A flower in the dark hole.

O tengo un flor en el culo. O en el ojete, que es más chanante. Porque sí, porque yo lo valgo. Debe ser más bien grandota, un girasol o algo así (¿tengo el ojete lleno de pipas?), porque consigue que me pasen cosas absolutamente increíbles.

Y es que lo he conseguido guanmortaim. Me quedo en Madrid, más feliz que un regaliz. No sé a quién agradecérselo: al destino, a la flor de mi culo, a la suerte de Víctor, a mí misma (que de tanto pedirlo se ha hecho realidad), a Queen, a que la asignación fue un poco rara y la gente quería plazas muy variadas... A lo que sea que haya funcionado: gracias.

Ayer no dormí casi nada. Estaba más nerviosa que en el examen (lo juro porlasbragasdemafalda). Creo que porque pensaba que el examen dependía un poco de mi rendimiento, pero ayer estaba en las manos de los 66 Pires que elegían delante de mí. Pero ya está. Las cosas no podían haber salido mejor (bueno, por pedir plaza en el Clínico que no quede, pero tampoco hay que abusar). Me quedo en Madrid y eso es lo que importa. Y lo que quería. Y estoy que no quepo en mí de gozo. Me quedo en la ciudad de mis amores con todo lo bueno que eso conlleva (no voy a enumerarlo todo porque me daría para tres o cuatro entradas más).

Hoy he dormido como una marmota (como siempre) y en serio que todavía lo estoy asimilando. Hasta que no me vea en el hospi con todos mis loquitos no lo acabaré de creer.

Y esta noche celebración con la family. Me tocará invitar a mí, ¿no?

Y mañana barbacoa en Valdemoro, con el buen tiempo que va a hacer (el pueblico puede esperar).

Y guapamente te lo traigo, nianonianooo.