En la recta final, entrando en el tercer trimestre.
Como ya conté en una entrada anterior, el día de Año Nuevo hice 26 semanas de gestación, lo que significa que he entrado en el sexto mes de embarazo y en el tercer trimestre. Vamos, que me queda sólo la parte final.
La verdad es que el segundo trimestre se me ha pasado volando. Me he encontrado mucho mejor del cansancio, gracias a estar en casa, y de las náuseas y los vómitos, gracias al caribán, aunque sigo tomándolo porque el día que no lo tomo vuelvo con el malestar y las náuseas. En mi caso parece que es un síntoma que me va a durar todo el embarazo, qué se le va a hacer... Otros síntomas que tengo han sido congestión nasal, que no me resulta muy molesta pero hace que por la noches ronque (o eso me dice Dani). También estoy un poco estreñida, pero nada que no solucionen los kiwis. Y algunas noches me duele la espalda, las lumbares, sobre todo si he estado mucho tiempo levantada y/o andando. Esto se debe a la hiperlordosis o que la curva de la espalda a nivel lumbar se hace más pronunciada por el peso de la tripa y el cambio en el centro de gravedad de mi cuerpo. Lo suelo solucionar poniéndome a cuatro patas y relajando la espalda durante unos momentos.
La tripa ya ha crecido considerablemente y desde hace un mes algunas personas me ceden el asiento en el metro, con lo que he comprobado que mi tripa ya no es cervecera y es más evidente. Sigo usando los mismo pantalones desde hace tres meses, con lo que imagino que lo que más ha crecido ha sido la tripa, del resto sigo un poco igual. He cogido más peso del deseable, pero estando las navidades de por medio y encontrándome mucho mejor y con más hambre, era algo de esperar. Tampoco es que me haya cortado de comer lo que me ha apetecido.
Lo mejor de todo es que desde hace ya dos meses noto a la chiquinina todos los días. Y eso me da bastante tranquilidad, porque sé que está bien. Cada vez los movimientos son más evidentes y enérgicos. Hay veces que por las noches me pega unas patadas que me asusta y todo, sobre todo si estoy medio dormida. Y hay ratos que me quedo embobada mirando los bultos y ondulaciones que hace mi tripa cuando la peque está de juerga :)
Lo peor de todo es que he empezado este tercer trimestre bastante regulera. Antes de navidades me hice los análisis y el test O'Sullivan que es una prueba que descarta la diabetes gestacional. El lunes fui a por los resultados y me salió positivo, es decir, que puedo tenerla, así que hoy me han hecho una prueba más larga, que es la que confirma si hay o no diabetes. Lo he pasado bastante mal, porque me he mareado, pero por suerte estaba mi maridito conmigo. Ya contaré otro día esta prueba con más detalle. Ahora me toca esperar al lunes para que me den los resultados. Me toca cruzar los dedos, porque si no me tendré hacer dieta para diabetes lo que queda de embarazo. Y para
completar una semana bastante movida, el miércoles me pasé la tarde en urgencias, con dinámica de contracciones, que por suerte se me pasaron con reposo. Afortunadamente me dijeron que no era nada y que puedo seguir haciendo vida normal... porque reposo y dieta para diabetes iba a ser demasiado para mi cuerpo :S
Por lo demás, empiezo a vislumbrar el final o el principio de todo, y eso supone un poco de presión. Ya empiezo a tener la necesidad de tenerlo todo preparado para cuando llegue la chiquinina. Intento no pensarlo mucho, pero a veces es inevitable pensar en todo lo que está por venir, lo que queda de embarazo, el parto, si estará sana, si saldrá todo bien, la lactancia (o no), la crianza, si nos dejarán criarla como queremos, cómo reaccionaré ante las opiniones de los demás, si conseguiremos que todo salga bien... Sé que es absurdo anticiparse tanto, pero cuando es una de las cosas más importantes que van a ocurrir en mi vida, es difícil no pensar tanto.
En fin, que voy a intentar disfrutar de estos tres meses que quedan, pasarlos lo más tranquila posible y coger fuerzas (y mucho sueño) para lo que está por venir, que me da que lo voy a necesitar :P
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