miércoles, 13 de noviembre de 2019

De puentes, horrores y más escapadas.

A ver, que no saco tiempo para tener esto todo lo actualizado y bonito que me gustaría. Cómo se nota que ya no voy en transporte público a trabajar, que era donde daba rienda suelta a la sarta de chorradas que suelen salir de mis dedos. En fin... voy a hacer la técnica sándwich y empezar y terminar por lo bonito, que no os asustéis ni os vayáis de mi casa con mal sabor de boca :P

El puente de Todos los Santos estuvimos en Valencia. Fue una escapada de última hora que mejor no nos pudo salir: una oferta bastante buena (y en las fechas que eran, impensable) en un hotel guay, nos hizo un tiempazo de flipar (en manga corta todo el día) y pudimos ver a Virginia y a Rafa un día para cenar (sí, nos vamos a 350 kilómetros a vernos cuando vivimos a 10 kilómetros). Vimos el Museo de las Ciencias, que a Sofía le gustó bastante, aunque durmió pocas horas esa noche y tenía el día un poco cruzado. Pero yo creo que se acordará de los pollitos recién nacidos. También estuvimos un rato en el parque Gulliver, aunque poco porque no sabíamos que cerraban a las cinco y media. Fuimos al Oceanográfic y flipamos con el beluga (o flipé yo, no lo tengo muy claro). Comimos una paella que pasará al imaginario familiar de comidas históricas (que te morías de rica, vamos). Fuimos un rato a la playa y la chiquinina hasta se bañó en la Malvarrosa, y a su madre le olió un rato el culo a playa, que siempre viene bien (su padre intentó no mancharse mucho de arena y no se quejó mucho, que ya es bastante XD). Y el domingo vuelta a casa, cansados, pero yo desconecté un montón y me vino genial.

En el Oceanografic, haciendo el moñas. 
El primer horror que hemos pasado estos últimos días ha sido una infestación de piojos. Es lo que tiene tener hijos en edad escolar, que no te libras de los puñeteros pipis. Bastante suerte habíamos tenido después de tres años escolarizada y ningún contagio hasta ahora. No es mucho horror, pero es un p*to c*ñazo: que si hacer el tratamiento, que si cambiar las sábanas, que si lavar todos los textiles de la casa, que si guardar los textiles que no se puedan lavar en bolsas, que si pasar el aspirador por colchones y sofás... Todavía estoy poniendo lavadoras, a una media de dos al día, y tengo un rincón lleno de bolsas en cuarentena. Se supone que los piojos no sobreviven más de 48 horas fuera de la cabeza del huésped, pero lo vamos a dejar un poco en barbecho porsiaca. Era eso o quemar la casa... Parece que ya no tenemos bichos vivos pululando a su aire pero, lo que es la sugestión, ¿no os pica también la cabeza un poquito? XD

El segundo horror han sido las elecciones generales. Mi reflexión acerca de este tema es que no entiendo cómo a la gente le sorprende que más de tres millones de personas hayan votado a Vox. Yo sí que creo que en este país hay más de tres millones de personas machistas, racistas, homófobas, que se dejan consumir por el odio y el miedo a los que no son iguales. Lo veo en mi día a día. Lo que pasa es que ahora les han dado alas para salir del armario de la cueva. Antes no les quedaba más remedio que votar a un partido que se decía de centro-derecha y ahora ya no hay complejos para lanzar a los cuatro vientos su odio e intolerancia. Gracias a los medios de comunicación que ayudan a radicalizar la percepción de la sociedad en la que vivimos. Gracias a los otros partidos de derechas que con su apoyo implícito han reafirmado que no hay nada de malo en esa ideología. Pero sobre todo gracias a que esta sociedad no ayuda mucho a educar en la igualdad, en la tolerancia, en la inclusión y en el respeto. Y ya no digo más, qué vaya ascopena más grande.

Y termino con lo bonito para no quedarnos con ganas de llorar. ¡Que este viernes nos vamos tres días a Ibiza! ¡¡¡Fiesssshhhtaaaa!!! Ah, no, espera, que es noviembre y nos llevamos a la chiquinina... Pues ¡Relax, comer, beber, atardeceres, ver el marrrrr! Vamos que si no nos cae el diluvio universal, que tiene un poco de pinta, nos conformaremos con pasar unos días junticos, conocer mi primera isla Pitiusa y del archipiélago balear. Sí, yo nunca he estado en Baleares, ni la chiquinina tampoco, pero Dani no se libró del consabido viaje de fin de EGB a Mallorca. En fin, que tengo ganas de ir pero también creo que nos lo vamos a tomar con mucho relax, porque yo estoy necesitada de un poco de tranquilidad y sosiego, después de los últimos fines de semana. Y que llevo casi un mes currando y el cuerpo todavía no se me ha acostumbrado al ritmo.

Y ya.

¿Pongo musicote? Pongo musicote 😁

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