El miércoles, nuestro último día en San Francisco y EE.UU., es mi cumple. Creo que nunca lo había celebrado en un sitio tan genial. ^^
Nos levantamos como a las nueve y media. Yo desayuno un trozo de pizza de la noche anterior. A pesar de que sea también una gran tradición estadounidense, ya la practicaba de hace muchos años. Dani no quiere pizza, claro. Decidimos ir a coger el cable car en Taylor con Bay, que está muy cerca del hotel y hay menos gente. Es nuestro último día en San Francisco y habrá que cogerlo al menos una vez. No hay casi gente esperando y nos montamos en el primero que pasa, aunque dentro, no delante colgando del tranvía, como es lo típico. Hacemos toda la línea hasta Powell con Market. El sonido que hace el cable car me recuerda mucho a la mítica montaña rusa del parque de atracciones, la Siete Picos, por lo que chirría. Por un momento me parece que tengo veinte años menos (Uff... Qué mayor estoy XD).
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El interior del cable car. |
En Market cogemos el bus 21 que nos deja en Alamo Sq, para ver la Painted Ladies. Son unas casas de estilo victoriano, que son iguales pero cada una pintada de un color. También se las conoce porque salían en la serie de Padres Forzosos. El barrio es muy bonito y tranquilo, residencial, lleno de casas que tienen pinta de ser carísimas. Después de unas cuantas fotos, damos un paseo de vuelta hasta el Civic Center. Allí cogemos el tranvía F que nos lleva hasta el embarcadero.
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Las Painted Ladies. |
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Más casas de estilo victoriano. |
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El Civic Center. |
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El tranvía F. |
Lindsay nos ha recomendado visitar el Ferry Building, porque dentro hay una especie de mercado gourmet con un montón de puestos de comida. Damos una vuelta por allí y al final decidimos comer algo en un wine bar. Tomamos un plato de fiambre y embutido y un trozo de queso cremoso con dos barras de pan, pequeñas pero ¡pan de verdad! Me sabe todo a gloria. Dani bebe una pilsner local y yo un Pinot Noir de California que está muy bueno. Todo nos sale por unos 50$ y ya nos damos por comidos.
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Comida de cumpleaños... ¡Ñam ñam! |
Después damos un paseo hasta el Pier 39 y compramos algunas chorradas para la familia y amigos. Hacemos una última visita a los leones marinos que están siesteando al sol. Seguimos el paseo hasta el hotel, donde nos echamos la siesta un rato. También hacemos el check out en el hotel, porque saldremos muy temprano por la mañana, y en recepción nos piden el shuttle al aeropuerto para las 6.30h.
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Una vez más, los leones marinos. |
A las ocho salimos a cenar a un restaurante italiano que también nos recomendó Lindsay. Está en Columbus Ave y se llama L'Ostería del Forno. Es un sitio muy pequeño y coqueto y la comida está muy buena. Después de la cena hacemos un intento de tomar una copa, pero al final lo dejamos porque al día siguiente nos levantamos muy pronto para ir al aeropuerto. Volvemos al hotel, recogemos las maletas, nos damos una ducha y a la cama.
Me acuesto pensando que tengo que volver a San Francisco. Es algo que me han provocado algunas ciudades que he visitado, que me han gustado tanto que quiero volver antes de irme de allí, como Roma o Berlín.
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