Cuarentena, pero aún nos queda.
¿Te acuerdas cuando pensabas que una cuarentena eran cuarenta días? Qué ilusa. ¿Te acuerdas cuando pensabas que quince días en casa se te iba a hacer cuesta arriba? Qué inocencia. ¿Te acuerdas cuando sólo tenías que preocuparte de trabajar, llevar a la niña al parque, hacer la compra y poco más? ¿Cuando no tenías que ser profesora, animadora, chef realfooder, monitora de gimnasio, cuentacuentos, chica fitness, monje budista en estado zen entre otras muchas cosas? Pues eso... Que esta situación está superando todas nuestras expectativas. Llevamos cuarenta (y pico) días de confinamiento y aún nos queda bastante tiempo para volver a una cierta normalidad, si es que podemos volver a tener la vida que teníamos antes. Yo ya llevaba tiempo, desde antes de Semana Santa, pensando que el puente de mayo lo pasábamos en casa encerrados, aunque lo que no había previsto es que también tendríamos que cancelar el viaje del puente de San Isidro. En fin. Lo que sí tengo cada vez más claro es que la peque no va a volver al cole este curso.
Aunque también estoy sacando muchas cosas buenas de todo esto. Es un curso intensivo y acelerado de aprender a vivir (y disfrutar) el presente. Porque si no vivimos el presente, pues vivimos en una tristeza constante (por lo que hemos perdido) o una angustia constante (por no saber lo que va a pasar). Así que el aquí y ahora es nuestro refugio de tranquilidad y estabilidad. Para mí antes una fuente muy importante de alegría era planificar, idear, soñar con viajes, escapadas y planes futuros. Con esta situación, lógicamente, ni planes, ni viajes, ni escapadas caben y no sabemos hasta cuándo. Al principio de la cuarentena no podía ni pararme a pensar en ello, porque me ponía muy triste y enfadada. Ahora lo voy llevando mejor, sigo sin pensar mucho en ello (ni pasarme por mi blog o mi Instagram de viajes), pero voy aceptando que esas cosas que tanto me gustaban y ocupaban una parte importante de mi tiempo y mi espacio mental, ahora ya no son posibles, y en un futuro cercano tampoco. Así que me centro en las cosas que ahora me ayudan: volver a leer, ver muchas series y películas nuevas o ya vistas, hacer fotos caseras, hacer puzzles, escuchar música y de vez en cuando pegar a Dani intentar aprender un poco de boxeo con Dani y sudar un rato juntos o pasar un rato en la esterilla.
Ayuda mucho también que todos estamos bien, no hemos tenido a nadie en situación crítica por el virus, no hemos tenido grandes conflictos en la convivencia y la chiquinina lo lleva con mucha tranquilidad. Parece mentira que lleve cuarenta y tantos días sin pisar la calle. Sí que es verdad que lleva unos días un poco más sensible e irritable, pero no más que los adultos de esta casa, que todos empezamos a notar en cierta medida el estar tanto tiempo encerrados y nuestra paciencia se va agotando poco a poco. Pero como digo, en general estamos bien, salimos a nuestra terraza cuando se puede a recargar un poco de vitamina D. Y cuando a partir del domingo podamos salir un ratito con la chiquinina, daremos un pequeño paseo cerca de casa para que ella pueda desfogarse un poco.
Y así seguiremos mientras haga falta. Cocinando y poniendo lavavajillas como nunca en nuestra vida. Haciéndonos expertos en vivir el aquí y ahora. Convirtiéndome en una artista marcial/máquina de matar. Multiempleada como nunca en mi vida pero cobrando el paro. Pasando el rato, vamos XD
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