Las bodas molan.
Esto empieza a ser una bitácora bitemática: un día música y otro chanante. Soy asín, cuando me gusta algo no puedo parar. El último post fue musical... pues chanante toca.
El título puede llevar a engaño. Lo único que me gusta de las bodas es comer, beber y fumar como una descosía. Pero si todas fueran como la que vi el miércoles en la pantalla de mi televisión me haría adicta a ellas. Lo que presencié fue la primera boda heterosexual entre hombres de España y, cómo no, sólo podía estar protagonizada por Ernesto Sevilla y Raúl Cimas. No sé por qué después de verla me entraron ganas enormes de comerme un merengue... gigante. Cosas del susconsciente, supongo. Ya estoy esperando el divorcio por todo lo alto. O los churumbeles, que sería aún más gracioso. Me los puedo imaginar, pelirrojos, cabezones, con bigote... y con mucho encanto personal, claro. XD
Si digo que sentí envidia cochina de Cimas queda muy mal ¿no? Queda en plan ya está esta gilipollas con su monotema ¿verdad? Pues no digo nada entonces. Madremía ya hasta envidio a los hombres... que le besan. Estoy fatal de lo mío.
Yastá.