Capeando el temporal (del virus).
Hace dos semanas me las veía yo muy felices en la playa la semana que viene, y hoy ya hemos decidido cancelar el viaje. Vaya puta mierda (hablando claro). Pero también haba de lo rápido que está cambiando la situación, de las medidas que se están tomando por lo serio que se está poniendo la cosa. Puta mierda al cuadrado. Cuando el lunes por la tarde anunciaron que cerraban los coles no me lo podía creer, que era muy exagerado. En cuatro días ya pienso que pocas medidas se están tomando para frenar lo que está ocurriendo.
No me da miedo el coronavirus en sí, ni ponerme enferma (cosa que seguramente pasará) ninguno de los tres somos población de riesgo, pero sí que me da miedo que esto pueda llegar a descontrolarse. También me da miedo las consecuencias que puede tener la infección en familiares cercanos, que tiene otras patologías. Me da miedo que haya gente con otras enfermedades graves que no puedan ser bien atendidos porque la sanidad esté saturada. Me da miedo que no todos estemos concienciados de esto y que haya gente que tenga conductas irresponsables. Me da miedo la gente que entra en pánico y arrasa en los supermercados con productos de primera necesidad que todos podemos necesitar.
Pero precisamente ese miedo hace que sea más consciente de lo que tenemos que hacer, que ahora mismo es quedarnos en casa y tener el mínimo contacto posible con otras personas. Así que en esas estamos, Dani teletrabajando, la chiquinina sin clases, y yo por suerte en paro, que si me llega a pillar trabajando no sé como lo hubiéramos hecho. Y nos quedaremos en casa, sin ir al parque, sin ir a los bares, sin nuestro esperado viaje a Canarias, y palmando la pasta de los vuelos, y probablemente la chiquinina se quede sin celebrar su cumpleaños cuando habíamos planeado. Una putada muy gorda, pero es lo que ahora me dicta mi conciencia. Lo están llamando responsabilidad social, pero a mí me parece que es civismo, o que lo contrario es no ver más allá de tu ombligo.
Esperemos que en un par de meses haya pasado el chaparrón y lo veamos como una experiencia que nos haya podido enseñar algo (por ejemplo, que si la gente trabaja desde casa, no pasa nada, nadie se escaquea y favoreces la conciliación). Porque aunque la medida de cerrar los coles en principio es hasta el día 26, yo tengo claro que hasta después de Semana Santa por lo menos, no vuelven a clase.
Seguiremos informando.
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