jueves, 21 de enero de 2021

Vacunando, que es gerundio.

Yo, que después de tantos años trabajando en sanidad, nunca me había vacunado ni de la gripe, y este año ya llevo la vacuna de la gripe y la primera dosis de la vacuna contra el Covid-19. La semana que viene me ponen la segunda dosis. La verdad es que ni me lo pensé. El día que volví de vacaciones después de Reyes estaban vacunando al personal de mi centro y me la puse directamente. Me daba un poco de cosa el que me diese algún efecto secundario, pero aparte del dolor en la zona de la inyección durante tres días y que el día que me la pusieron cuando llegué a casa estaba como si me hubieran pegado una paliza, no he notado nada más. Ni mis compañeras tampoco. Bueno, un de ellas tuvo dolores de cabeza varios días, pero poco más. También conozco gente que ha tenido muchos más efectos secundarios, pero curiosamente casi todos son gente que ya había pasado la enfermedad. 

Ahora sigo con un poco de cosilla porque dicen que la segunda dosis da más reacción, pero bueno, prefiero no pensarlo mucho y si me da fuerte, pues me tendré que quedar en la cama, qué le vamos a hacer. La verdad es que lo que tengo más ganas es de que se la pongan a mis padres y a mi suegra, y que en unos meses podamos ver que esto tiene un fin. Aunque sé que de la mascarilla, el distanciamiento social y otras medidas no nos dejaran pronto, pero tengo ya ganas de ver que vamos saliendo de esto. Y no que damos un paso para delante y dos para atrás, como estamos ahora. El ver que estamos en unas cifras casi como las de marzo-abril es desesperante. Pero no nos queda otra que seguir intentando hacer las cosas lo mejor posible y tirar para delante. 

 

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