A vueltas con la Semana Santa.
Me da en la nariz que este año la Semana Santa no va a ser como la del año pasado. Teniendo en cuenta que vimos las procesiones desde dentro de los bares de la Latina (como tiene que ser) y que nos corrimos unas buenas juergas, y que este año me toca plan familiar... todo está dicho. Habrá que pensar que son las últimas vacaciones hasta el verano y hay que aprovecharlas. Qué ganas tengo de que llegue el verano, madremía.
Pues allá que voy, a tierras castellano-leonesas, a intentar tomar todos los vinos posibles, aprovechando que saben lo que es un pincho de verdad, a admirar las procesiones (uff, me dan un poco de mal rollo, por el estilismo KKK y eso...), a pasar frío, a disfrutar del aire puro y de la primavera agreste, a empaparme de la cultura rural y acordarme del gañán de vez en cuando, y a ver si pillo a alguno de mis primos por banda para salir por Salamanca.
A ver si, por lo menos, puedo subir algún día a la estación de esquí y estrenarla, que todavía no la he pisado. Vale, no es Sierra Nevada, ni en tamaño ni en ambiente nocturno, pero está al lado del pueblo (el pueblico, ¡yeha!) y no me tengo que gastar un leuro en alojamiento. Aunque estará hasta los topes de extremeños. Y volveré con el culo morado, seguro, pero es lo que tiene el Snow, combinado con demasiado tiempo de nula práctica de este deporte. Tanto que ya no me acuerdo si soy Goofy o Regular (mentira). ¡Qué pereza me está dando! (¡Dios! Soy vaga hasta para lo que me gusta...). La de la foto soy yo. Vale, no, es mentira. Yo soy esta, la rubia. XD Vale, tampoco (aunque podría serlo, X'DDD) Soy más bien asín...
Y el sábado de vuelta a Madrid, para no pillar atascos, y para rescatar a Chusa del abandono al que la vamos a someter. Lo siento, Chusa. No te preocupes que el sábado aquí me tienes, dispuesta a salir de parranda o lo que haga falta.