Nuestro último día en Escocia, vamos a seguir explorando Edimburgo. Aunque el tiempo no está ayudando mucho, el día anterior disfrutamos mucho del Old Town.
Nos levantamos y para las ocho y media estamos listos para el desayuno. Desayunamos tostadas y huevos con cosas (yo champis, Dani bacon). Nos duchamos, y la chiquinina lo pasa regular porque la ducha es tipo lluvia, la tengo que duchar en brazos. Cuando estamos listos, cogemos el bus en la puerta del alojamiento y nos lleva a North Bridge en diez minutos. Ese día vamos a ver el New Town. Subimos a Calton Hill y hacemos unas cuantas fotos de las preciosas vistas de Edimburgo. Hay bastante gente haciendo lo mismo que nosotros, así que es complicado sacar fotos sin que salga algún turista. Bajamos hacia Princes Street y la peque ya se queda dormida en la mochila, no perdona su siesta mañanera. Damos un paseo viendo los edificios y el parque. Entramos en el Primark a comprar algo de ropa para la peque y un regalo para nuestros sobris. Pasamos un rato en los jardines para que la chiquinina ande y juegue un rato. Vamos hacia el final de la calle y como empieza a llover un poco, buscamos un sitio para comer. Terminamos en un italiano que se llama Ask. Tienen menú infantil y nos pimplamos una botella de rosado para celebrar nuestro último día en Escocia.
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Vistas desde Calton Hill. |
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Calton Hill. |
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Scott Monument en Princes Street. |
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El castillo desde los jardines de Princes St. |
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Uno de los bancos de los jardines, que está dedicados a personas ya fallecidas. |
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Vistas del Old Town. |
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Jugando por los jardines. |
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Otra vista del castillo. |
Después de comer volvemos dando un paseito por Rose St hasta North Bridge otra vez, planificando ya nuestro siguiente viaje (posible road trip por el norte de Italia, puente en Copenhague, sur de Francia con nuestro coche... Me encanta planificar cuando aún no hemos vuelto XD). La chiquinina se vuelve a dormir un rato en la mochila. Vamos hasta la Royal Mile para comprar algunos detalles para la familia: bufandas de lana escocesa para las abuelas y las tías, a Sofía una Nessie para la bañera, a los cuñados unas camisetas, al abuelo le cogimos una botella de whisky en el aeropuerto porque no me atrevía a meterla en la maleta, por si se rompía. Compramos algo para cenar en la habitación y nos volvemos para hacer la maleta.
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Una última vista de Edimburgo desde North Bridge. |
Aprovechamos la wifi para mirar cómo ir al aeropuerto y decidimos pedir un taxi. La señora del alojamiento nos comenta que su marido es taxista, y que los niños normalmente van el el propio cuco del carro o abrochados con el cinturón en el regazo de un adulto. Como no nos convence mucho llevar a la chiquinina así dentro de un taxi, Dani busca por Internet una empresa de taxi con sillas para bebés. Habla con ellos por teléfono y quedamos al día siguiente a las nueve y cuarto. Queríamos estar en el aeropuerto sobre las diez porque el vuelo salía a las doce. Hacemos la maleta, cenamos lo que habíamos comprado (incluido un trifle que nos recuerda a un episodio de Friends) y a dormir.
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