Este mes ha sido de mar, no hay más que ver las fotos. Y mira que no soy muy de Mediterráneo, prefiero el Atlántico normalmente, pero estas dos escapadas han sido estupendas, las he disfrutado un montón. De Valencia me quedará el recuerdo de la chiquinina disfrutando del Museo de las Ciencias y el Oceanigráfic, de una paella que nos supo a gloria y de baños en la playa en noviembre. De Ibiza seguro que recordaré los atardeceres, el color turquesa del mar y las casitas blancas entre pinares. También ha sido un mes muy otoñal, con mucha lluvia, sus hojas amarillas y sus setas. El estreno de LA PELÍCULA (aka Frozen II) también ha sido un hecho muy reseñable, sobre todo para la peque. Fue al cine disfrazada de Elsa, claro. No teníamos capacidad moral para decirle que no, sobre todo su padre, que se lleva el sable de luz a los estrenos de Star Wars. De tal palo... Y la renovación de mis botines, que cada vez que saco una foto del suelo con pies en invierno salen, porque no me los quito y ya se me habían roto los pobres. He tenido que repetir con el mismo modelo.
Valencia en la CAC, paella y la Malvarrosa.
Ibiza en Punta Galera, Dalt Vila y amorcito del bueno en Es Vedrá.
Otoño, al cine con disfraz y botines nuevos.
Y ya vamos a por el último mes del año. Esto ya se acaba. Ha sido un año intenso y de muchos cambios, pero ya hablaré de ello más adelante. De momento mi mente está en Lisboa con mi familia (#losabuelos y tíos incluídos), Colonia con amigos muy queridos y celebrar las Navidades en familia. Que no es poco.
Pues na, ya hemos vuelto de Ibiza. La verdad es que ha sido una escapada un poco improvisada, o más que improvisada un poco a la aventura, que decidí por el precio de los billetes de avión casi exclusivamente (los tres billetes costaron 100€, así que no había mucho que pensar). Iba sin muchas expectativas, porque nunca me había planteado visitar Ibiza, y la idea que yo tenía era más bien de un destino de playa y fiesta, que fuera de temporada no iba a tener mucho más. Es cierto que hay partes de la isla que parecen un pueblo fantasma a estas alturas del año. El lunes, antes de ir al aeropuerto, pasamos por Platja d'en Bossa para ver si había algún sitio para comer, y aquello era una sucesión de bares, tiendas y hoteles cerrados a cal y canto.
Por suerte, en un momento de iluminación, cambié el alojamiento que había reservado al principio, unos apartamentos en Santa Eulalia, por un hotel en Ibiza capital. Creo que fue un buen cambio porque en la zona que estábamos de Ibiza no hemos tenido problemas para encontrar sitios para comer o cenar, y estábamos muy cerca de Dalt Vila. No voy a hacer un diario intensivo de lo que hemos hecho (me lo plantearé para el blog de viajes), pero sí quería dejar por aquí las fotos de las cosas que más me han gustado estos días.
Las cosas que más me han gustado de estos días en Ibiza: Los atardeceres que hemos podido disfrutar, sobre todo el de cala d'Hort. La cama tan confortable y mullida. Ir conduciendo a través de un pinar frondoso y de repente aparecer a un lado el mar completamente turquesa. Tener que parar el coche en el arcén a hacer fotos de esas aguas turquesa. El faro de punta Galera. Los pintxos que hemos cenado en El Zaguán dos noches seguidas. La fortaleza y las callejuelas de Dalt Vila. Los pueblos de casas encaladas e iglesias blancas que nos íbamos encontrando en la carretera. Las buganvillas. La comida que hicimos tan rica en el restaurante Don Quijote en Portinatx, y lo maja que era la dueña. El paseo por la playa de Ses Salines. Conducir un Ibiza por Ibiza. El gorro de unicornio de Sofia en el mercadillo de las Dalias. Los pinos y el mar.
Descansando en una casita en Dalt Vila
Cala Xarraca
Faro de Punta Galera y el gorro de unicornio
Atardecer desde San Antonio Abad
Lofisindieeeerrrrr
Es Vedrá al atardecer
Pintxos en El Zaguan
Buganvillas por todas partes
El Ibiza ibicenco
Y eso es todo, que no es poco. Me gustaría volver con un poco más de calor y más días, para conocer también Formentera, pero tenemos muchas islas pendientes de conocer, como Menorca, Lanzarote, Gran Canaria... así que no sé si volveremos pronto, pero ha sido un placer.
A ver, que no saco tiempo para tener esto todo lo actualizado y bonito que me gustaría. Cómo se nota que ya no voy en transporte público a trabajar, que era donde daba rienda suelta a la sarta de chorradas que suelen salir de mis dedos. En fin... voy a hacer la técnica sándwich y empezar y terminar por lo bonito, que no os asustéis ni os vayáis de mi casa con mal sabor de boca :P
El puente de Todos los Santos estuvimos en Valencia. Fue una escapada de última hora que mejor no nos pudo salir: una oferta bastante buena (y en las fechas que eran, impensable) en un hotel guay, nos hizo un tiempazo de flipar (en manga corta todo el día) y pudimos ver a Virginia y a Rafa un día para cenar (sí, nos vamos a 350 kilómetros a vernos cuando vivimos a 10 kilómetros). Vimos el Museo de las Ciencias, que a Sofía le gustó bastante, aunque durmió pocas horas esa noche y tenía el día un poco cruzado. Pero yo creo que se acordará de los pollitos recién nacidos. También estuvimos un rato en el parque Gulliver, aunque poco porque no sabíamos que cerraban a las cinco y media. Fuimos al Oceanográfic y flipamos con el beluga (o flipé yo, no lo tengo muy claro). Comimos una paella que pasará al imaginario familiar de comidas históricas (que te morías de rica, vamos). Fuimos un rato a la playa y la chiquinina hasta se bañó en la Malvarrosa, y a su madre le olió un rato el culo a playa, que siempre viene bien (su padre intentó no mancharse mucho de arena y no se quejó mucho, que ya es bastante XD). Y el domingo vuelta a casa, cansados, pero yo desconecté un montón y me vino genial.
En el Oceanografic, haciendo el moñas.
El primer horror que hemos pasado estos últimos días ha sido una infestación de piojos. Es lo que tiene tener hijos en edad escolar, que no te libras de los puñeteros pipis. Bastante suerte habíamos tenido después de tres años escolarizada y ningún contagio hasta ahora. No es mucho horror, pero es un p*to c*ñazo: que si hacer el tratamiento, que si cambiar las sábanas, que si lavar todos los textiles de la casa, que si guardar los textiles que no se puedan lavar en bolsas, que si pasar el aspirador por colchones y sofás... Todavía estoy poniendo lavadoras, a una media de dos al día, y tengo un rincón lleno de bolsas en cuarentena. Se supone que los piojos no sobreviven más de 48 horas fuera de la cabeza del huésped, pero lo vamos a dejar un poco en barbecho porsiaca. Era eso o quemar la casa... Parece que ya no tenemos bichos vivos pululando a su aire pero, lo que es la sugestión, ¿no os pica también la cabeza un poquito? XD
El segundo horror han sido las elecciones generales. Mi reflexión acerca de este tema es que no entiendo cómo a la gente le sorprende que más de tres millones de personas hayan votado a Vox. Yo sí que creo que en este país hay más de tres millones de personas machistas, racistas, homófobas, que se dejan consumir por el odio y el miedo a los que no son iguales. Lo veo en mi día a día. Lo que pasa es que ahora les han dado alas para salir del armario de la cueva. Antes no les quedaba más remedio que votar a un partido que se decía de centro-derecha y ahora ya no hay complejos para lanzar a los cuatro vientos su odio e intolerancia. Gracias a los medios de comunicación que ayudan a radicalizar la percepción de la sociedad en la que vivimos. Gracias a los otros partidos de derechas que con su apoyo implícito han reafirmado que no hay nada de malo en esa ideología. Pero sobre todo gracias a que esta sociedad no ayuda mucho a educar en la igualdad, en la tolerancia, en la inclusión y en el respeto. Y ya no digo más, qué vaya ascopena más grande.
Y termino con lo bonito para no quedarnos con ganas de llorar. ¡Que este viernes nos vamos tres días a Ibiza! ¡¡¡Fiesssshhhtaaaa!!! Ah, no, espera, que es noviembre y nos llevamos a la chiquinina... Pues ¡Relax, comer, beber, atardeceres, ver el marrrrr! Vamos que si no nos cae el diluvio universal, que tiene un poco de pinta, nos conformaremos con pasar unos días junticos, conocer mi primera isla Pitiusa y del archipiélago balear. Sí, yo nunca he estado en Baleares, ni la chiquinina tampoco, pero Dani no se libró del consabido viaje de fin de EGB a Mallorca. En fin, que tengo ganas de ir pero también creo que nos lo vamos a tomar con mucho relax, porque yo estoy necesitada de un poco de tranquilidad y sosiego, después de los últimos fines de semana. Y que llevo casi un mes currando y el cuerpo todavía no se me ha acostumbrado al ritmo.