Seis semanas más.

Pues ya nos hemos plantado en Febrero y sólo queda mes y medio para la primavera. ¡Ay, la primavera! Pero no, no voy a escribir un post de esos hipomaniacos sobre el buen tiempo, el solete, las flores, a que huelen las nubes y esas cosas de las que me gusta tanto hablar (ya sé que soy cansina, pero soy asín, qué le voy a hacer).

Pos resulta que ayer fue el día de la marmota. Sí, ese tan famoso de la película del grandísimo Bill Murray. Y resulta que salió Phil, la marmotilla esa taaaan mona, vió su sombra (en Pennsylvania) y se volvió a su cajita donde estaba al calorcito, con la que está cayendo. Y todos se decepcionaron porque eso predice seis semanas más de invierno. Y yo lo he leído por ahí y he pensado Jo, qué pena. Y luego me he rectificado y me he dicho a mí misma ¿Pero estamos tontos o qué? Vamos a ver, Anita... Primero-güan: eso es una predicción para Pennsylvania. Segundo-chú: Es más una fiesta asociada a una superstición que otra cosa. Y tercero-zrí: Haga lo que haga la moníiiiisima Phil todavía quedan seis semanas de invierno. Así que vamos a pensar como la persona ligeramente racional que eres.

Y eso. Así me he quedado. Pensando en lo bonitos que son los días invernales de sol. En que no pasa nada porque mañana vaya a volver a llover. En que así da más gustico quedarse en casa con la mantita en el sofá. En que tengo un montón de cosas por leer y no me viene mal no estar to'l santo día por ahí zascandileando. En que tiene que llover porque si no en verano lo vamos a flipar. En que es ley de vida y el invierno es así...

Y casi me convenzo, oyes. Casi.