jueves, 17 de diciembre de 2015

Esas cosas que nadie te dice...

El otro día, una amiga reciente madre, comentaba en feisbuk que le parecía un timo el que nadie te avise cómo va a estar tu casa (de caos y roña) al poco tiempo de parir. No puedo más que darle toda la razón del mundo. La gente te avisa de que va a ser muy cansado, que vas a dormir muy poco, pero no te dicen mucho más de algunas cosas que implica ser padres.

Nadie te avisa que la mayoría de las veces va a peor. Por ejemplo, la roña de la casa. Piensas que con un recién nacido es normal, porque estás todo el día con el bebé a la teta e intentando dormir a ratos. Pero luego sólo va a peor. Cuando el bebé empieza a ser más interactivo, tienes que estar con él, jugar y entretenerle, porque si no se aburre y llora. Y no sé cómo lo hacen los padres que trabajan ocho horas diarias los dos fuera de casa. Y luego empiezan a invadir tu casa los juguetes. Y cuando ande, habrá que estar todo el día pendiente de donde está y qué hace... Y así hasta que se independice :P

Luego está el tema de las cacas. Las primeras cacas del bebé es el meconio, de esto te avisan en los cursos de preparación al parto. El meconio es como chapapote, en color, consistencia y dificultad de limpiar. Luego a los dos o tres días ya empiezan las cacas de lactante, que también dan bastante asquete, suele ser una plasta más o menos líquida, que varía bastante de consistencia y color, y huelen regular. Además suelen ser varias al día, con lo que no te libras de limpiar alguna aunque te turnes con el padre de la criatura. Pero nadie te avisa que cuando empiezan a comer comida es todavía peor, porque la caca se vuelve más caca aún, de cantidad y olor... Y ya va a ser así hasta que deje los pañales (mínimo dos o tres años). Y perdón por la escatología.

Nadie te avisa tampoco que tienes que hacer un máster acelerado de habilidades ninja. Aprendes a moverte de una forma extremadamente sigilosa, sobre todo cuando acabas de dejar al bebé durmiendo en la cuna. Tienes que desarrollar unos reflejos casi sobrehumanos, que te permiten coger al vuelo casi cualquier cosa que lanza tu hija y casi sin mirar. Esto también se aplica a tu hija en sí, cuando se lanza de cabeza a algún sitio... Y esto también va a peor, porque cada vez lanzan las cosas más rápido y más lejos, y cuanto más se mueven, más peligro de lanzarse contra algo de cabeza. También tus sentidos se vuelven más evolucionados, cual ninja, sobre todo el oído y el olfato (aunque por mi experiencia personal, esto sólo aplica si tienes dos cromosomas X, el cromosoma Y inhabilita este último superpoder).

Yo por último, nadie te avisa que, cuando empiezan a comer sólidos, te vuelves una obsesa de la comida. Porque un bebé come cuatro o cinco veces al día. Y tú eres responsable de lo que come. No vale lo que haces contigo mismo de ir a la nevera y ver qué hay. Tiene que comer bien y equilibrado. Es TU responsabilidad. CINCO veces AL DÍA. TODOS LOS DÍAS. Así que empiezas a entender por qué tu madre estaba todo el día dándole vueltas a la comida y diciendo "a ver qué cenamos" o "no sé qué hacer de comida mañana"...

Y hasta aquí, lo que me hubiera gustado que me hubieran dicho que me esperaba antes de ser madre. Supongo que habrá más cosas que aún no han llegado. Cuando lleguen intentaré ponerlas por aquí, para avisar a los futuros padres que me lean.

Ea.

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