lunes, 22 de octubre de 2012

Costa Oeste de EE.UU: San Francisco (I).

El día que llegamos a San Francisco, domingo, nos despertamos en Mariposa.

A las ocho de la mañana alguien llama insistentemente a la puerta. Me levanto blasfemando en hebreo y abro la puerta para ver a una chica con un plato de gofres en la mano que me mira con cara de alucine. Mira el número de habitación, me dice sorry y se va con el plato de gofres :(

Ya que nos ha despertado, nos levantamos y bajamos a desayunar el café asqueroso con la consabida tostada. Subimos a la habitación, nos duchamos y cerramos las maletas. Hacemos check out después de remolonear un rato porque no queremos salir muy temprano. San Francisco está a sólo 160 millas y no podemos hacer check in hasta las dos. Al final salimos de Mariposa a las 10.30h.

Ruta del día: Mariposa - San Francisco (Hotel San Remo en Mason St): 167 millas.



Todo el camino hay bastante tráfico, pero al entrar en San Francisco se convierte en atasco, sobre todo al pasar por el peaje del puente de la bahía. Este puente no es tan bonito como el Golden Gate, pero no queríamos dar tanta vuelta. Además, las vistas también son impresionantes mientras lo cruzas, con la bahía a la derecha, puedes ver Alcatraz y todo el skyline del centro financiero de la cuidad. Llegamos al hotel rápidamente gracias al GPS. Aparcamos como a una manzana del hotel en la calle, porque los domingos no hay restricciones de aparcamiento. Entre semana se puede aparcar dos horas de 8 am a 9 pm, así que podemos dejar ahí el coche hasta el lunes a las 10.

Tarifas del puente, sólo son de entrada a la cuidad.

Atascazo en el peaje.

Entrando por el centro financiero.


Es la una y media cuando llegamos al hotel, pero nos dejan hacer el check in. El hotel, el San Remo, es más bien un "hostal con encanto". Las habitaciones son pequeñas y sólo tienen un lavabo. Las duchas y el baño están fuera de las habitaciones, pero está todo impoluto, muy limpio y bien organizado. Con llevar unas chanclas para la ducha, todo está solucionado. La localización del hotel es lo mejor, a dos patadas de Fisherman's Wharf, muy cerca de Lombard St, y se puede ir paseando al Downtown. Lo primero que me sorprende es el frío que hace en San Francisco, comparado con el calor que pasamos el día anterior en Yosemite. Es mediodía y, a pesar del sol radiante y los cielos azules sin una sola nube, la temperatura debe rondar los 20 grados, así que tengo que echar mano de una chaqueta de punto y la chaqueta vaquera.

Decidimos ir a comer antes de coger las maletas del coche, porque ya se está haciendo tarde para el horario US... Muy cerca está Columbus St. y comemos en el Pellegrini, un restaurante italiano, llevado por italianos. Muy apropiado, ya que estamos muy cerca del barrio italoamericano. El camarero, un Robert Downing Jr a la italiana, en cuanto se da cuenta de que somos españoles, empieza a hablarnos en italiano y nosotros a él en español. Tomamos una pizza cada uno, Dani de cuatro quesos y yo de salmón, muy buenas, acompañadas por dos birras Moretti no tan buenas, más un espresso y un capuccino (¡por fin cafés de verdad!), todo por 70$ con propina incluida y charla sobre F1 y MotoGP con el camarero. La única pega es que me pusieron a mí el capuccino y a Dani el espresso, cuando era al revés. No les culpo por no saber que yo soy la que lleva los pantalones en la relación XD

Volvemos al hotel, pasando por el coche para coger el equipaje. En ese momento me doy cuenta de la cantidad de cosas que llevamos y de lo cómodo que es viajar con coche, que no necesitas estar cargando con las maletas todo el día. Cuando estamos instalados en el hotel, descansando y navegando por intenet, llaman a la puerta. Si, ¡otra vez! Yo vuelvo a jurar un poco y cuando abro veo que es uno de los recepcionistas que dice que tiene un paquete para mí. Le miro alucinando pepinillos. Me enseña una bolsa azul plateada con un sobre pegado que tiene mi nombre y apellido. La cojo flipando y le doy las gracias. Dentro hay una botella de champán californiano helado con dos copas heladas también y unos bombones tipo after-eight. También hay una nota de nuestra amiga californiana dándonos la bienvenida a San Francisco. ¡Menuda bienvenida!

Mmm... Qué detallazo :)

Así que cambiamos los planes de salir a ver cosas para quedarnos tirados en la cama, bebiendo champán riquísimo, comiendo bombones y mirando la guía que llevamos de SFO. Un poco más tarde, cuando hemos terminado con la botella, damos un paseo hasta Fisherman's Wharf. Vemos los leones marinos en el Pier 39 y damos una vuelta viendo todas las tiendas. Está petadísimo de turistas y domingueros. Seguimos el paseo por Lincoln Hwy. Paramos en The Cannery a tomar una cerveza. Cuando salimos nos acercamos a una tienda de souvenirs, porque Dani no se ha traído ningún jersey y con la cazadora y la camiseta tiene frío. Se compra una sudadera muy chula que pone sólo San Francisco. Le debe pasar lo mismo a mucha gente porque las tiendas de souvenirs están llenas de sudaderas, chubasqueros, cazadoras, etc. Ninguno de los dos tiene mucha hambre y estamos muy cansados, así que prescindimos de la cena y nos vamos al hotel a dormir.

Los leones marinos siesteando.

Me encantaron los leones marinos.

Alcatraz desde el Pier 39.

La entrada al Pier 39.

Nos encontramos a Zoltar durante el paseo.
Todavía nos quedan tres días completos en San Francisco, así que necesitamos descansar de nuestro road trip para disfrutar al máximo esta ciudad que tiene tan buena pinta.

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