Viernes (aunque no lo parezca).
Hay algo más decadente que estar sola en casa un viernes por la noche. Sí. Que tus amigas te hayan dado plantón porque trabajan como perras y llegan muy cansadas a casa. Estar cenando chorizo, lomo y múltiples tipos de queso con pan (por lo menos no he llamado al chino). Estar acabando con la botella de albariño que había en la nevera (con el consiguiente pedo y la posterior resaca). Estar viendo un melodrama de J. Lo en la televisión, ¡en telemadrid!. Tener el cenicero hasta arriba de colillas. Pensar que podría estar en Galileo llorando de la risa (¿Por qué no habré ido otra vez?). Escribir en un flog cosas que sólo me incumben a mí y que no debería reconocer por la salud de mi vida social y mi integridad como persona.
Supongo que más que decadente es un poco deprimente. Y que mañana me arrepentiré de haber escrito esto, pero a lo hecho, pecho (y de eso no me falta).
Voy aprovechar el achispamiento del vino gallego para ver alguna de las películas que me faltan de Mel Brooks.
Mañana será otro día.