El test de Rorschach.

Bienvenidos a otra estimulante (mentira) entrega de Psicología de Pacotilla. Hoy desvariaré sobre un tema ampliamente conocido por todo el mundo: el dichoso test de las manchitas.

El domingo me comentaron algo sobre el test de las manchas. Fue una conversación casual sobre el tema, pero hizo que me diera cuenta de que, a veces, lo que está más extendido en la cultura popular, no se corresponde con la realidad de un tema concreto. Simplificando: la gente suele pensar que la interpretación de este test depende del psicólogo. Vamos, que tú me dices: yo aquí veo un niño corriendo a través de un bosque, huyendo de una bestia; y yo te digo: pues eso quiere decir que hay algo de tu pasado que te persigue y no estarás tranquilo hasta que lo soluciones. O me dices: yo aquí veo a muchas personas desnudas en plena orgía; y yo te contesto: eso es que follas poco. No es tan sencillo ni tan subjetivo. ¿O sí?

El test de Rorschach se compone de diez láminas de dibujos ambiguos y poco estructurados a los que hay que darle sentido. Es un test proyectivo que evalúa personalidad. Se han desarrollado sistemas de interpretación muy sofisticados, con base más cualitativa y objetiva, de los que el más conocido es el sistema de Exner. Resumiendo mucho, tiene en cuenta cosas como el tiempo de respuesta, el número de respuestas, cómo se coloca la lámina, a qué parte de la mancha se le da sentido, si se tienen en cuenta detalles, movimiento, color, si la respuesta es común o no... Se suele pensar también que hay que dar una respuesta a cada lámina, pero lo normal es dar muchas respuestas, unas 25. Es más, los protocolos con menos de 14 respuestas (para las diez láminas) no se consideran válidos.

Antes de explicar nada más tengo que advertir que la gente que utilizar este test como método de evaluación recibe una formación muy profunda, que yo no he recibido. Así que si digo alguna burrada que quede claro que es por bastante ignorancia y conocimiento superficial del tema.

Por poner algunos ejemplos de su interpretación:

Los determinantes son el color, la forma, el movimiento, la textura, etc. El color y la forma suele ser lo que más se utiliza para dar una respuesta. Si predomina la forma (por ejemplo, hoja verde) es un índice de afectividad adaptada. Si predomina el color (fuego rojo - el fuego puede tener cualquier forma) se supone que es indicativo de egocentrismo, impulsividad y sugestionabilidad. Es decir, el color es indicador de emotividad y la forma, sobre todo si no se tiene en cuenta el color, de represión de emociones.

Los contenidos también son importantes en la interpretación. Contenidos humanos indican intereses sociales, pero si estos contenidos son fantásticos (brujas, fantasmas, extraterrestres) pueden indicar estado de ánimo depresivo. Las respuestas sexuales tienen que estar en un término medio: muchas se considera que hay un problema (lógicamente) y ninguna significa represión. Los objetos producto de la actividad humana se considera que indican una buena cultura general. Sangre indica culpa o angustia. Los contenidos anatómicos pueden indicar preocupaciones en torno al cuerpo o tendencia a somatizar la angustia.

La respuestas populares son las que suele dar todo el mundo. Suelen darse en las láminas I, II, III y V, que son las más fáciles, aunque cada lámina tiene su respuesta popular. Si no hay casi ninguna indica distanciamiento de la realidad y si aparecen, pensamiento convencional. Lo normal es dar unas siete respuestas convencionales, por ejemplo:

En la lámina I, murciélago o mariposa. Mi profesor de evaluación decía que también hay mucha gente que ve a "los tres cerditos jugando al corro de la patata" O_o. Si le pongo mucha imaginación puedo ver dos cerditos... pero no sé si nos estaba tomando el pelo:



En la lámina II suelen verse un oso, perro, cordero o elefante en la zona negra de la mancha:


En la lámina III lo normal es ver a dos personas (normalmente dos mujeres negras) levantando un objeto central, y a veces una mariposa o polilla:


La lámina V es la más sencilla y se espera que todo el mundo vea una mariposa o polilla:

Y así con todas las láminas.

Y ahora, después de presentar el test, voy con los peros. A pesar del sistema de interpretación desarrollado, actualmente el test de Rorschach no es uno de los más objetivos que existen para evaluar la personalidad. Existen muchísimas críticas a este test. Muchos psicólogos opinan que no hay un acuerdo sobre como interpretar objetivamente las respuestas, que no se puede demostrar que una respuesta particular signifique algo concreto para una persona, que las manchas no son científicamente útiles, o que la interpretación de las manchas dice más del que las interpreta que de la persona evaluada.

Al fin y al cabo, la interpretación recae directamente sobre el evaluador, no sobre el test en sí, y es él quien decide cómo interpretar las respuestas. Hay otros muchos test que evalúan personalidad, con una mayor validez y fiabilidad, menor coste de tiempo, sin necesidad de una preparación tan minuciosa, etc. Aunque los defensores del Rorschach dan más importancia a la profundidad del análisis de personalidad que permite, que a las garantías estadísticas y la objetividad.

En fin... como siempre ocurre en psicología, para gustos los colores, y absolutamente todo tiene sus defensores y sus detractores. ¿Así cómo nos va a tomar nadie en serio?