viernes, 7 de agosto de 2015

Lo que te cambia ser madre.

No sé si esta entrada va ir más en serio o de coña, a ver cómo sale, porque el tema da para reír y llorar a partes iguales...

Hay veces que no hay nada mejor que el que te obliguen a expresar algo para hacerlo consciente, y gracias a una charla con mi marido hace unos días me di cuenta que lo que se me está haciendo más duro de la maternidad (aparte de la intensidad y variabilidad emocional, que para una persona bastante plana como suelo ser yo, es bastante desconcertante) es la soledad. La maternidad me ha hecho sentir bastante sola, física y emocionalmente. Físicamente porque estoy gran parte del día sola con un bebé. Eso es así y tiene poca solución, más con el estilo de vida que llevamos hoy en día, que no hacemos mucha tribu, y sin tener otras mujeres en mi situación cerca. Emocionalmente porque yo he cambiado (al parecer más de lo que creo) y los que me rodean, no. Es complicado tener que integrar la maternidad en tu autoconcepto, en cómo te ves y te sientes a ti misma, así que me imagino que desde fuera también cuesta, y esas miradas de no te reconozco te separan un poco de la gente. Pero supongo que será algo transitorio, como lo de dormir poco :P

Me hizo mucha gracia, unos días después de haber escrito todo esto, leer este artículo, con el que me he sentido muy identificada.

Y hasta aquí la reflexión seria.

Otras cosas en las que he cambiado:

Cambia el concepto de aseo. He descubierto la duchademadre TM, que simplemente consiste en ducharte en menos de tres minutos porque no sabes cuando va a llorar tu hija, y hay veces que se te olvida hasta ponerte desodorante porque la oyes antes de terminar. Por supuesto, llevo tres meses sin echarme ningún potingue o maquillaje, y con suerte me depilo cuando ya parezco un wookie. Si fuera invierno no me importaría, pero los shorts con pelo no quedan muy bien...

Cambia el concepto de descanso. Dormir cuatro horas seguidas es mi máxima aspiración, aunque todavía es un poco utópico. Las dos o tres veces que lo he conseguido me he sentido como cuando era adolescente y dormía catorce horas del tirón. Por suerte el estar hormonada te da más cuerda que todas las bebidas energéticas juntas.

Cambia el concepto de ocio. Lo que antes era salir a tomar vinos, ir al cine y a conciertos, se ha convertido en salir de paseo al parque y tomar una caña sin alcohol, jugar al preguntados o moñear por Internet desde el móvil y con la peque en brazos, y pasar las horas muertas mirando dormir a mi chiquinina o diciéndole chorradas con voz de pito para que me eche una sonrisa de esas que me derriten. Ah, y echarle dos mil fotos al día.

Cambia el concepto de pareja. De momento somos más padres que cualquier otra cosa, y preferimos dormir a cualquier otra cosa, nosésimexplico... Pero me imagino y espero que sea algo temporal y que volvamos a ser pareja además de padres, cuando la chiquinina nos deje descansar un poco más y cuando su madre esté preparada para dejarla con los abuelitos para ir al cine. Bueno, creo que eso tendrá que ocurrir en diciembre como muy tarde, si quiero ir con Dani a ver la nueva de Star Wars.

Cambian tus gustos culinarios. Yo nunca he sido muy de dulces... hasta que me quedé embarazada, que me dio por el chocolate, y después de parir no se me han ido las ganas. Ahí sigo, dándole al chocolate puro con almendras como si no hubiera un mañana, y ahora que es verano, al helado también. Eso que dicen de que el chocolate es sustitutivo del sexo... Mmmm... Lo mismo es verdad... Y aparte de eso, cambia la dieta un montón, porque comes lo que puedes cuando te dejan, así que no hay muchas ganas ni tiempo de cocinar recetas elaboradas. Las latas de lentejas y los briks de gazpacho me han salvado de la inanición más de un día y más de dos.

Cambian tus conversaciones. Qué es eso de hablar de la actualidad política, del último gran estreno, de ese concierto que no se ha perdido nadie, del restaurante japonés de moda... ¿Mande? ¿Quémestascontandoooo? Mis nuevos temas favoritos son: frecuencia, consistencia y color de las cacas de mi hija; dificultades y bondades de la lactancia; principales hitos del desarrollo en la primera infancia; falta de sueño y métodos o trucos para dormir a un bebé; crianza con respeto; comparativas de pañales, relación calidad - precio; lo guapa, preciosa, espabilada, graciosa, lista que es mi hija... No me extraña que mis amigos me miren como si vieran a un marciano...

Cambian tus costumbres musicales. Aparte de seguir bailando funky de vez en cuando, en mi casa los nuevos hits musicales tienen que ver con pollitos que hacen "pío pío pío", con el ratón que encontró Martín o con los cinco lobitos. A Dani le hace mucha gracia cuando me oye cantar e incluso a mí se me hace raro (nunca he sido muy cantarina, por vergüenza más que nada), pero si a mi chiquinina le gusta, no hay más que hablar.

Cambia tu percepción de los ruidos. Sobre todo cuando es primera hora de la noche y llevas una hora intentando que tu hija se duerma, y a los vecinos les da por subir los toldos, o el viento cierra una puerta de un portazo, o los conejos se ponen a morder la barrera de la puerta, o hay un perro que no para de ladrar por la calle, o pasan los dos mismos hijos de su madre de todas las noches acelerando como si las calles de Alcorcón fueran un circuito, uno con el coche tunning y el otro con la moto-pepino, que deben ser una mezcla del Luisma y el Neng de Castefa... Todas las jodidas noches, ¿en serio? En fin, que te vuelves un sensor ultrasensible de cualquier sonido susceptible de despertar a tu bebé.

Y con esto voy a ir terminando, porque me está quedando una entrada más larga que ná. Si se me ocurren más cosas prometo continuar en una segunda parte.

lunes, 3 de agosto de 2015

Cuatro meses.

Ufff... De verdad que cada vez se me pasan más rápido los meses. Tenía pensado escribir cada mes el primer año de la chiquinina, pero me estoy planteando si me va a dar tiempo. Bueno, voy a lo importante.

La peque hace ya cuatro meses y cada día está más cambiada. Este mes ha conseguido darse la vuelta, de boca arriba a boca abajo. Levanta la cabeza y se queda apoyada en el pecho cuando está boca abajo. Ha empezado a coger cosas cuando se las ofrecemos, aunque la coordinación mano-boca aún le cuesta. Cada día aguanta más la cabeza cuando la tenemos cogida y le gusta más estar de cara al mundo (aunque sólo a ratitos, que todavía es muy pequeña).

Se nota que ya ve estupendamente, porque nos sigue por la habitación con la vista. De paseo en el carro flipa cuando hay árboles y se enfada cuando no hay nada para mirar, como todavía tiene que ir tumbada... En la mochila ya saca la cabeza por arriba (su tío Alex dice que parece una tortuguita, jijiji) y se estira mucho para poder ir viéndolo todo. Cuando se aburre, apoya la cabeza en mi pecho y se echa una siestecita. También se nota que oye perfectamente porque se sobresalta al mínimo ruido. Es bastante asustadiza y con los ruidos pega unos brincos la pobre que pa' qué. Se asusta hasta cuando Dani tose o estornuda...

Como ha aprendido a darse la vuelta, también ha empezado a hacerlo por la noche, y parece que le gusta mucho dormir boca abajo. Sé que dormir boca abajo es un factor de riesgo para el SMSL, pero la primera noche que lo hizo pasamos las dos una noche horrible, ella dándose la vuelta cada cinco minutos y yo volviéndola a poner boca arriba y sin dormir bien ninguna de las dos. Luego leí un poco por Internet y pensé que si ya es capaz de darse la vuelta y subir la cabeza, no se va a asfixiar por dormir boca abajo. También he leído que no es lo mismo el SMSL que la asfixia, aunque durante mucho tiempo han estado metidos en el mismo cajón. Así que ahora lo que hago es acostarla boca arriba y dejarla dormir como esté más cómoda, y si se da la vuelta sola, la dejo dormir como ella elija.

La lactancia este mes ha sido muy fácil para mi. Sigue pidiendo cada poco tiempo, cada dos, o como mucho, tres horas durante el día. Pero por las noches el primer rato de sueño lo ha alargado bastante, algunos días aguanta cinco o seis horas, no muchos. Eso sí, a partir de ahí otra vez cada dos o tres horas. Pero aún así, el no tener que preocuparme de llevar la comida, tener que esterilizar, etc, es genial. Llevar la comida y bebida encima, siempre lista y en su punto, sin tener que hacer nada más que buscar un sitio donde sentarme, no tiene precio. Además, este mes no he tenido ningún problema de enganche, ni mastitis, ni perlas de leche, ni ná. El único susto fue una noche, que se me piró la pinza y le di dos tomas del mismo pecho y me desperté a las cuatro de la mañana con el otro pecho enorme y duro como una piedra. Pero puse a la niña a comer en ese momento (que estaba la pobre dormida) y me vació genial y siguió durmiendo como una bendita.

También la noto más tranquila, y va aceptando mejor que la cojan otras personas, sobre todo su padre, con el que ya se duerme algunas veces. Llora menos, y sólo algunos días monta pequeño berrinche por la tarde-noche si está muy cansada. Es una parlanchina y cuando está contenta no para de golpear, dar patadas, hacer ajos y pegar grititos. Su juego favorito ahora es mirarse las manos y después chuparlas como si no hubiera un mañana. También le gusta bastante que le cante. El chupe sigue sin gustarle mucho, pero el pulgar le encanta, cagüentóloquesemeneaaa... Los abuelos le ha comprado una Jirafa Sophie, a ver si le da por chupetearla y deja en paz el dedo.

En fin, que cada día que pasa está más guapa y divertida. Nos pone las cosas bastante fáciles, aunque hay momentos de desesperación, claro, pero cada vez son menos. El jueves vamos a la revisión de los cuatro meses, a ver qué nos cuentan del peso (obsesióndemadrelactante TM) y le tienen que poner las vacunas a la pobre. La otra vez no lo pasamos muy mal, a ver cómo nos va ésta.

domingo, 26 de julio de 2015

Finde de cumple completo.

Mi primer cumple como mamá ha estado muy bien. Muy tranquilo, pero es lo que me apetecía y necesitaba, así que genial.

Empezamos el viernes por la tarde haciendo unas cañas precumple con Víctor y Andrea. Aprovechamos para sentarnos en una terracita porque se estaba genial, no hacía mucho calor y corría airecito. Lo malo fue que a la chiquinina le dio un poco de berrinche por el sueño y nos tuvimos que subir a casa pronto.

El sábado por la mañana mi peque madrugó para felicitarme, y a las nueve y media ya estaba haciendo ajitos y sin dejarnos dormir... Abrí mis regalos de cumpleaños y me eché una siesta a media mañana aprovechando que la niña se durmió también un rato. Fuimos a comer con la familia un arroz con bogavante que estaba tan rico y comimos tanto que volvimos rodando a casa. Nos echamos la siesta un rato y por la noche vinieron Alex y Andrea a cenar sushi a casa, a la terraza, con más regalitos. Pude dormir pronto a Sofía y cenamos bastante tranquilos, hasta con una copa de Albariño que me casqué :P

Hoy, seguimos de celebración por mi santo, y nos hemos levantado medio pronto para ir al cine a la sesión teta. La sesión teta es una sesión de cine especial que hacen en los cines de La Vaguada, a la que se puede ir con bebés de menos de 20 meses. Normalmente ponen el sonido y el aire acondicionado un poco más bajo, para que los bebés estén cómodos, y nadie se molesta si alguno llora, si hay que levantarse para pasearlos o si hay que darles de comer.

Hemos visto Del Revés, que me ha gustado mucho. Además de ser muy divertida y emocionante, es como una clase de introducción a la Psicología, muy bien documentada y explicada. La peque se ha portado genial, ha comido, me he levantado a darle un paseíto y se ha quedado dormida el resto de la película. Lo único malo es que cuando algún bebé llora, le siguen varios a coro, pero me ha sorprendido lo bien y a gusto que hemos podido ver la película.

En fin, que ha sido un finde de celebración, aunque no me sentía muy cumpleañera. Se me hace un poco raro tener ya treinta y cuatro añazos cuando me siento aún como una veinteañera, aunque ya tengo una hija. Ya se sabe, si los cuarenta son los nuevos treinta, los treinta deben ser los nuevos veinte, ¿no? :P

miércoles, 22 de julio de 2015

Conejos enanos y calor, mala combinación.

Este verano está siendo uno de los más calurosos que recuerdo en mucho tiempo. Y si nosotros lo estamos pasando regular, los conejines con su abrigo de pelo puesto, no os quiero ni contar. Los pobres están todo el día aplatanados. A ver si nos da un poco de descanso el bochorno y ellos se pueden relajar un poco.

Los conejos toleran mucho mejor el frío que el calor. Cuando hace calor suelen mostrar algunos comportamientos diferentes: bajan su nivel de actividad, están más tiempo tumbados, comen menos, beben más, buscan menos caricias y mimos (que les dan calor)... Pero aunque es normal que cambien su comportamiento, es importante observarles por si muestran signos de enfermedad o golpe de calor: si están completamente inactivos, dejan de comer, jadean o les cuesta respirar, dejan de hacer caca o tienen diarrea... Si están muy raros lo mejor es llevarles al veterinario ante la mínima duda, porque con un golpe de calor se pueden morir rápidamente, en unas pocas horas.

Cada conejo es un mundo, y no a todos les gusta lo mismo, pero ahí van algunos trucos para ayudarles en las épocas de calor.

  • Como comen menos, y normalmente lo que les cuesta más comer (pero lo más importante) es el heno, nosotros ahora no les damos casi pienso, para que tengan más apetito y coman más heno.
  • Agua fresca siempre disponible. A veces les damos un poquito de Aquarius si vemos que no han bebido mucho, pero sólo unos mililitros. O también se puede poner un poco de zumo natural en el agua para saborizarla y que beban más, de piña, de sandía, de manzana...  
  • Mojarles las orejitas por fuera, ya que tienen muchas venas en las orejas y eso les ayuda a bajar la temperatura.
  • Mantenerles en un sitio fresco y que no les dé el sol directo.
  • Ponerles botellas de agua o placas para la nevera congeladas. Mejor envueltas en un trapo para que no les queme la piel. A Paul y Damara les encanta tumbarse encima de una placa congelada y les refresca un montón.
  • Cepillarles a menudo para ayudarles a deshacerse del pelo muerto y cambiar cuanto antes al pelaje de verano.
  • Poner un trapo o toalla húmeda sobre la jaula o conejera, para que refresque el aire. 
Paul y Damara con su mejor amiga del verano: una placa congelada :)

Cosas que no hay que hacer:

  • Bañarles o sumergirles en agua fría. Puede ser muy estresante. 
  • Cortarles el pelo.
  • Poner un ventilador o aire acondicionado que les dé directo, se pueden resfriar. 
  • Estresarles intentando que no pasen calor. A veces es peor el remedio a que pasen un poquito de calor.  Si al conejo no le gusta que le mojen las orejas o tumbarse al lado de una botella congelada, no hay que insistir para que no lo pasen aún peor. 

Y ánimo y paciencia, que normalmente los meses de calor son más cortos que los de frío.

jueves, 16 de julio de 2015

Joé, qué caló...

Que básicamente es lo que me paso el día (¡¡¡Y LA NOCHE!!!) diciendo. Menudo verano nos estamos cascando. ¿Pero esto qué eeeeeess? ¿No decían que a mediados de Julio se iba a calmar un poco la cosa? La verdad es que lo estoy llevando bastante mal, todo el día metida en casa con el aire a tope, porque si saco a la niña a la calle antes de las nueve de la noche se me recuece en el carro. Y además pasando calor también en casa porque gran parte del día estoy con la peque encima, comiendo o durmiendo... Y por las noches fatal porque con el calor me cuesta más coger el sueño, y claro, la chiquinina quiere comer cada dos o tres horas (lo cual también da bastante calor y sed), yo me desvelo de calor y las dos o tres horas entre tomas se quedan en hora u hora y media de sueño. Llevo así dos noches y estoy bastante hecha polvo. Creo que el finde va a dar un poco de tregua, así que a ver si vuelvo a dormir medio bien... para ser una madre de una bebé de tres meses que toma el pecho, claro. Una tiene que conocer sus límites XD

Por lo demás, vamos tirando. Ayer nos volvimos un poco locos con las ofertas de Amazon y compré bastantes cosas. Para la peque, un vigilabebés y un bolso para el carro. El vigilabebés pensaba que no lo íbamos a usar, al dormir la niña con nosotros, pero como últimamente hay veces que la puedo dormir y dejarla en el cuarto mientras cenamos, pues me va a venir bien para no estar todo el rato asomándose a ver si sigue dormida. Para la casa compré una báscula (que la que tenemos de Ikea es un poco cutre-analógica), un tapón de vacío para el vino (para cuando vuelva a beber vino), un limpiador de cristales y un altavoz Bluetooth impermeable para la ducha. Luego Dani se compró una memoria usb y unos cascos. Y porque la Roomba ya me la había sacado mi cuñada muy barata, pero había buenas ofertas también... Así que algo picamos, sí.

Más cosas. Se acerca mi cumple y creo que este año no voy a montar nada porque pensar en meter a quince personas o más en casa, con este calor, y por la tarde-noche que es cuando más suele llorar la peque, me veo con la niña histérica sin poder dormir, que me puedo pasar la fiesta con la niña llorando dando paseos por el pasillo, y además sin poder tomar ni un vinico y teniendo que recoger la casa al día siguiente. Quita, quita. Si acaso vamos a tomar una caña por ahí porque cae en sábado y algo haremos, y el que pueda venir, bien. Me hago mayor, ains.

Tengo pendientes un par de entradas, una sobre conejines y otra sobre maternidad. A ver si entre esta semana y la que viene actualizo con tó.