Soy una cocinillas... hoy los huevos de Kitito.

Esta es una receta que me chivó mi tío Pedro, que también es un cocinillas. Bueno, no es tío carnal, pero como si lo fuera. La llamamos los huevos de Kitito porque mi tía se llama Kiti y una sobrina suya de dos años les dijo Tú eres Kiti. Y tú... ¡Kitito! Así que, con el cachondeo, se ha quedao con ese nombre la receta XD

Voy a ello.

Ingredientes:

• 1 o 2 huevos por persona (al gusto).
• Jamón serrano (o si es ibérico mejor, claro). Intercambiable por jamon cocido, beicon, chorizo, queso, etc.
• Un poco de aceite.
• Papel de film transparente.

Preparación:

Es más fácil de lo que en principio parece. Se coge una taza mediana y se cubre todo el fondo con film transparente, dejando que sobre bastante porque luego haremos un paquetito y lo ataremos. Se echa una gotita de aceite y se unta el film para que no se pegue el huevo. Se pone el jamón (o beicon, chorizo, etc.) en el fondo. Se echa el huevo. Se hace un paquetito con el huevo y el jamón, se ata y se pone a cocer cinco minutos para que la yema quede líquida y la clara cocida.

Y ya está. Queda el jamón mezclado con el huevo y se puede untar la yema con pan, si no se pasa de cocción. Está para chuparse los dedos.

La receta tiene mil variaciones porque el huevo se puede acompañar de todo lo que se nos ocurra: aceite aromatizado, especias, setas, queso rayado... Y hasta el infinito o más allá.

PD: Mola ir por la mañana asobiná en el autobús y que a tu lado se siente un chaval con los cascos a todo trapo, escuchando el Rockservatorio, y escuchar entre cabezadas a los Kiss, a Van Halen y a otros viejunos que puedes tararear pero nunca recuerdas su nombre :P
PD2: También mola estar dando una vuelta por el Ikea, con la cabeza dando vueltas alrededor de futuras e hipotéticas cocinas, baños, salones, dormitorios, y encontrarte con un montón de mantas suaves y azulitas, y que Mark Knopfler empiece a cantar Romeo&Juliet por la megafonía. Ainssss... ^-^
PD3: Y como la cosa está clasicota hoy, un gran clásico para cargar las pilas una tarde de viernes.



Canción eternamente asociada al Templo del Gato y una Bud bien fresquita.