sábado, 23 de octubre de 2010

De los prejuicios...

Volvía yo ayer en el cercanías a los Alcorcones, con mi maleta de vuelta de Atocha. Cuando fui a salir por el torno de la estación, yo misma salí pero el torno se cerró antes de pasar mi maleta. Así que allí estaba hecha un cristo: yo por fuera, mi maleta por dentro y el torno que no se quería abrir ni de coña. Mi cara de angustia debía ser un poema.

Cuando miré a mi alrededor para ver si localizaba a algún trabajador/segurata/revisor vi que se acercaba a mi un chaval como recién salido de la adolescencia o todavía en ello. Su aspecto era un poco como de delincuente juvenil bastante aficionado a sustancias no del todo legales. Se acercó a mi y me dijo Espera que te ayudo. Y yo dije ¿Me ayudas? Mitad pregunta, mitad irónico.

El chaval saltó el torno de al lado porque yo aún tenía agarrada la maleta como si fuera mi propia vida. Cogió mi maleta (no sin dificultad porque me costó soltarla) y me dijo Vente por aquí que esa puerta está abierta (la puerta que se usa para los carritos de bebé y esas cosas). Total, que el chaval me devolvió mi maleta y yo me quedé cómo una gilipollas diciéndole Gracias, gracias, muchas gracias de verdad, menos mal que me has ayudado, muchísimas gracias... más disculpandome por haber sido una malpensada que por lo que el chaval hizo.

Y mientras andaba hacia casa me propuse a mi misma intentar no ser tan prejuiciosa con mis vecinos de barrio. Vergüenza me da, yo que intento siempre quitarle a la gente sus prejuicios sobre los enfermos mentales y no me puedo quitar los míos sobre los quinquis alcorconeros... Intentaré hacer lo propio.

1 comentario:

Quico dijo...

Hola! Eso nos pasa a todos. O casi todos... Hasta ahora no he tenido ningún percance preocupante con nadie que tuviera pinta de hacerme alguna tropelía, pero también he tiendido a prejuzgar. Unos dice que si no queires que te confundan con un delincuente, empieza a no vestirte como un delincuente. Por el contrario prejuzgar a alguien no nos dejan ver la persona que hay detrás de ese juicio, justificado o no, que tenemos hacía alguien con mala pinta o con conducatas dudosas.

Me alegro que la entrada con el pinta-delincuente haya sido con final feliz ;)

Saludines!