Conversaciones filosóficas (por llamarlas de alguna manera).

Tanto estudiar y trabajar me van a volver loca de remate (aún más). Sobre todo estudiar. Me sienta fatal. Me hace decir unas tonterías muy grandes. Bueno, además Vane me inspira para decir chorradas, debido a la complicidad que estamos adquiriendo, a base de vernos todos los días (menos mal que nos llevamos bien). Para muestra de nuestras conversaciones surrealistas, un botón (resumido):

Saliendo de una papelería, de comprar un par de bolis bic negros:
Yo (picona): ¿Por qué los compras negros? No me gustan los bolis negros, tía. Son una mierda.
Vane: ¿Qué te pasa a ti con los bolis negros?
Yo: No sé... No me gustan. Prefiero los azules. Molan más. Tus bolis son una caquilla.
Vane: Que te den por c***, nena. Que te den y que te duela.
Yo (con cara de penita): Nooo... por culo no...
Vane: Que te den por c*** con un boli negro.
Yo: ¿Con un boli? Eso no me iba a hacer mucho daño.
Vane (con cara de sádica): Que te dé por c*** un negro.
Yo: ¡Auch! Eso sí que iba a doler... Hija de puta.
Vane: Siempre hija de puta...

Y esta conversación no es de las peores. Sí, mi estado mental (y físico) está llegando a límites insospechados.

PD: Aunque parezca mentira, hoy me siento como en un anuncio de compresas. Y qué mejor banda sonora que The Feeling.