viernes, 7 de noviembre de 2014

Munich y Baviera en coche. Ratisbona.

El martes cuando nos levantamos y nos preparamos, bajamos a la recepción a pagar la noche de parking. Después de pagar se me ocurre preguntarle al de recepción si no podemos dejar el parking pagado hasta el viernes, para no estar todas las mañanas igual. Lógicamente me dice que sí, pero que tiene que ser con un ticket nuevo, que mañana lo pida antes de pagar y lo dejamos solucionado. Paramos en la gasolinera a comprar bebida y guarreridas para desayunar y nos ponemos en camino hacia Regensburg, o Ratisbona. Hay bastantes obras para salir de Munich, y también en la autobahn, pero llegamos en una hora y pico sin muchos incidentes. Al llegar a la ciudad buscamos un parkhaus (parking) con el GPS y lo dejamos en el de St Peters-weg, que está muy céntrico. Nos sale por 3'60€ todas las horas que estamos en la cuidad.

Damos una vuelta por el centro de la ciudad, haciendo fotos a la catedral, el ayuntamiento, la casa de Goliat, las famosas torres, y demás atracciones. La verdad es que me sorprende porque la ciudad es muy recogida y muy bonita, acogedora. El famoso puente de piedra por desgracia está en obras y no podemos hacer buenas fotos, pero sin los andamios la vista de la ciudad desde el otro lado del Danubio debe ser impresionante. Cruzamos en río y vamos a comer algo a un famoso biergarten, que se llama Gaststätte Spitalgarten. Las vistas son preciosas, y la comida no está mal, aunque no es la mejor del viaje. Comemos un par de platos de salchichas con chucrut y unas cervezas, todo por 17€. Damos otra vuelta por la ciudad y nos perdemos un poco para encontrar la Porta Praetoria, que es una puerta que queda de la época en que Ratisbona era un asentamiento romano. También damos alguna vuelta para encontrar el palacio de St Emmeral. Lo vemos sólo un poco desde fuera y volvemos a recoger el coche. En ese momento cojo yo el coche por primera vez. Es un poco raro volver a conducir un automático, pero es un Jaguar y mola :P

Puerta de la catedral

Interior de la catedral

Fachada principal

Una de las torres de la ciudad.

Casa de David y Goliat.
Vista desde el puente de piedra.

Parte del puente y la catedral.

Otra de las torres.

El ayuntamiento.

La Porta Praetoria.

Como todavía es pronto, le propongo a Dani ir a ver el Walhalla, que no es el salón de Odín en Asgard, sino un monumento cerca de Ratisbona. Se resiste un poco, pero al final su parte más friki es la que gana y nos acercamos hasta allí, no sin dar unas cuantas vueltas con el coche porque hay bastantes obras y el GPS se pierde un poco, pero al final llegamos. En fin, el monumento en cuestión es una copia exacta del Partenón de Atenas, y las vistas del Danubio son impresionantes. No entramos a ver el interior, porque nos parece un poco chorra lo de pagar por ver bustos de alemanes ilustres, pero la experiencia de ver el sitio mola, por su punto friki.






Cogemos el coche de nuevo para volver a Múnich. Aprovecho las zonas en las que no hay límite para darle un poco de caña al coche y se nota eso de llevar un coche de alta gama. Llegamos al hotel sin muchos problemas, aparte de las obras y los atascos. Salimos hacia el centro a cenar y acabamos en un italiano al lado de la catedral, que se llama La Vita. Dani come su pizza cuatro quesos con una cerveza y yo una de salmón, rúcula y mascarpone que me sabe a gloria, con un spritz, todo por 44€. En realidad eran 40€ pero la camarera nos hizo un USA en toda regla y nos dijo que nos podía incluir la propina al pagar con la tarjeta. Volvemos al hotel dando un paseo y a dormir, que ha sido un día movido, y al día siguiente nos espera Núremberg.

Las entradas sobre el viaje a Munich y Baviera en coche:
Preparativos y presupuesto.
Múnich (I).
Múnich (II).
Castillo de Neuschwanstein.
Ratisbona.
Núremberg.
Salzburgo.
Cerezas, comidas, cochazos y resumen.

jueves, 6 de noviembre de 2014

De escapadas, meses y viruses infantiles.

Foto de Nicolas Vollmer.

Esta semana está siendo intensa. La empezamos tranquila, pero la madrugada del lunes yo me la pasé abrazada al señor roca, cual adolescente con una resaca de narices, todo gracias a un virus, que parece que nos ha pegado el sobri a toda la familia. Según mi médico de primaria, como los bebés no tienen el sistema inmunitario desarrollado del todo, cuando se cogen algún virus, éste se hace más agresivo porque el cuerpo del bebé no lo debilita y cuando pasa a los adultos nos cogemos unas de flipar. Pues eso, que unas cacas sueltas de mi sobri se han convertido en media familia con una gastroenteritis de caballo. En fin, aventuras de guardería.

Por suerte, Dani y yo ya estamos recuperados y dispuestos para nuestra escapada otoñal a Sevilla. Mañana por la tarde cogemos el AVE y no volveremos hasta el lunes por la tarde, que es fiesta en Madrid. Así que nos esperan tres días en Sevilla, de turisteo, tapeo, foteo, cañeo (esto Dani, yo ni flores), descanso y paseos. Tengo ganas de volver a Sevilla, porque la única vez que he estado fue en la Expo y no guardo muchos recuerdos de la ciudad, sólo del parque de Maria Luisa, la Plaza de España y poco más. Que hacía un calor infernal, pero es lo que tiene Sevilla en Julio... Esta vez parece que va a hacer buen tiempo otoñal, si tenemos suerte.

Y que ya hago cuatro meses de preñamiento. En dos semanas llego a la mitad del embarazo, y por un lado parece que se me ha hecho muy largo hasta ahora, pero por otro lado me parece mentira que ya esté a mitad del camino, que sólo me quede la otra mitad para conocer a mi chiquinin@... y que todavía no hayamos hecho absolutamente nada de nada. En fin, voy a darme de margen hasta la siguiente eco, que es en dos semanas, y nos confirmarán que todo va bien (seguro que sí), para dar el pistoletazo de salida a los preparativos. De momento sigo disfrutando de no hacer nada y de mi barriguilla, que sigue creciendo poco a poco :)

sábado, 1 de noviembre de 2014

Munich y Baviera en coche. Castillo de Neuschwanstein.

Empiezo Noviembre rememorando nuestro viaje por Baviera.

El lunes nos levantamos y vamos a la oficina del car rental de Caro en el tranvía. No tardamos mucho en llegar. Cuando llegamos, tenemos un momento de confusión con el señor de la oficina, porque le intentamos explicar que queremos coger la exención de franquicia, que no la hemos cogido con rentalcars.com y él entiende que no tenemos seguro a todo riesgo, y en un principio nos dice que nos va a costar 800€, y claro, flipamos en colores. Pero él nos está diciendo cuanto cuesta el seguro a todo riesgo. Cuando consigo entenderme con él, nos dice que la exención de franquicia son 60€ en total (15€ al día) y la pagamos. Dani ve en el mostrador unas llaves y nuestra conversación es al similar a esto:

D: Nos van a dar un Jaguar...
Yo: ¡Anda ya! ¿Cómo nos van a dar un Jauguar? Hemos cogido un Mercedes clase C o similar. No flipes...
D: (Al señor de Caro) ¿El coche es automático?
Señor: Sí, es que los coches de esta categoría, que es especial, son todos automáticos...
D: Ya, claro.

Y yo flipo mucho porque nos dan un Jaguar XF de flipar. Automático, sí, pero es un Jaguar, coño. Otro señor nos lleva hasta el coche y nos explica más o menos cómo funciona y nos cambia el ordenador de a bordo al castellano. Ponemos en el GPS (por supuesto, tiene GPS integrado) la dirección de Füssen y nos ponemos en marcha... ¡EN UN JAGUAR! :D

Tardamos como hora y media en llegar a Füssen, porque hay bastantes obras en la autovía. A la una llegamos a Füssen y dejamos el coche en un parking. Error mío, porque voy sin mirar la información y pienso que el ticket center de los castillos está allí. Cuando nos informamos bien, aprovechamos para comer algo allí, unos semmel de salchichas de un puesto callejero que está buenísimos.

Camino a los Alpes.

Calle de Füssen
Volvemos a coger el coche y llegamos a Hohenschwangen. Dejamos el coche en un parking por 5€ y vamos al ticket center a recoger las entradas, que las tenemos reservadas por internet desde hace unas semanas. En la cola para entradas reservadas sólo hay una persona, mientras que en la cola normal debe haber más de media hora de espera, por lo que parece que los dos euros que cuesta reservarlas merece la pena. Son menos de las tres y nuestra entrada es para las cuatro y media, así que nos sentamos en una terraza a tomar unas cervezas (para variar un poco). Un poco antes de las cuatro vamos a coger el bus para subir al castillo (es una buena caminata y yo estoy un poco vaga). Además tenemos suerte porque nada más coger el bus empieza a diluviar. Nos deja cerca del puente, así que vamos a hacer unas cuantas fotos del castillo desde allí. Al poco deja de llover y bajamos andando hasta el castillo. Mientras esperamos para entrar, Dani (para variar un poco) pega hebra con un señor de Madrid y su familia, que están haciendo también un road trip por el sur de Alemania.

La cola que nos ahorramos.

Neuschwanstein desde el puente.

Hohenschwangau

El lago Alpsee.

Esta es de Dani :P
Al entrar al castillo nos dan una audioguía en castellano. El recorrido dura unos 30 minutos y vamos con una guía que nos lleva por las diferentes salas, mientras la audioguía nos explica lo que vamos viendo. Dentro no se pueden hacer fotos, pero hacemos unas cuantas desde el mirador del castillo, que sí se puede, y las vistas son preciosas. Bajamos al parking andando porque ya no llueve, y la bajada es más leve que la subida.

Desfiladero de Pöllat y Marienbrücke.

Vistas desde el castillo.
De vuelta a Múnich el GPS se vuelve un poco loco y nos lleva por unas carreteras secundarias. El paisaje es muy chulo, muy alpino, pero nos cae una tormenta que casi igual a la que nos cayó en el desierto de Arizona... Tiene narices que cada vez que cogemos un coche de alquiler nos cae el cielo en las cabezas. Cuando llegamos al hotel, metemos el coche en el parking y salimos a cenar al centro. Vamos al Sneider Weisse, porque está muy cerca del hotel. Es una de las cenas que más me gustan del viaje (no sé si porque estoy canina). Dani pide una TAP 1 y yo una TAP 4, y de comer un schnitzel (escalope) y un solomillo de ternera, con patatas con queso y nata, se me hace la boca agua sólo de recordarlo. Después de cenar nos quedamos un rato más, Dani se toma una cerveza y yo un vino blanco que está malísimo, pero qué se le va a hacer... Todo nos sale por 52€. Volvemos al hotel a dormir, que al día siguiente continuamos con nuestro road trip :)

La tormenta y el arcoiris.
Todavía se me hace la boca agua cuando pienso en este schnitzel.

Las entradas sobre el viaje a Munich y Baviera en coche:
Preparativos y presupuesto.
Múnich (I).
Múnich (II).
Castillo de Neuschwanstein.
Ratisbona.
Núremberg.
Salzburgo.
Cerezas, comidas, cochazos y resumen.

viernes, 31 de octubre de 2014

Cosas raras que te pasan cuando estás embarazada.

Hay veces que me pasan unas cosas que Dani me mira como si me las estuviera inventando. En serio. Me cuesta creerlas hasta a mi. Y eso que las sufro en mis carnes.

Lo de los olores es terrible. Desde que empecé con las náuseas, allá por Agosto, no puedo limpiar la jaula de los conejines. Y eso que no huele muy mal, pero es superior a mi. Le he cogido manía al jabón de manos que usamos normalmente porque el olor me da náuseas. No puedo soportar el olor de algunas colonias. Me he comprado una crema antiestrías y a los pocos días de estar usándola el olor me empezó a revolver un poco (pero con esto me aguanto, que son muy caras).

El Caribán (un medicamento para las náuseas y los vómitos) es mi nuevo mejor amigo.

De repente me parece que vuelvo a tener siete años y cada vez que monto en el coche (sobre todo por la tarde-noche) lo paso fatal porque me mareo un montón.

Un día, sin verlo ni olerlo ni nada, se me ocurrió que me apetecía un sandwich de fuagrás, de los de tapa negra de toda la vida... Y no lo comía desde hace veinte años por lo menos. Cada vez que he comido fruta he vomitado, así que me he perdido medio verano de melocotones y sandía, que es mi fruta favorita. Ha habido semanas que sólo podía alimentarme de pasta, arroz y sándwiches, porque era lo único que me pedía el cuerpo (por suerte ya voy comiendo de todo otra vez).

Al principio estaba tan cansada que no me lo creía ni yo. Nunca me he sentido tan agotada como al volver de currar. Entre el cansancio y el malestar por las náuseas muchos días sólo podía tirarme un rato en el sofá y de ahí a la cama. Por suerte desde hace un par de semanas o tres la cosa ha mejorado mucho.

El increíble caso de la barriga creciente... y menguante. Bueno, no es tan increíble porque todas las que ya han sido mamás me confirman que a ellas también les ocurría. Me ha pasado desde que empiezo a tener un poco de barriguita. Por las mañanas me levanto como si no estuviera embarazada (con esto hemos tenido un poco de cachondeo), y por la tarde-noche me sale un barrigón  que no veas. Tiene que ver con la retención de líquidos, que se acumula a lo largo del día. Así he estado el último mes, ahora que estoy de casi cuatro meses ya me noto algo de tripa hasta por las mañanas acostada en la cama.

Ni burbujitas, ni aleteos, ni pataditas... He empezado a notar a mi futur@ chiquinin@ por todo lo alto y sin lugar a dudas. Me pasó un día, recostada en el sofá, noté como una presión en la parte baja del abdomen y al tocarme tenía un bulto duro que a los pocos segundos se quitó. Esa vez dudé si había sido un gas o algo así, pero lo sigo notando todos los días, como una presión desde dentro, a veces con un bulto que sobresale si estoy tumbada boca arriba, en diferentes sitios donde está ahora mi útero, y un par de veces hasta Dani lo ha podido tocar :)

viernes, 24 de octubre de 2014

Munich y Baviera en coche. Munich (II).

El sábado nos levantamos un poco más tarde y al final salimos del hotel a las diez y media. Como está lloviendo bastante, decidimos ir al Deutsches Museum. Tomamos un café en un bar de Rossenheimer Strasse y nos clavan 7€ por los dos cafés. ¡Auch! Vamos al museo y no hay mucha gente en la taquilla. Las dos entradas de adulto nos cuestan 17€. El museo es de ciencia y tecnología y es enorme, por lo que tenemos que seleccionar qué exposiciones nos interesan más. Vemos la zona de navegación, la de aeronáutica, la de informática, un poco de la de astronomía, la reproducción de la cueva de Altamira y el péndulo de Foucault (aunque el péndulo nos gustó más el de Valencia). La zona de matemáticas también es muy chula, con muchos rompecabezas, pero no nos entretenemos mucho en ella.







Salimos a las dos del museo con muchísima hambre y comemos en un KFC por no perder mucho tiempo buscando algún sitio. Después de comer, como ya no llueve, damos una vuelta por la Residenz aunque no entramos a verlo. Paseamos por Englister Garten donde hay mucha gente jugando a la petanca, y volvemos hacia el hotel paseando por la orilla del Isar.



Descansamos un rato en el hotel y antes de cenar decidimos ir a ver Sendlinger Tor, que es la otra puerta de la ciudad que nos falta por ver. Nos perdemos y damos un poco de vuelta, pero al final la encontramos y hacemos unas fotos. Pasamos también por la zona gay, que están de fiesta. Vemos la iglesia rococó de Asamkirche, desde fuera porque ya está cerrada, y volvemos hacia el centro para cenar en Haxnbauer, menú completo: codillo, salchichas, cuatro cervezas de medio y un apfelstrudel por 44€. De camino de vuelta al hotel paramos en un biergarten, pero no tiene mucha animación (estamos solitos), así que la última la tomamos en el lobby del hotel, viendo el partido de Brasil-Holanda.

Sendlinger Tor

De vuelta al centro

Asamkirche

El domingo es la gran final del mundial, y se nota en el ambiente desde por la mañana, los alemanes van todos con su camiseta de la selección. Como vamos a movernos bastante por la ciudad, ese día cogemos un billete para un día, compartido, el partner day ticket, que cuesta 11,20€ y podemos hacer los dos (y hasta 5 adultos) todos los viajes que queramos hasta las 6 horas del día siguiente. Vamos en S-Bahn hasta Marienplatz y cambiamos al U-Bahn para ir hasta Olympiapark.

Olympiapark es donde se encuentra en estadio olímpico y otras instalaciones de los Juegos del 72. Al llegar, compramos un par de bocadillos (semmel) y una cocacola en un puesto callejero (Imbiss). Damos un buen paseo por todo el parque viendo, las instalaciones y el estadio olímpico. Hay un lago con una especie de paseo de la fama, en el que hay huellas de artistas famosos. Nos gustan las de Kiss. Acabamos saliendo por la zona sur del parque y cogemos el tranvía número 12 para ir a Nymphenburg Schloss.






Nymphenburg Schloss dicen que es el Versalles de Múnich. Era la residencia de verano de los gobernantes de Baviera. El palacio y los jardines son muy bonitos y nos damos una vuelta para verlos, pero no entramos dentro del palacio porque estamos algo cansados después de tanto paseo.




Para volver al centro cogemos el tranvía 16 hasta Reichenbach Platz y vamos al biergarten de Viktualien Markt a tomar un par de cervezas y un pretzel para retomar fuerzas. Hay un ambiente muy chulo, con un montón de gente bebiendo sus cervezas y esperando a ver la gran final de fútbol. Al final, después de descansar un rato, acabo convenciendo a Dani para subir a la torre de la iglesia de San Pedro. La subida es agotadora, pero las vistas de todo el centro desde arriba merecen la pena. Al bajar, volvemos al biergarten a reponernos con otra cerveza. El funcionamiento del chiringuito es curioso, porque hay un camarero que va sirviendo las cervezas de medio y un litro y las tiene en la barra, tú coges las que quieres y vas a la caja a pagarlas. Eficiencia alemana :P

Marienplatz

Vista desde la torre.

Viktualienmarkt

Ambientazo de final en el biergarten
Sobre las siete vamos a hacer merienda-cena a HB. No hay sitio en el biergarten porque tienen una pantalla gigante donde van a dar la final, así que nos sentamos dentro y compartimos mesa con un grupito de japonesas que tienen cara de estar en otro planeta (supongo que la misma que ponemos los europeos cuando vamos a Japón). Cenamos unas salchichas vienesas y un apfelstrudel, junto con las consabidas Hofbrau, aunque yo tomo una radler (cerveza con zumo de limón), porque ya llevamos unas cuantas. De camino al hotel compramos unos cafés de esos preparadados para desayunar al día siguiente, y agua y unas guarradas para prepararnos porque empieza nuestro road trip por Baviera. Vemos la final en el hotel, aunque ya se sabe que el fútbol son once contra once y la final la gana Alemania...

Al día siguiente nos esperaba una grata sorpresa :)

Las entradas sobre el viaje a Munich y Baviera en coche:
Preparativos y presupuesto.
Múnich (I).
Múnich (II).
Castillo de Neuschwanstein.
Ratisbona.
Núremberg.
Salzburgo.
Cerezas, comidas, cochazos y resumen.