miércoles, 29 de julio de 2009

Soy una cocinillas... hoy tarta de cuajada.

Esta receta es cortesía de una gran repostera y esta tarta es una de las que más me han gustado de las suyas que he probado. Y además es muy fácil de hacer. Seguro que la próxima vez que la haga me sale mucho mejor :P

Mientras se cocina recomiendo poner música a toda leche y cantar a pleno pulmón, cada cual a su gusto. Yo he hecho mi propia elección:



Ingredientes.

Para la base:
  • Un paquete de galletas maría.
  • 200 gr. de mantequilla.
  • Un chupito de ron.
Para el relleno:
  • 400 ml de nata líquida.
  • Dos sobres de cuajada en polvo.
  • Un vaso y medio de leche
  • Medio vaso de azúcar.

Preparación.

Para la base: Se machacan las galletas hasta que queden hechas migas (esto es muy desestresante, lo tengo comprobado). Se calienta un poco la mantequilla hasta que se ablande. Se mezcla el ron con la mantequilla y luego con las galletas hasta que quede todo homogéneo. Se forra un molde con mantequilla y se extiende la pasta de galletas por todo el fondo.

Para el relleno: Se baten todos los ingredientes juntos hasta que haga espumita. Se pone la mezcla en un cazo al fuego hasta que hierva. El fuego tiene que estar bajito y hay que moverlo porque enseguida se pega al fondo. Cuando rompa a hervir se quita del fuego y se echa sobre la base que hemos preparado. Se deja enfriar y se mete unas horas en el frigo hasta que esté consistente.

Y yatá. Una tarta ligera y fresquita para endulzarnos estas tardes calurosas de veranito, porque... ¡maemía qué caló! ¡¡¡Que se caen los páharos!!!

lunes, 27 de julio de 2009

De cumples, santos y desenfrenos varios.


Este fin de semana he tenido la suerte de cumplir años y celebrarlo con familia y amigos a partes iguales. Me gusta cumplir años. No entiendo a la gente que le pone de mal humor o que lo lleva mal. Si no pudiese cumplir años sería una gran putada (bueno, más bien sería LA putada), por ello me alegro de cada cumpleaños que pasa, y de tener cerca a gente con la que puedo disfrutarlo.

En fin, después de estas filosofaciones baratas, decir que me lo pasé muy bien, tuve regalitos varios, invité a comidas y a cenas, recibí múltiples llamadas y acabé borracha perdida peeero sin resaca al día siguiente (bueno, tampoco taaan borracha, pero me gusta exagerar un poco), me suicidé jugando al Zombies, conocí a Chuchili... ¿Qué más puedo pedir? Ha estado muy bien que cayese en sábado.

Uno de los mejores regalos ha sido el de mi hermano, que me ha comprado el último libro del señor Terry Pratchett, Ladrón del Tiempo, al que, lógicamente, ya estoy más enganchá que una tonta. A este paso me lo ventilo en un par de días. De momento lo estoy disfrutando de lo lindo, porque la Muerte es uno de mis personajes favoritos de Mundodisco. Y la Muerte de las Ratas, también XD

Por cierto, hablando de literatura fantástica, me acaba de pasar Dani (aunque el que se enteró fue Álarcon) el link a la página donde salen los actores de la futura serie de Canción de Hielo y Fuego. Para curiosos y fans, aquí. ¡Qué emociónnn! ^-^

Y ya. A ver si la semana pasa rápido y llega pronto el próximo finde, aunque me va a dar penita porque es mi última semana en el centro de salud. Pero bueno, es lo que tienen las rotaciones de los resis.

lunes, 20 de julio de 2009

Viva el refranero popular.

Del título de la entrada enterior se me ocurrió reflexionar sobre algunas frases hechas de nuestro idioma. La mayoría tienen su historia, pero he recogido algunas que me han llamado la antención.

Allá van.

Mezclar churras con merinas. Que no "churros con meninas", como he oído alguna vez por ahí, a algún avispao. Las churras y las merinas son diferentes tipos de ovejas. Aquí unas churras y aquí unas merinas con unas cabras que se colaron en la foto. Como se puede comprobar se parecen como un huevo a una castaña (otra bonita expresión de nuestro idioma).

A buenas horas, mangas verdes. Se refiere, como bien sabemos, a alguien que toma una decisión o hace algo o llega tarde. No está muy claro de dónde viene la expresión, si de la policía rural de los Reyes Católicos (s. XV), de la guardia urbana del Conde de Romanones (s. XIX) o de los guardias forestales del siglo XIX, pero está claro que todos vestían uniforme con mangas verdes y no se caracterizaban por su puntualidad en el cumplimiento del deber.

A cada cerdo le llega su San Martín. Este refrán se refiere a que a cada persona le llegan las consecuencias justas de sus actos, vamos, que si eres malo te acaba llegando el momento de pagar la deuda. Viene de la fiesta de San Martín, que es el 11 de Noviembre y suele coincidir con la mantanza de los cerdos en los pueblos. Me encanta esta frase y creo fírmemente en ella, así que, andáos con ojo si habéis sido malos... Mwaahahahahahaaa...

Como Pedro por su casa. Se dice de una persona que se siente cómoda en una situación o en un lugar desconocido. En principio se usa Pedro porque es un nombre muy común en nuestro país, y serviría para referirse a cualquier persona. Pero en otros países se usan otros nombres. Por ejemplo, creo que en México se usa como Juan por su casa. Aunque también se dice que el origen de la expresión viene de Pedro I de Aragón, que en la Reconquista arrebató Huesca a los musulmanes con mucha facilidad.

Más chulo que un ocho. Este es muy madrileño y, de hecho, su origen está en el tranvía madrileño número ocho, que era el que llevaba de Sol a San Antonio de la Florida y en las fiestas del santo se llenaba de chulapos y chulapas que iban a la verbena.

Cuando el grajo vuela bajo hace un frío de carajo. Este es muy bueno y mola porque, además de ser muy popular y sabio, tiene una explicación lógica. El grajo tiene una gran envergadura y el aire frío, como ya se sabe, pesa más que el caliente, por eso a las aves de gran tamaño les cuesta más mantenerse a mayor altura cuando el aire está más frío. También se asocia a que tras un frente frío suele haber altas presiones, lo que significa un mayor esfuerzo para estos pájaros para mantener la altura. Pero lo que más me gusta es la continuación y es que cuando el grajo vuela por los balcones hace un frío de cohones.

Pos ya vale por hoy, que para ser lunes no está mal. ¿Alguien conoce alguna más?

A ver si se pasa rápido la semanita.

domingo, 19 de julio de 2009

Mezclar churras con merinas.

Que las mezclas no son buenas. Ya lo tengo comprobado desde la primera cogorza que me cogí a base de mezclar cerveza, calimocho, martini con limón y chupitos de todas clases (bendita inocencia y feliz atrevimiento de los 16 años). Por eso, el otro día después de ver Duplicity, me quedé con la misma sensación de mareo y revoltijo interior. Os cuento.

Se intentan poner ojitos,
pero no les sale...

Resulta que esta película, que se hace llamar thriller pero de intriga tiene poca, mezcla la típica película de espias, como 007 pero a lo cutre, con algo parecido a un enredo romántico. Estaría bien si los espías primaran sobre lo romántico, pero no, parece que la intriga es la excusa para contar un romance entre Clive Owen y Julia Roberts, más bien poco creíble (¿será por la inevitable asociación inconsciente con todos los anteriores papeles de Julia Roberts?). Es que no pegan ni con cola. Mira que yo no pido mucho pero estos dos no saben lo que es la química.

Total, que te pasas media película preguntándote ¿por qué estos dos estarán juntos? y sin creertelo del todo. Y cuando parece que se centran más en el espionaje, se les pira la pinza, lo intentan hacer más "imprevisible" y esa parte también se va al garete. El final es más de comedia romántica que de cualquier otra cosa.

Pero bueno, no está mal del todo. Es entretenida, es rápida, en momentos es divertida, te recreas la vista con los guapos protagonistas, pero acabas con la sensación de que ni has visto una buena película de intriga, ni te has reconfortado con una buena peli romántica... No se puede querer todo.

sábado, 18 de julio de 2009

Respira hondo.

Llevo más de una semana sin actualizar por causas de fuerza mayor. Después de una semana bastante horrible con sustos, ingresos, recuerdos tristes, discusiones absurdas y más circunstancias personales que no creo que a nadie le interesen demasiado, por fin hoy me he podido sentar tranquilamente delante del ordenador. Mmm... Sí, creo que caótica sería la descripción más adecuada de esta semana que está a punto de terminar.

Pero, en fin, ya se acaba y, afortunadamente, termina de la mejor manera posible. Bueno, podría estar en Granada, pero tampoco hay que pedirle peras al olmo. Eso sí, ayer me sentó genial el tinto de verano con Andrea, fue un desahogo. Y el vodka de después, también :P

A ver si la semana que viene es más tranquila y rutinaria, y puedo pasar mis últimos días con 27 años con un poco de paz y sosiego.

Mientras tanto, un poco de música de buen rollo:



Y no olvidarme de respirar hondo.