Dos meses.
Parece mentira, pero ya han pasado dos meses desde que nació la chiquinina. Este segundo mes ha sido menos intenso que el primero, pero aún ha seguido siendo un poco montaña rusa emocional. Este mes nos hemos quedado solitas en casa porque Dani ha empezado a currar otra vez (mierda de baja de paternidad y de conciliación...). Al principio fue durillo, porque sentía que mis días eran únicamente teta, cambios de pañal y siestas cuando la niña dormía para intentar recuperarme. Muchos días ni ducha, ni salir a la calle y malcomer hasta que Dani llegaba a casa.
Dos cosas me han ayudado bastante a sobrellevar este mes. Primero, las visitas de mis padres, que un día entre semana se han venido a Alcorcón a comer y pasar el día con su nieta, con lo que yo podía ducharme y salíamos por ahí a comer y pasear, lo que nos despejaba un montón. Y segundo, el porteo. La semana antes de que Dani volviese al trabajo, compramos una mochila ergonómica que ha sido mi salvación porque la peque no aguanta en el cuco o en la cuna ella sola ni diez minutos. Pero es ponerla en la mochila y puede estar durmiendo dos horas, así que me ha servido para poder hacer cosas en casa, hacerme la comida, salir a hacer pequeños recados. Tanto me ha servido que ahora que empieza a hacer calor, me he comprado una bandolera para usarla en casa, y no acabar las dos resudás.
Este mes he notado un gran cambio en la peque, ya no es la recién nacida que me traje del hospital. Ya va pasando más ratos despierta, aguanta algunos ratos en la hamaca (sobre todo si le estoy diciendo cosas), noto que me conoce, le encanta que le diga cositas y cuando lo hago ella sonríe y hace ajitos, por la tarde-noche empieza a ponerse tontorrona y le cuesta dormirse hasta con la teta. Esto último a quien más afecta es a su padre, que cuando llega a casa es ya casi la hora tonta, y parece que la peque solo quiere mamá y teta... Me da cosilla por él, porque lo pasa regular y no disfruta todo lo que quiere de su niña, pero es lo que toca ahora. Cuando pase por la fase de "tú no, papi" seguro que la que rabia soy yo...
Hemos hecho nuestro primer viaje con ella. Al pueblo, eso sí, a conocer a la bisabuela y a los tíos y primos. La ida fue dormida todo el camino, unos 200 kilómetros. La vuelta fue peor porque era a última hora de la tarde y estaba muy tontorrona y tuvimos que parar tres veces. Dentro de dos semanas nos vamos a la playa, a Murcia, con mis cuñados y el sobri. A ver qué tal se nos da el viaje, y si a la peque le gusta la playa y los viajes, que su madre tiene mucha ganas de llevarla a muchos sitios :)
La lactancia, sigo renqueante pero, aunque no parece que la vaya a disfrutar, por lo menos ya es bastante satisfactoria a pesar de los parches (léase pezoneras). Tengo una entrada sobre lo duro que ha sido el inicio de la lactancia, que supongo que saldrá a la luz en breve. El examen de la teta (léase percentiles y otras desgracias de la revisión pediátrica) lo hemos pasado con sobresaliente, la peque pesa 4.380 y mide 56, lo que quiere decir que ha pasado de un percentil 3 cuando tenía una semana, al veintitantos cuando hizo un mes, y ahora nos vamos manteniendo. La peque ha sido una campeona en la revisión y casi no ha llorado con las vacunas (un poco sí, que es un puteo grande, son tres pinchazos). Y ahora mismo acaba de hacer una toma perfecta sin pezonera. No canto aún victoria, pero lo mismo la cosa se termina de enderezar y establecemos la lactancia de una vez.
En fin, que parece que la maternidad se va encarrilando, y ya nos vamos acoplando todos poco a poco. A ver si no surgen muchos contratiempos y seguimos yendo a mejor cada mes. A principios de julio os lo cuento :P
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