viernes, 14 de octubre de 2016

Viaje en coche por Escocia (III). De St. Andrews a Stonehaven.

¡Feliz viernes! Sigo con nuestro viaje en coche por Escocia.

Nuestro primer día entero en Escocia. La noche la he pasado regular. Duermo cinco horas del tirón y Sofía se despierta a tomar teta. Luego ya no duermo profundamente, porque la niña se mueve mucho. Nos levantamos a las ocho porque habíamos pedido el desayuno a las ocho y media. El señor de la guest house nos da conversación mientras nos da el desayuno. Sólo hay otra huésped además de nosotros, que debe ser británica también. Comemos tostadas y un sándwich, yo de queso y Dani de beicon, café con leche y zumo. La peque una galleta y un yogur. Dejamos el scottish Breakfast para otro día, no nos atrevemos aún, porque no estamos acostumbrados a desayunos tan contundentes. Nuestro anfitrión nos ayuda a buscar un supermercado por Internet porque necesitamos comprar pañales y comidas para la peque. Hacemos la maleta, cargamos el coche y pagamos la habitación. El señor me lo cobra directamente en la tarjeta a través de Booking, para no tener que dárselo en efectivo. Vamos al supermercado para comprar pañales, algún potito más, yogures y fruta para Sofía, y patatas, galletas y guarradas en general para nosotros. En total 17£.

Ponemos el GPS rumbo a St Andrews. Son sólo 16 millas y tardamos como media hora. Llegamos como a las once y aparcamos en la misma calle del castillo, parece que no hay que pagar por el aparcamiento, o por lo menos no vemos ninguna señal. Dani se pone a la peque en la mochila y vemos el castillo desde fuera. La entrada nos parece un poco cara para ser un castillo casi derruido. Echamos algunas fotos y damos un paseo por el centro, vemos la universidad y nos acercamos a la catedral. Se supone que también hay que pagar por entrar en la catedral, pero las puertas están abiertas y nadie controla el paso, así que entramos a echar unas fotos. La chiquinina pide teta y nos sentamos en un banco al lado de la costa, así descansamos todos un ratito. Volvemos dando un paseo, bordeando por la costa.

Típica cabina telefónica.
Castillo de St Andrews.
La entrada al castillo.
Una casa en St Andrews.
La universidad.
La universidad.
La universidad.
La catedral.
La catedral
El castillo.
La siguiente parada es el castillo de Glamis. La peque se echa una siesta en el coche mientras llegamos. Son unas 25 millas y tardamos menos de una hora en llegar. Estamos allí como a la una. La entrada nos cuesta 11£ cada uno. El castillo es bastante chulo, pero tenemos bastante hambre, así que vamos lo primero a la cafetería a comer. Para calentar el potito nos dan una tetera gigante con agua caliente porque no pueden usar el microondas, así que montamos un poco de show, porque después de sumergir el potito en el agua ardiendo un rato, no había huevos a sacarlo sin quemarnos los dedos. Al final Dani le pide a una camarera que nos vacíe la tetera y aún así nos cuesta sacar el potito, que está ardiendo. A Dani no le gusta su sándwich de pollo al curry así que cambiamos y le doy mi bocata de bacon y brie. La comida nos cuesta unas 16£, los dos sandwiches y dos bebidas. Hacemos el tour del castillo, aunque un poco regular, yo no me entero de mucho porque la peque está un poco tontorrona porque tiene sueño. Aunque va en la mochila no puede dormirse. Al terminar el tour, que te enseña bastantes habitaciones ambientadas de época y la historia del castillo, salimos a los jardines a hacer unas fotos. Durante el tour está prohibido sacar fotos, por lo que no tenemos ninguna de dentro. La peque disfruta correteando un rato por el césped y nosotros del día tan estupendo que nos está haciendo.

Llegando al castillo de Glamis.
La carretera de entrada.
El castillo.
La parte trasera del castillo.
Correteando en los jardines. 
Nos vamos como a las tres y media. Ponemos el GPS rumbo a Dunnotar castle. Son unas 40 millas y tardamos sobre una hora en llegar, bien porque es casi todo carretera buena. En el parking del castillo hay un kiosco y mesas de picnic, le damos a Sofía la merienda y tomamos un agua y una coca cola. Para entrar al castillo hay que pagar la entrada, pero decidimos verlo solo desde fuera. Es impresionante, allí enclavado encima de un acantilado sobre el mar. No sé si el interior merecerá la pena, pero parar un rato a contemplar el paisaje sí que es casi obligatorio. Llevamos a la chiquinina en la mochila porque el terreno no es como para que ella esté andando sola. Me pongo morada a hacer fotos. Ahí van unas pocas:


Vamos al hotel que está en Stonehaven a las afueras de la ciudad, el Lairhillock Lodge y hago el check in mientras la chiquinina se echa otra siesta en el coche. El hotel me recuerda a los lodge de carretera de EEUU. La señora de recepción muy maja. No tenían preparada la cuna, pero la prepara enseguida. Nos recomienda cenar en el pub del hotel que está al lado, el Lairhillock Inn, y nos parece bien porque está un poco en medio de la nada. Cenamos un plato cada uno (noodles con ternera y espaguetis con albóndigas), una cerveza y una copa de vino blanco por 37£, que pagamos con tarjeta. Tienen trona para la peque, como casi todos los pubs que hemos visitado. Volvemos al hotel y a dormir. La peque se duerme como a las nueve y media y nosotros poco después, tras aprovechar un poco la wifi.

La Tennents al parecer está malísima.
Podíamos estar en la Route 66.

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