Aseo conejil a conciencia.
El otro día estaba sentada en el sofá, con mi bolita de pelo rondando el sofá, cuando le pillé realizando su ritual de aseo para cara y orejas. Es taaan mono...
El pobrecito estuvo malico el finde pasado, y fue cuando me terminé de enterar que tengo a un ser vivo a mi cargo, que se puede poner enfermo y hay que llevarle al veterinario (y yo me quedo sin el plan del viernes), y que ya le he cogido mucho cariño y me daría mucha penita que le pasara algo. Ains, supongo que cuando me dicen lo del "hijo peludo" no va muy desencaminado...
Si hasta nos hemos comprado una alfombra para que campe a sus anchas por el salón, sin deslizar por el parqué como en una pista de patinaje. De momento está entrenando para subir y bajar del sofá él solo, que ya es un paso ^^
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