35 semanas y sigue la cuenta atrás.
Siento que últimamente no hablo de otra cosa, pero tener una barriga del tamaño de un balón reglamentario de baloncesto, con una personita dentro que le gusta patearme las costilla, no ayuda a pensar en otra cosa. Hoy hago 35 semanas de embarazo, lo que significa que me quedan dos semanas para estar a término (es decir que si nace la chiquinina ya no se consideraría prematura) y cinco semanas para salir de cuentas. Y como muchísimo me quedan seis semanas y seis días para conocer a la peque. Ainssss... se acerca el momento de la verdad.
Mientras tanto intento seguir haciendo vida "normal" (o todo lo normal que se puede hacer a estas alturas. Se agradecen mucho estos días que está haciendo tan buen tiempo y tan buena temperatura. Mola que ya estén floreciendo los almendros que hay por la calle y apetece más salir a la calle, dar paseítos y quitarse capas de ropa. Aunque lo paseítos cada vez son más cortos y más lentos, porque como me pase medio pelo, ahí están las contracciones acechando para saltar. De hecho el domingo a última hora me acongojé un poco porque eran bastante regulares, cada diez minutos, y me duraron dos o tres horas, no se me pasaba ni en la cama, y durante la noche tuve molestias y dolores como de regla. Por suerte la cosa no fue a más, pero me sirvió para platearme preparar las cosas que nos falta.
Así que esta semana he estado preparando la maletilla de la peque para el hospital (ya está preparada en su cuarto) y he empezado a meter cosas en nuestra bolsa (mudas limpias, sujes y camisetas de lactancia, una bata, ropa para salir del hospital después de...), aunque no puedo tenerla finiquitada hasta el día que nos vayamos a parir, porque hay cosas que usamos todos los días, sobre todo las de aseo.
También hemos terminado de montar la cuna de colecho que nos hemos currado, a partir de una de Ikea. Esto tendrá su propia entrada, aunque se puede ver en muchos sitios ideas de gente que ya lo ha hecho (que es de donde yo saqué la idea), en sitios como Ikea Hackers o en Piratas del Ikea. Ya puedo decir que si nosotros lo hemos conseguido, más fácil no puede ser, porque no somos muy manitas ni aficionados al bricolaje. Lo que sí somos es muy ahorradores y nos ha costado como una cuarta parte de lo que pueden llegar a costar las cunas de colecho que venden.
Y lo que nos queda es elegir guardería, cosa que me trae un poco por el camino de la amargura, no sólo por tener que ir a ver guarderías, que es un coñazo pero no lo podemos posponer ya más, sino porque me recuerda el momento que tendré que dejar a mi peque al cuidado de unos desconocidos y me tendré que ir a trabajar. Y eso, que será casi después de un año (o más) sin currar, me va a dar una pena infinita. En fin, no voy a pensarlo aún, que me quedan unos cuantos meses para que esto ocurra.
Por lo demás, nos quedan cositas, pero no muy importantes, así que se puede decir que estamos preparados para que la chiquinina venga cuando quiera. Otra cosa es a nivel psicológico, que eso creo que no me haré a la idea hasta que la tenga en brazos, pero no quita que tenga ya muchas ganas de que llegue ese momento.
Ainsssss, qué ganas de tener a esa cosita pequeña y tierna en brazos.
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