lunes, 13 de julio de 2015

Los conejines y la llegada de la chiquinina.

Las mascotas forman parte de la familia, y suelen notar bastante los cambios en la dinámica familiar. Dependiendo del animal, pueden ser más adaptables o menos, en el caso de los conejos enanos les suele costar bastante adaptarse a cualquier cambio. Si juntamos eso, con que la llegada de un bebé es un auténtico terremoto familiar, apaga y vámonos.

A día de hoy, tres meses después, los conejines empiezan a estar centrados otra vez. Pero sólo un poco. Paul en particular, que es el más sociable de los dos, lo ha notado más. Ha notado que ya no les hacemos tanto caso como antes, no pasamos tiempo con ellos, aunque sus necesidades básicas siguen cubiertas. Han notado también que ya no les dejamos campar a sus anchas por toda la casa como antes. Ahora tienen su habitación y pocas veces les dejamos salir, sólo un ratin al día, y cuando está Dani, porque si estoy yo sola con la niña, no puedo estar pendiente de lo que hacen los conejines, y tienen mucho peligro, siempre hay que tenerles vigilados.

Al final, entre el estrés de los cambios, la muda de pelo que todavía están pasando, las olas de calor y que nos fuimos una semana a la playa (ellos se quedaron con el tío Alex, que les cuida genial, pero es otro cambio más), al pobre Paul le salió una calva enorme en la frente y tuvo un poco de cólico. El pobre le salen calvas desde pequeño con el estrés. Damara sólo está un poco más arisca y destructora que de costumbre, pero parece que está bien (toquemos madera).

En fin, que la llegada de la chiquinina ha sido todo un terremoto para los conejines, pero parece que poco a poco todos nos vamos adaptando y acoplando a la nueva dinámica familiar. Y Paul seguirá siendo el conejo más pupas, mi peluchín. Por un lado me da un poco de penita tenerles abandonados, sobre todo porque durante el embarazo pasaba mucho tiempo con ellos, y conseguí mejorar mucho con Damara. Hasta hubo un par de veces que me dio besitos y todo. Pero hemos vuelto p'atrás y ya no quiere saber nada de mi otra vez. Y además, como ahora es Dani el que se encarga de ellos, les da de comer y la malta, pues conmigo menos aún... Pero bueno, supongo que es una temporada nada más, hasta que volvamos a acoplarnos todos y pueda volver a mimarlos como se merecen los peludines :)

martes, 7 de julio de 2015

Ocho años, que se dice pronto.

Como todos los años desde 2007, San Fermín para mí significa el día del amor, el día que Dani y yo empezamos a ser pareja, y además desde 2012 también es nuestro aniversario de boda. Este año no creo que podamos celebrarlo mucho, porque la chiquinina nos tiene absortos y no nos deja mucho tiempo de pareja, pero seguro que el año que viene nos desquitamos.

Qué puedo decir de mi mejor amigo, mi compañero, mi mayor apoyo, mi familia, mi amante, mi maridito sexy, mi friki preferido, que no haya dicho ya aquí, en este blog que ha sido testigo de nuestra historia. Pues poco. Que, si acaso, cada día le quiero un poco más, y que descubrir lo buen padre que es, tan tierno y cariñoso, lo que quiere a la chiquinina, me hace quererle y admirarle todavía más.

Seguimos nuestro camino juntos, hemos formado una familia y hemos superado la barrera maldita de los siete años. Y lo único que quiero es que sigamos juntos como hasta ahora, queriéndonos y disfrutándonos hasta que los dos seamos viejitos y Sofía nos meta en una residencia cerca de la playa :P



domingo, 5 de julio de 2015

Chupete o no chupete. Resuelta la cuestión.

Cuando la chiquinina nació, tenía muy claro que no quería ponerle chupete porque al principio de la lactancia es peligroso y pueden confundir la forma de succionar del pecho con la forma de chupar la tetina, y bastantes problemas tuve con el enganche como para complicarlo más. Siempre he tenido claro que el chupete es un sustituto de la teta, y no al revés como dice la gente. Los bebés que se quedan rato mamando para calmarse, no "te usan de chupete", sino que alguien inventó el chupete para no tener al bebé tanto rato en la teta.

Por eso, para mi no era problema no darle chupete, no me importaba tenerla todo el tiempo que quisiera al pecho. Entonces, ¿por qué al final le he dado chupete? Pues por dos razones principalmente. La primera es que muchas noches, antes de dormir, la niña tiene mucho sueño pero no logra conciliarlo, se enfada y llora un montón. Si tiene hambre, no hay problema porque con la teta se calma. Pero si ha comido hace poco, mal. Ponerla al pecho la enfada más aún porque no sabe hacer succión no nutritiva (chupar sin que salga leche), sale leche (que además tengo mucha) y se enfada aún más porque no quiere comer, sólo quiere succionar para calmarse. La segunda es que su coordinación mano-boca mejora cada día, y empezó chupándose la mano o todos los dedos a la vez, pero últimamente se había encontrado el pulgar, y lo chupaba como si no hubiera un mañana... Y el problema es que no conozco a ningún adulto que use chupete, pero si he conocido a más de un adulto que sigue chupándose el dedo.

Entiendo que es un doble puteo: primero te puteo para que cojas el chupete (que no suele ser fácil) y luego, a los dos o tres años te puteo para quitártelo... Pero lo prefiero al dedo a largo plazo. Los bebés no suelen querer el chupete porque tienen un reflejo de extrusión, que cuando un objeto que no es el pezón se mete en la boca, lo empujan hacia fuera con la lengua. Esto les protege de ahogarse con objetos extraños. Dura hasta los 6 meses, que es cuando ya están preparados para comer sólidos. Si queremos que el bebé coja un chupete, hay que luchar contra el reflejo de extrusión.

En nuestro caso, la chiquinina no quería chupete ni en pintura. En casa teníamos varios que nos habían regalado, y alguna vez he intentado dárselo, si tenía un berrinche gordo o en el coche, pero ná de ná. Los anatómicos, de látex, ni se los podía meter en la boca, de la fuerza que hacía con la lengua, y cuando entraba le daban arcadas. Luego descubrí que teníamos uno con la tetina mucho más pequeña y de silicona, en forma de gota, que se llaman fisiológicos. Ese lo ha pillado un par de veces, una en el coche y otra vez antes de dormir. Después me dijo que pa mí, que no lo quiere. Cuando se ha empezado a chupar el pulgar, empecé a buscar información por Internet, y encontré unos en Amazon de Avent que la gente decía que los aceptaban muy bien y que se usan hasta con prematuros. La tetina tiene forma de pezón, como los de forma de redonda pero más pequeño, y de látex entero. Lo pedí por probar, aunque eran bastante caros, y me han llegado esta semana. De momento parece que lo acepta y que la forma de succionar es parecida al pecho, pero a ver si no hace como con el fisiológico, que parecía que sí y luego no.


En fin, que parece que la odisea del chupete se va a terminar. O acaba de empezar, más bien, porque luego habrá que quitárselo... Pero cada cosa a su tiempo.

viernes, 3 de julio de 2015

El tercer mes.

La chiquinina hace tres meses, y ya no es tan chiquinina, aunque su padre siga diciendo que es muy pequeña. Parece mentira lo que ha cambiado desde que nació, ya no es una recién nacida y se nota. Cada vez pasa más tiempo despierta e interactúa mucho más con nosotros y le encanta cotillearlo todo. Mira a su alrededor durante ratos largos, con sus ojazos bien abiertos, asimilándolo todo. Y cuando está de buenas, si le dices cosas ella responde con un montón de gorjeos y ajitos, y con sonrisas que son para comérsela. Aguanta más ratos en la hamaca, y yo puedo ir haciendo cositas (no muchas, la verdad), mientras ella me mira.

El sueño lo ha regulado un montón. Por la noche suele dormir entre diez y doce horas, con tomas últimamente más tirando a cada tres o cuatro horas. Lo bueno es que como duerme pegada a mi en cuanto la oigo que se menea, le enchufo la teta y seguimos durmiendo plácidamente las dos. Yo hay muchas tomas que me quedo dormida antes de que ella termine, pero como le doy tumbada en la cama no hay peligro, y es lo más cómodo para las dos. Bueno, para los tres, porque Dani muchas noches no se entera de cuando se ha despertado la niña. Por el día suele hacer un par de siestas largas, de una hora o poco más, una a media mañana y otra por la tarde. Eso sí, encima de su madre o en la mochila, porque si no, no aguanta ni diez minutos. Yo aprovecho para leer, ver la tele o actualizar el blog (como en este momento, que la tengo dormida encima :P). Por la tarde-noche antes de dormir, suele tener un rato que se pone muy tontorrona, porque quiere dormir y no puede, aunque ya voy consiguiendo algún día dormirla y dejarla un ratito mientras Dani y yo cenamos. Es un gusto poder tener una horita para los dos y ser un ratito pareja otra vez.

Ya pesa más de cinco kilos, la lechoncilla, y va cogiendo doscientos gramos a la semana, como un reloj. La ropa se le queda pequeña en nada, la mayoría de las cosas se las pongo solo un par de veces. Menos mal que nos han prestado un montón y el ahorro es grande. También hemos cambiado ya a la talla tres de pañal, porque con la dos ya empezaba a tener muchos escapes.

Cuando la tengo en brazos aguanta la cabeza erguida a ratitos, pero no le gusta nada que la pongamos boca abajo. Cuando está boca arriba se sabe poner de lado, y alguna vez ya ha llegado a darse la vuelta solita, pero lo malo es que no sabe volver a ponerse boca arriba aún, y se enfada. Le encantan los sonajeros y el chupete no lo quería ver ni en pintura, me ha costado encontrar uno que le gustase. Se ha descubierto las manos y es muy graciosa cuando las mira, porque las pone tan cerca que se pone bizca XD Lo malo es que ya va coordinando mano-boca y se chupa la mano, y como coja vicio a ver luego cómo se lo quitamos...

Cada vez nos entendemos mejor, y con su papi vamos haciendo avances, y cada vez pasa más ratos con él tranquila. Con el resto de la gente no aguanta casi nada en brazos, enseguida llora, pero me parece lo normal porque es muy pequeña todavía para conocer a nadie. Ahora a quien más necesita es a su madre, y me da un poco por culo cuando algunas personas de nuestro entorno no lo entienden o no lo llevan bien lo de no poder cogerla y achucharla. Entiendo las ganas, pero es un poco egoísta, y para mi lo primero es que la niña esté a gusto. Si los adultos se tienen que aguantar sus achuchones, pues que se aguanten, que para eso son ya mayorcitos, coñombreyaaa...

El camino de la barra libre de teta cada vez es más fácil y gratificante. Parece mentira lo que ha cambiado nuestra lactancia en dos o tres semanas. Ahora estoy muy contenta de haber sido tan cabezota y no haberme rendido a pesar de todas las dificultades. Esto es una inversión para el futuro de mi hija que ya va mereciendo la pena. Cada vez hace las tomas más cortas y espaciadas, la última semana cada tres horas como un reloj, con lo que ya no tengo la impresión de tener a la niña permanentemente enganchada.

Hemos hecho una visita al pediatra este mes, por una diarrea que seguramente le pegó su primo (después de comer arena de playa a dos manos). Pero como no tuvo fiebre ni ningún otro síntoma, la pediatra me dijo que el tratamiento era teta, teta y más teta, para que no se deshidratase.

En fin, que los meses ya se me van pasando volando. Intento disfrutar de todo, incluso de las pequeñas cosas que son más incómodas, como no despegarme de ella ni cinco minutos en todo el día, porque (como dice mi cuñada que es muy sabia) cuando tenga quince años ya no querrá brazos ni nada conmigo, así que hay que aprovechar ahora que se deja :P

Seguro que en el futuro echaré de menos a mi bebita de tres meses, igual que ahora hay veces que echo de menos mi barriga de embarazada. Aunque si es como hasta ahora, seguro que lo que está por venir es mejor todavía :)

miércoles, 1 de julio de 2015

Respiro en la ola de calor...

Mira que me gusta el verano, pero como sea todo como hasta ahora me va a dar un chungo. Desde el domingo por la tarde hasta ayer por la noche estuve enclaustrada en casa con la niña, las dos tiradas en el sofá con el aire a todo trapo todo el tiempo. El lunes por la noche tuvimos que dormir en el salón con el aire puesto, porque en la habitación hacía más de treinta grados por la noche. Ayer cenamos pronto y salimos un rato después de cenar porque yo ya estaba agobiada de estar en casa.

Hoy parece que el calor está dando un respiro y hemos dormido bastante bien. Durante el día el aire se para a ratos, no está a tope como estos días de atrás. Pero creo que el respiro no va a durar mucho, y que el finde va a ser duro también. Lo malo de estas olas de calor es que si son muy largas acaban agobiando mucho, porque tienes que estar metida en casa todo el tiempo, y más con una bebé de tres meses...

En fin, que si las previsiones no se equivocan, vamos a estar así hasta mediados de mes, así que habrá que mentalizarse y hacer un ejercicio de paciencia. Luego Agosto será fresco y nos quejaremos también :P

Y ya, que los esfuerzos son malos para el caloret XD

PD: Yo, porsiaca, ya he reservado las vacaciones en A Coruña, que estaremos fresquitos sí o sí. Aunque lo de no poder beber albariño no sé cómo lo voy a llevar. Ains...