domingo, 31 de octubre de 2010

Receta de domingo perfecto.

Que no receta perfecta de domingo.

Ingredientes:

Pereza en abundancia y al gusto.
Cuatro partes de sueño (una parte puede sustituirse por siesta).
Comida de mamá o de suegra que, inevitablemente, será también abundante.
Bebida alcohólica en su justa medida.
Un sofá bien cómodo.
Mimos y risas a partes iguales, en cantidad al gusto de cada uno.
Dos tazas de sol y cielo azul intenso.
Un ambiente a temperatura suave.
Buena compañía con quien compartir todo lo anterior.

Preparación:

Despiertese con pereza infinita, muy despacio y preferiblemente después de haber agotado todo el sueño y utilizando parte de los mimos disponibles. Tómese un desayuno lento y abundante, a base de café y tostadas (o cualquier otra variante a gusto de cada cual). Si no se sufre de excesivo sueño o resaca, puede plantearse una caña o vermut antes de comer. Si esto ocurre, disfrute del sol y de la buena temperatura. A la hora de comer, diríjase a casa de su madre, suegra, o cualquier familiar con quien le apetezca compartir una buena sobremesa (aunque a veces uno prefiere quedarse en casa o salir fuera a su restaurante favorito). Coma hasta casi reventar y disfrute de la comida casera (que suele llevar cien gramos de amor, sobre todo si es de mamá).

Tras la comida se cuece una siesta o un buen periodo de descanso en el sofá. Tras unas dos horas de digestión a fuego medio, con el cuerpo cubierto por una mantita, podemos decidir cómo rematar el plato. Una opción puede ser salir de cervezas (vinos, cafés, merienda, excursión, cine, etc) con la mejor compañía posible. Otra opción sería terminar de pasar la tarde en el sofá con el resto de vaguería que nos quede sin utilizar.

Procurar no recordar en ningún momento que al día siguiente hay que trabajar. Adornar con tiempo de televisión y/o Internet al gusto.

Y ya ;)

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