Veinticuatro meses. Dos añitos de mi chiquinina.
Lo primero, y menos importante, he llegado a mi objetivo blogueril, que era contar un poco del desarrollo de mi pequeña sus dos primeros años. Cierto que este segundo año ha sido por trimestres, porque no me da la vida desde que me incorporé a trabajar. Y no sé si seguiré con estas entradas, pero me gusta que sus primeras veces para muchas cosas estén ahí, para volver a ellas siempre que quiera, porque han sido dos años muy bonitos e intensos. Voy con el repaso a los avances de estos meses.
De talla y peso, tenemos revisión en la pediatra mañana, así que sabremos lo que ha crecido desde la última revisión. Ya hemos cambiado de talla de ropa, y en la báscula de casa pesa sobre once kilos y medio. (Edito: en la revisión, 83 centímetros y 11,300). Ya tiene todos los premolares. Hace un mes le salió un colmillo, que todavía está en proceso, y hace unos días le han roto la encía otros dos colmillos. Ya queda menos para la dentadura completa. Ha sido bastante tardía para todos los dientes, como sus primos, pero no le había dado mucha guerra, que casi es preferible.
De la comida, sigue comiendo muy bien. En casa come casi de todo, y en la guarde ha empezado a comer la comida de los mayores ya y genial. Ha tardado más por precaución de la profe, porque yo no hacía más que decirle que en casa ya comía todo sólido. Pero me imagino que será más cómodo o práctico que coma puré. Hay cosas que no le gustan, lógicamente, pero no es una niña que se niegue a probar cosas nuevas o que no le guste comer. De hecho cada vez come más cantidad y tiene una barrigota bastante hermosa. Sigue siendo una niña delgada y pequeña, pero crece a ojos vista y se la ve feliz, así que sin preocupaciones. Seguimos con la teta, claro, y no veo que tenga ganas de destetarse en breve. Ahora que entiende y que come de todo es más fácil negociar con ella algunas tomas que me desesperaban. Por ejemplo ya no le doy casi nunca en la calle, porque ella está entretenida y no se suele acordar, y porque si pide le digo que le doy después en casa y se suele conformar. Por la noche también he empezado a acortar la toma de dormir. Le doy un ratito y después le digo que Teté (la teta) se va a dormir y ya se duerme en su cuna conmigo al lado. Si hace muchas tomas seguidas a veces le digo que no (a pesar de que la máxima sea no ofrecer no negar) y le ofrezco agua, algo de comer o la intento entretener, y la mayoría de las veces se conforma. Prefiero hacer esto a cargarme mucho con el tema de la teta y al final acabar destetando del todo por mí y no por la niña. Pero bueno, creo que le dedicaré una entrada al tema un día de éstos.
En el sueño, sin novedad. Sigue haciendo todas las noches del tirón con su horario de ocho u ocho y media a siete de la mañana. Lo malo es que los fines de semana también mantiene su horario y se despierta a las siete aunque la acostemos más tarde. Con el cambio de hora ha estado unos días que tardaba más rato en dormirse, hasta casi las nueve, pero lo normal en estas situaciones.
En la guarde el último trimestre va a empezar la adaptación a la clase de los mayores, que es la que le toca el curso que viene. Como le toca cambiar de profe también, lo que hacen es que estos últimos meses del curso empieza a comer y echarse la siesta con los mayores, así en septiembre no le pilla todo el cambio de golpe. Sigue estando muy bien en el cole, se queda muy contenta con su profe y sale encantada. Estos tres meses no se ha puesto mala, así que hemos pasado un invierno con los típicos mocos y toses, con alguna diarrea, pero sin ninguna fiebre, así que genial. Una parte de mi lo atribuye a la teta, a la ayuda a nivel inmunológico que le proporciona, aunque sólo sea para convencerme de lo bien que le viene XD
Cada vez habla más y mejor. Ya hace frases de varias palabras y se expresa muy bien, aunque a veces cuesta entenderla porque algunos sonidos todavía le cuesta pronunciarlos. El primer día que dijo "papá tae agua Sosía" flipamos porque fue hace casi dos meses, y desde entonces se lanzó al maravilloso mundo de ser una radio andante, no para de hablar en todo el día. También canta canciones, de hecho su profe de la clase de música dice que entona muy bien para lo pequeña que es. Sigo haciendo de traductora, pero cada vez menos :)
Sigue siendo muy tranquila, la podemos llevar a todas partes (y más nos vale, porque no se quiere separar de nosotros ni de broma) porque es como no llevar niña. Se entretiene con cosas que podemos llevar a todas partes: cuentos, pinturas, pegatinas, canciones... También sigue bastante enmadrada, aunque va queriendo repartir cariño con otros como papá, los abuelos, los tíos y los primos. De vez en cuando viene y me da un abrazo y me dice "caíño" (cariño) o "mamá, musho" (te quiero mucho) y a mí (o a su padre cuando se lo dice) se me caen las bragas al suelo y creo que esos momentos son de lo mejor que me ha pasado en la vida. Los terribles dos de momento parecen que no llegan, y me extrañaría mucho que cambiara bruscamente la cosa (aunque todo puede ser). Es muy paciente, entiende y se hace entender muy bien, nos escucha y se conforma con otras cosas cuando algo no puede ser, y nosotros intentamos ser bastante flexibles. A veces llora, claro, y a veces nosotros perdemos un poco los nervios y le damos un bocinazo. Ninguno somos perfectos y a veces nos puede el cansancio, el cabreo o la frustración, pero no suele ser lo normal.
Hace dos años me cambió la vida en forma de una bebé chiquitina, con el pelo oscuro y la nariz aplastaica por el parto, a la que me sentí unida de una forma muy intensa en cuanto me la pusieron encima nada más salir de mí. Ahora se ha convertido en una niña preciosa, inteligente, buena, graciosa, tranquila, paciente, sensible, curiosa, con un apego muy intenso, rubia y pequeñita para su edad, que parece un lorito. Me siento muy orgullosa y me encanta ser su mamá, me gusta mucho cómo ha cambiado mi mundo a pesar del cansancio, la falta de sueño y la casi continua incertidumbre, pero la parte buena lo supera con creces.
¡Felicidades chiquinina! Vamos a por otro año más :)
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