lunes, 20 de julio de 2009

Viva el refranero popular.

Del título de la entrada enterior se me ocurrió reflexionar sobre algunas frases hechas de nuestro idioma. La mayoría tienen su historia, pero he recogido algunas que me han llamado la antención.

Allá van.

Mezclar churras con merinas. Que no "churros con meninas", como he oído alguna vez por ahí, a algún avispao. Las churras y las merinas son diferentes tipos de ovejas. Aquí unas churras y aquí unas merinas con unas cabras que se colaron en la foto. Como se puede comprobar se parecen como un huevo a una castaña (otra bonita expresión de nuestro idioma).

A buenas horas, mangas verdes. Se refiere, como bien sabemos, a alguien que toma una decisión o hace algo o llega tarde. No está muy claro de dónde viene la expresión, si de la policía rural de los Reyes Católicos (s. XV), de la guardia urbana del Conde de Romanones (s. XIX) o de los guardias forestales del siglo XIX, pero está claro que todos vestían uniforme con mangas verdes y no se caracterizaban por su puntualidad en el cumplimiento del deber.

A cada cerdo le llega su San Martín. Este refrán se refiere a que a cada persona le llegan las consecuencias justas de sus actos, vamos, que si eres malo te acaba llegando el momento de pagar la deuda. Viene de la fiesta de San Martín, que es el 11 de Noviembre y suele coincidir con la mantanza de los cerdos en los pueblos. Me encanta esta frase y creo fírmemente en ella, así que, andáos con ojo si habéis sido malos... Mwaahahahahahaaa...

Como Pedro por su casa. Se dice de una persona que se siente cómoda en una situación o en un lugar desconocido. En principio se usa Pedro porque es un nombre muy común en nuestro país, y serviría para referirse a cualquier persona. Pero en otros países se usan otros nombres. Por ejemplo, creo que en México se usa como Juan por su casa. Aunque también se dice que el origen de la expresión viene de Pedro I de Aragón, que en la Reconquista arrebató Huesca a los musulmanes con mucha facilidad.

Más chulo que un ocho. Este es muy madrileño y, de hecho, su origen está en el tranvía madrileño número ocho, que era el que llevaba de Sol a San Antonio de la Florida y en las fiestas del santo se llenaba de chulapos y chulapas que iban a la verbena.

Cuando el grajo vuela bajo hace un frío de carajo. Este es muy bueno y mola porque, además de ser muy popular y sabio, tiene una explicación lógica. El grajo tiene una gran envergadura y el aire frío, como ya se sabe, pesa más que el caliente, por eso a las aves de gran tamaño les cuesta más mantenerse a mayor altura cuando el aire está más frío. También se asocia a que tras un frente frío suele haber altas presiones, lo que significa un mayor esfuerzo para estos pájaros para mantener la altura. Pero lo que más me gusta es la continuación y es que cuando el grajo vuela por los balcones hace un frío de cohones.

Pos ya vale por hoy, que para ser lunes no está mal. ¿Alguien conoce alguna más?

A ver si se pasa rápido la semanita.

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