Terminando por todo lo alto.
Estas últimas semanas están siendo bastante duras a nivel laboral. Me quedan 30 días laborables, 10 semanas, dos meses y un tercio para terminar en esta mezcla de rabia y tristeza que se está convirtiendo mi residencia...
Con lo que me ha gustado mi trabajo durante estos cuatro años, y están consiguiendo que me vaya con todas las ganas de mundo, sin querer volver a ver la cara a nadie de este sitio, mandado todo a tomar por culo. Qué ganas de irme y no tener que volver a aguantar las gilipolleces de esta gente. Incluida gente a la que tenía mucho aprecio, estos últimos días me está decepcionando un montón. Y es que cuando anuncian tormenta, todo el mundo aprieta el culo y si te he visto, no me acuerdo, no sea que me caiga a mí también una hostia de regalo.
En fin, que habrá que echarle toda la paciencia del mundo, ir tachando días del calendario y pensar en mi boda y el peazo viaje que nos vamos a marcar después, que es lo que me alegra ahora la existencia.
Qué penica me da...
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