De días fríos y despedidas cálidas.
Por fin llegó el frío del invierno. Parecía que íbamos a pasar del otoño a la primavera directamente, pero no. También parece que el tiempo ha querido acompañar mi estado de ánimo, que hoy estaba agridulce, con el cielo azul intenso, el sol radiante, pero un frío que corta la respiración...
Hoy, como viene siendo habitual tras casi cuatro años de residencia, he terminado una rotación y he tenido que despedirme de la gente con la que he estado compartiendo los últimos cuatro meses. Ha sido triste pero cálido a la vez. Me ha costado más que en otras rotaciones, porque he convivido a diario con mis compañeros y pacientes. Pero me he sentido muy apreciada por ellos también. En fin, que también se me ha mezclado con el final de mi residencia, que lo veo ahí al lado, a sólo cuatro meses de distancia, y se me agolpan las emociones en la garganta...
Pero lo mejor de todo es la cantidad de cosas que me llevo de cada sitio en que he estado estos cuatro años. Aunque ya hablaré del tema según se acerque Mayo.
De este otoño/invierno en mi rotación libre me llevo muchas risas, mucho conocimiento, algún momento tenso y desagradable y, sobre todo, mucha música. Y eso me gusta.