobre todo las que se casan por lo civil. Hay muchas posibilidades, desde las clásicas peinas a flores naturales.











Vistos en Etsy, El tocador de la novia, Lia Terni y Style me pretty.

Pues eso, yo tenía idea de una cinta estilo romántico, pero no quedaba bien con el peinado que he decidido. Y finalmente, mis padres me han regalado dos horquillas preciosas de nácar en forma de flor.