Diez meses.
Ay madre, cómo pasa el tiempo, bla, bla, bla y os ahorro lo de todos los meses :P
Este mes yo creo que ha sido el más complicado desde que nació la chiquinina. Sólo recuerdo peor el primero, o más o menos del estilo en cansancio y preocupación. En fin, a ver si empezamos a remontar de una vez.
Como ya conté en una entrada, la peque ha estado malita este mes, y llegó a estar ingresada unos días. Empezamos las navidades regular, con una diarrea, aunque no fue mucho. Y el día de Reyes por la noche la niña empezó con fiebre. Estuvo dos semanas con fiebre y sin querer comer antes de que le diagnosticaran una infección de E. Coli en orina y un neumococo en sangre. Todo estupendo, vamos. Después del ingreso, seguimos con antibiótico una semana, y ha tenido días de no querer comer, e incluso de vomitar alguna vez. Todavía no está al cien por cien, pero ya va comiendo alguna cosa que no sea teta.
Y bendito pecho, menos mal que no se me ha ocurrido destetar porque ya comía bastante sólido... Lleva todo el mes que parece que tiene tres meses de nuevo, comiendo solo pecho y haciendo un montón de tomas al día. Por suerte no ha perdido mucho peso, se ha mantenido más o menos igual, y yo creo que ha crecido un poco. En la revisión nos han dicho que pesa 7,800 kilos y mide 69 centímetros, casi igual que en la revisión del cardiólogo hace mes y medio. Lo raro es que no haya perdido peso con lo poco que ha comido estas semanas. La barrigota que había hecho sí que la ha perdido, jo.
La verdad es que la peque es más buena y tranquila que nada, me tiene alucinada. Aparte de no comer, lo único que ha necesitado estos días de estar malita ha sido más brazos de mamá. Si estaba conmigo, ni se notaba que estaba enferma, estaba de buen humor, jugaba, no se quejaba. Y hasta en el hospital nos han dicho sorprendidos lo tranquila que parece. Yo sí que la encontraba menos contenta de lo habitual (aunque no suele ser muy risueña), pero con lo que ha pasado, es normal.
En el hospital aprendió a engancharse al borde de la cuna e intentaba ponerse de pie. Y en casa lo ha seguido haciendo, pero agarrándose a mí cuando está sentada encima. Se mantiene bastante rato de pie, así que me da la impresión que va a pasar de culetear a andar, y que nos vamos a saltar el gateo. También ha aprendido a lanzar lo que tiene en la mano. Antes lo dejaba caer, pero ahora lo lanza con ganas, así que entre esto y la falta de hambre, sentarla a comer en la trona es una fiesta (de comida esparcida por todas partes XD). Ha perfeccionado los lobitos un montón, dice no con la cabeza (aunque todavía no lo relaciona mucho con negación), hace palmas palmitas y hemos aprendido a decir adiós con la manita. Hay ratos que le da por hacerlo todo a la vez y es para comérsela de lo bonita que es. Parlotea un montón, y se nota que ya empieza a entender algunas palabras. También empieza a repetir algunas cosas fáciles como mamá o teta. Papá lo seguimos intentando XD
Del sueño, pasapalabra... Ha sido un mes bastante malo, con muchísimos despertares, haciendo colecho pegada a mí, teta cada hora y pico... Qué rápido se acostumbra el cuerpo a lo bueno y cómo le cuesta volver a lo regular. Además, creo que nos esperan unos meses regulares, porque ya ha empezado a extrañar muchísimo, está en un momento en que tiene bastante angustia de separación, dentro de nada empezará a ir a la guardería y yo a trabajar, y sé que son momentos en los que se suele alterar el sueño.
En fin, que se avecinan cambios importantes, a ver cómo los vamos afrontando. Seguro que es una etapa que nos trae muchas cosas buenas, pero sé que echaré mucho de menos ésta que está terminando. Es una suerte que haya podido cambiar el turno en el trabajo, así podré estar por las tardes con ella y con Dani. Cogerme estos meses de excedencia y poder disfrutar de mi chiquinina todo el día y verla crecer, ha sido una de ellas las mejores decisiones que he tomado.
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