viernes, 28 de noviembre de 2014

Del reloj biológico.

Antes no creía mucho en eso del reloj biológico, era bastante escéptica cuando oía hablar de él. Nunca me había planteado si quería tener hijos o no. Tampoco había tenido nunca una situación (de pareja, de independencia o económica) que me permitiera planteármelo seriamente. Cuando pensaba en ello, el que mi cuerpo iba a llegar un momento que me dijera "Nena, que se nos pasa el arroz... ¿no quieres un bebé de esos taaaaannn mono?" me daba un poco de risa. Finalmente cuando el reloj biológico ha llamado a mi puerta, no ha sido así, aunque sí que hay una parte difícil de explicar, como instintiva. Pero al fin y al cabo, somos animales, ¿no?

En mi caso, fue una conjunción de varias circunstancias, la más importante de ellas, los cinco años de maravillosa relación que llevaba con Dani. El que nos queramos tanto, nos entendamos tan bien y nos llevemos estupendamente ha ayudado a que me plantee hacer algo tan importante, acojonante y descabellado como querer tener hijos (con él, claro). Pero mi planteamiento era, si en nuestra relación todo ha sido fácil, incluso lo que para otros es una prueba (pérdidas importantes, inicio de la convivencia, preparación de una boda, estar 24 horas juntos en vacaciones, pasar festividades con las respectivas familias políticas :P), por qué esto va a ser diferente. Seguramente encontraremos la manera de que funcione.

Luego se juntan otros factores. Hay amigos cercanos, gente de tu edad (¡incluso más jóvenes!¡qué osados!) que están teniendo hijos. Ya sabemos cómo funciona el cerebro humano... Si todo el mundo lo hace tan malo no puede ser, ¿verdad?... ¡Si hasta hay algunos que repiten! Si fuera tan horroroso ya nos habríamos extinguido como especie, ¿no? En fin, que te empiezas a plantear qué tendrá eso de tener hijos, si hay tanta gente que se anima. Y después está tu ginecóloga, que en la revisión anual te va recordando la edad que tienes (aunque tú piensas que eres joven y lozana), que el arroz se puede pegar a la cazuela, que tener hijos siendo mayor de 35 no es muy recomendable... Vamos, que te pide que te plantees de una vez si quieres o no quieres, que para ti el momento ideal no va a ser nunca, pero que tu momento biológico ideal ya se va perdiendo por el horizonte... En fin, razón no le falta. Si esperamos a que a nivel laboral y económico nos vaya tan bien como a nuestros padres, nos vamos a acabar saltando una generación a este paso.

Así que durante unas semanas, meses, dentro de ti existe un diálogo interno, sopesando los pros y los contras de ser madre, de tener hijos, de formar una familia. Al final, lógicamente, ganan los pros, a pesar del acojone que da tomar esta decisión. Y llega el momento de planteárselo a la parte contratante de la primera parte... que no tiene reloj biológico alguno... que tampoco tiene ginecóloga que le presione porque se le pasa el arroz... que es inmune a los encantos de los bebés que nacen en su entorno... que nunca se ha planteado nada de eso que tú llevas semanas pensando... que formar una familia no entra de momento en sus planes... que vive feliz en su ignorancia, el angelito.

Releyendo La guía para padres desesperadamente inexpertos, de Manel Fontdevila, hay una viñeta que es como la vida misma en ese momento:


En fin, que en aquel momento no había leído tanta sabiduría junta, pero lo de ir colando el tema fue el primer paso de la siguiente etapa... Tomar la decisión.

El tener que plantearle a tu pareja que quieres formar una familia con él, cuando él nunca se lo ha planteado tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Las ventajas son que tienes que replantearte firmemente tu decisión y compartir de forma explícita las razones que te han llevado a ella. Esto es una ventaja porque no vale pensar "quiero tener un bebé, porque son muy monos" o "quiero estar embarazada, que seguro que es una sensación muy bonita"... Tienes que pensar más allá, porque tener un hijo (o hija) implica el resto de tu vida. Es difícil explicitar los motivos por los que tomas esta decisión que va a cambiar tu vida. Y mucho más difícil entender por qué tu marido decide acompañarte en esta locura. Supongo que eso es amor ^-^

Sí que tengo la convicción (hasta donde se puede estar convencida de algo que aún no ha ocurrido) que va a ser algo que va a cambiar nuestra vida a mejor. Si no, no me hubiera metido en esto de ser madre.

martes, 25 de noviembre de 2014

Munich y Baviera en coche. Núremberg.

El miércoles por la mañana, antes de salir, pagamos los días de parking que nos quedan para no tener que estar pagando día a día. Hoy conduzco yo hasta Núremberg, aunque en la autobahn hay muchísimas obras y sólo hay un tramo de pocos kilómetros sin límite de velocidad. Al llegar a Núremberg buscamos un párking cercano al centro con el GPS y dejamos el coche. Luego nos costarán 3€ las horas que lo tenemos allí.

Al entrar al centro, que está rodeado de la muralla, pasamos por la oficina de turismo y pedimos un mapa. Hacemos el típico tour por el centro histórico y comemos en Bratwursthausle unas salchichas a la brasa que están muy ricas, con saborcito a barbacoa, y queso típico de Baviera, que es como queso de untar con cebolla picada y especias. Con dos cervezas el tentempié nos sale por menos de 20€. Seguimos la visita y subimos hasta el castillo. Después de ver la ciudad desde arriba, volvemos a ver el puente del verdugo, aunque los otros dos puentes que cruzan el río están en obras.

Iglesia de San Lorenzo

Vistas desde el río.

La famosa Schöner Brunnen.

La iglesia de Nuestra Señora y la plaza del mercado.

Uno de los bonito edificios del centro.

De camino al castillo.

Vistas desde el castillo.

El castillo.

Vistas del castillo.

Iglesia de San Sebaldo.

Grafitis romáticos.

Puente del verdugo.

Vistas desde el puente del verdugo.
Hace mucho calor y nos hemos dado un buen paseo, así que volvemos al parking a recoger el coche. Antes de salir hacia Múnich echamos gasolina (unos 60€). La verdad es que Núremberg me decepciona un poco, lo recordaba mucho más auténtico. No sé si será porque hay muchos turistas o porque ha cambiado mucho desde que estuve la otra vez, hace ocho años, pero me voy con una regusto agridulce: es una ciudad bonita pero la primera vez me pareció impresionante.

En Múnich aprovechamos que es pronto para ir a hacer unas compras, recuerdos y esas cosas. Cenamos en Augustiner am Dom, en la terraza que está junto a la catedral. Tomamos medio pato asado (plato típico bávaro), un escalope y unas cervezas (que me parecen las mejores del viaje junto a las de HB), por 57€ más propina. De vuelta en el hotel nos tomamos la última en el lobby, aprovechando la wifi para mandar mensajes y ver correos.

Ya se va notando el cansancio del viaje, mañana es nuestro último día completo y no lo pasaremos en Alemania, sino en Austria, porque nos vamos a ver Salzburgo. Me hace mucha ilusión porque nunca he estado en Austria, así podré tachar un país más de mi lista de pendientes :P

Las entradas sobre el viaje a Munich y Baviera en coche:
Preparativos y presupuesto.
Múnich (I).
Múnich (II).
Castillo de Neuschwanstein.
Ratisbona.
Núremberg.
Salzburgo.
Cerezas, comidas, cochazos y resumen.

lunes, 24 de noviembre de 2014

De montañas rusas maternales.

Mira que estoy llevando bien el embarazo a nivel emocional, eso de que las hormonas del embarazo hacen que sea una montaña rusa anímica no iba conmigo. Pero claro, supongo que si no sufres tú misma la montaña rusa emocional, en algún momento alguien te la tiene que provocar.

El caso es que es curioso pasar de estar hundida en la miseria el jueves, porque te dicen que es posible que tu hija tenga algún problema grave, y tu mente se dispara y se pone en lo peor aunque intentes racionalizar la situación; a pasar hoy a estar en la cresta de la ola, porque han repetido la eco y han visto que la nena está perfectamente sana, y pasas a sentirte más feliz que una perdiz, con ganas de gritarlo al mundo y decirle a todos que vas a tener una niña preciosa y sana, que va a ser lo más bonito del mundo mundial.

Bufffff...

Esperemos que durante unos cuantos meses me vuelvan a dejar en mi llanura emocional, sin subidas ni bajadas, sin cuestas ni caídas, estando muy tranquila y calmada.

Y ya lo he dicho pero.... ¡¡¡ES UNA NIÑA!!! ^-^

Voy a ver si consigo volver a mi estabilidad hormonal y emocional, que se estaba muy agustito.

martes, 18 de noviembre de 2014

Tener tiempo y recordar.

El otoño me resulta un poco triste. Hasta ahora este otoño había estado bien, sobre todo porque parecía verano, pero ya ha llegado el frío y lo único que apetece es quedarse en casa, tirada en el sofá con una mantita y la calefacción a toda leche. Y esto de estar en casa con mucho tiempo libre me da para hacer muchas cosas, para vaguear mucho también, y para pensar. Ya sé que uno de mis lemas vitales es que pensar demasiado hace las cosas más complicadas de lo que son, pero de vez en cuando está bien meditar un poco acerca del sentido de la vida, del universo y todo lo demás :P

Bueno, el caso es que esta mañana entre que estaba incómoda con la increíble barriga creciente y que mi chiquinin@ no paraba quiet@ dentro de ella (de la barriga), cuando Dani se ha ido a currar ya no podía dormir más. Así que me he puesto a pensar y leer sobre este blog y la cantidad de tiempo que llevo escribiéndolo. Que ya va casi para ocho años, que se dice pronto. Ocho años de chorradas, intimidades, desahogos, reflexiones y experiencias. Esto ha evolucionado mucho, y creo que mi vida y yo misma también. Leer las entradas del principio me agobia un poco. No me reconozco mucho en aquellos desahogos explosivos, en aquella postadolescente llena de amores platónicos y obsesivos, y más salida que el pico de una mesa (todo hay que decirlo). Aquella chica estaba muy perdida en todos los aspectos: laboralmente era una teleoperadora con ganas de hacer el PIR, económicamente tenía lo justo para vicios, amorosamente estaba muy desengañada (aparte de salida) y socialmente muy confundida con algunas "amigas". En aquellos momentos salir, la música y los chanantes eran las satisfacciones que me mantenían a flote. Por suerte, mi familia ha sido siempre también un anclaje firme.

También me sorprende recordar cómo cambió todo rápidamente esos años 2007 y 2008. Cómo conocer a Dani y aprobar el PIR encauzaron completamente mi vida. Desde luego, conocer a Dani ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida (con diferencia) y me hace gracia que eso esté reflejado en parte aquí. Ese verano de 2007 no sabía hasta que punto él iba a darme estabilidad, felicidad, esperanza, metas, ilusión y cariño casi inagotable. También ha habido momentos reguleros entre nosotros, pero supongo que ocurre hasta en las mejores parejas. Después de esos primeros meses de atocinamiento que tuvimos, y de aprobar el PIR a los pocos meses, llegó un periodo de estabilidad y tranquilidad que ha sido de los mejores de mi vida. Me da la impresión de que me encontré a mi misma en todos esos aspectos que estaba perdida. A nivel laboral he encontrado la profesión a la que me quiero dedicar, aunque a veces eche de menos mis tiempos de teleoperadora, cuando mi mayor preocupación era saber si me iban a dar días de vacaciones. A nivel de amistad, en estos últimos años he perdido algunas "amistades", y también alguna buena amiga a la que echo de menos, pero he ganado varios amigos geniales, y una amiga del alma (que son muy difíciles de encontrar). Y a nivel emocional, bueno, creo que lo he dicho casi todo... Desde luego el desengaño ya no es un sentimiento que esté en mi repertorio.

Y luego están estos últimos dos años que han sido de muchos cambios, novedades, decisiones importantes... Terminé la residencia y decidí no continuar trabajando en mi hospital, aunque tuve la oportunidad. Fue una decisión dura, pero ahora creo que fue acertada. Organicé una boda y un viaje de novios y lo pasé muy bien haciéndolo, aunque también tuvo sus momentos muy estresantes. Se murió Koffkito, qué penita más grande. Nos mudamos de casa, que también fue un gran cambio, aunque agobiante, pero me encanta mi casa nueva. Compramos a Paul y a los pocos meses adoptamos a Damara. Me pasé unos meses buscando trabajo. Encontré un nuevo trabajo en el que me ha costado un poco adaptarme, al turno, al tipo de pacientes, al escaso sueldo... Pero al final no está tan mal y alguna satisfacción de vez en cuando sí que proporciona. Y ahora estoy embarazada, lo que creo que sí que va a ser una revolución en mi vida. Estos dos últimos años han sido diferentes, pero aún así han estado muy bien y se me han pasado volando.

En fin, que da gusto poder rememorar tus últimos años y ver (leer) cómo las cosas al final encajan, cómo el tiempo pone a cada uno en su lugar, cómo es sencillo ser feliz durante muchos años... Que espero que se conviertan en otros muchos más.


miércoles, 12 de noviembre de 2014

De puente en Sevilla.

Pues nada, que ya estamos de vuelta de Sevilla, y yo ya estoy mirando a ver donde podemos ir el mes que viene, porque a partir de navidades me da que lo voy a tener complicado para coger un vuelo.

La escapada ha estado bien, el tiempo nos ha respetado, la ciudad es bonita y se nota que está muy cuidada, pero he vuelto con un regusto agridulce. Me pasó también en Barcelona y en Valencia. Son ciudades bonitas, pero no me resultaron muy acogedoras, no estuve muy a gusto. Tiene que ver con sitios demasiado pensados para el turismo, con la sensación de meterse en sitios para guiris y que te están cobrando un ojo de la cara por algo de calidad regulera que un oriundo no pagaría ni de coña. Lo digo con conocimiento de causa, porque en Madrid es muy habitual también. Al final, en el sitio en que mejor comimos, fue un bar cutre, típico de barrio, el día que volvíamos a casa...

Por lo demás hemos dado paseos muy agradables, mantenido conversaciones divertidas sobre estereotipos andaluces, siestas y fórmula uno, manifestaciones que parecen procesiones de Semana Santa y pasos con santos desconocidos que se cruzan en tu camino, mojitos sin alcohol para la embarazada y mucha Cruzcampo para Dani.

Y también he sacado algunas fotos...






viernes, 7 de noviembre de 2014

Munich y Baviera en coche. Ratisbona.

El martes cuando nos levantamos y nos preparamos, bajamos a la recepción a pagar la noche de parking. Después de pagar se me ocurre preguntarle al de recepción si no podemos dejar el parking pagado hasta el viernes, para no estar todas las mañanas igual. Lógicamente me dice que sí, pero que tiene que ser con un ticket nuevo, que mañana lo pida antes de pagar y lo dejamos solucionado. Paramos en la gasolinera a comprar bebida y guarreridas para desayunar y nos ponemos en camino hacia Regensburg, o Ratisbona. Hay bastantes obras para salir de Munich, y también en la autobahn, pero llegamos en una hora y pico sin muchos incidentes. Al llegar a la ciudad buscamos un parkhaus (parking) con el GPS y lo dejamos en el de St Peters-weg, que está muy céntrico. Nos sale por 3'60€ todas las horas que estamos en la cuidad.

Damos una vuelta por el centro de la ciudad, haciendo fotos a la catedral, el ayuntamiento, la casa de Goliat, las famosas torres, y demás atracciones. La verdad es que me sorprende porque la ciudad es muy recogida y muy bonita, acogedora. El famoso puente de piedra por desgracia está en obras y no podemos hacer buenas fotos, pero sin los andamios la vista de la ciudad desde el otro lado del Danubio debe ser impresionante. Cruzamos en río y vamos a comer algo a un famoso biergarten, que se llama Gaststätte Spitalgarten. Las vistas son preciosas, y la comida no está mal, aunque no es la mejor del viaje. Comemos un par de platos de salchichas con chucrut y unas cervezas, todo por 17€. Damos otra vuelta por la ciudad y nos perdemos un poco para encontrar la Porta Praetoria, que es una puerta que queda de la época en que Ratisbona era un asentamiento romano. También damos alguna vuelta para encontrar el palacio de St Emmeral. Lo vemos sólo un poco desde fuera y volvemos a recoger el coche. En ese momento cojo yo el coche por primera vez. Es un poco raro volver a conducir un automático, pero es un Jaguar y mola :P

Puerta de la catedral

Interior de la catedral

Fachada principal

Una de las torres de la ciudad.

Casa de David y Goliat.
Vista desde el puente de piedra.

Parte del puente y la catedral.

Otra de las torres.

El ayuntamiento.

La Porta Praetoria.

Como todavía es pronto, le propongo a Dani ir a ver el Walhalla, que no es el salón de Odín en Asgard, sino un monumento cerca de Ratisbona. Se resiste un poco, pero al final su parte más friki es la que gana y nos acercamos hasta allí, no sin dar unas cuantas vueltas con el coche porque hay bastantes obras y el GPS se pierde un poco, pero al final llegamos. En fin, el monumento en cuestión es una copia exacta del Partenón de Atenas, y las vistas del Danubio son impresionantes. No entramos a ver el interior, porque nos parece un poco chorra lo de pagar por ver bustos de alemanes ilustres, pero la experiencia de ver el sitio mola, por su punto friki.






Cogemos el coche de nuevo para volver a Múnich. Aprovecho las zonas en las que no hay límite para darle un poco de caña al coche y se nota eso de llevar un coche de alta gama. Llegamos al hotel sin muchos problemas, aparte de las obras y los atascos. Salimos hacia el centro a cenar y acabamos en un italiano al lado de la catedral, que se llama La Vita. Dani come su pizza cuatro quesos con una cerveza y yo una de salmón, rúcula y mascarpone que me sabe a gloria, con un spritz, todo por 44€. En realidad eran 40€ pero la camarera nos hizo un USA en toda regla y nos dijo que nos podía incluir la propina al pagar con la tarjeta. Volvemos al hotel dando un paseo y a dormir, que ha sido un día movido, y al día siguiente nos espera Núremberg.

Las entradas sobre el viaje a Munich y Baviera en coche:
Preparativos y presupuesto.
Múnich (I).
Múnich (II).
Castillo de Neuschwanstein.
Ratisbona.
Núremberg.
Salzburgo.
Cerezas, comidas, cochazos y resumen.

jueves, 6 de noviembre de 2014

De escapadas, meses y viruses infantiles.

Foto de Nicolas Vollmer.

Esta semana está siendo intensa. La empezamos tranquila, pero la madrugada del lunes yo me la pasé abrazada al señor roca, cual adolescente con una resaca de narices, todo gracias a un virus, que parece que nos ha pegado el sobri a toda la familia. Según mi médico de primaria, como los bebés no tienen el sistema inmunitario desarrollado del todo, cuando se cogen algún virus, éste se hace más agresivo porque el cuerpo del bebé no lo debilita y cuando pasa a los adultos nos cogemos unas de flipar. Pues eso, que unas cacas sueltas de mi sobri se han convertido en media familia con una gastroenteritis de caballo. En fin, aventuras de guardería.

Por suerte, Dani y yo ya estamos recuperados y dispuestos para nuestra escapada otoñal a Sevilla. Mañana por la tarde cogemos el AVE y no volveremos hasta el lunes por la tarde, que es fiesta en Madrid. Así que nos esperan tres días en Sevilla, de turisteo, tapeo, foteo, cañeo (esto Dani, yo ni flores), descanso y paseos. Tengo ganas de volver a Sevilla, porque la única vez que he estado fue en la Expo y no guardo muchos recuerdos de la ciudad, sólo del parque de Maria Luisa, la Plaza de España y poco más. Que hacía un calor infernal, pero es lo que tiene Sevilla en Julio... Esta vez parece que va a hacer buen tiempo otoñal, si tenemos suerte.

Y que ya hago cuatro meses de preñamiento. En dos semanas llego a la mitad del embarazo, y por un lado parece que se me ha hecho muy largo hasta ahora, pero por otro lado me parece mentira que ya esté a mitad del camino, que sólo me quede la otra mitad para conocer a mi chiquinin@... y que todavía no hayamos hecho absolutamente nada de nada. En fin, voy a darme de margen hasta la siguiente eco, que es en dos semanas, y nos confirmarán que todo va bien (seguro que sí), para dar el pistoletazo de salida a los preparativos. De momento sigo disfrutando de no hacer nada y de mi barriguilla, que sigue creciendo poco a poco :)

sábado, 1 de noviembre de 2014

Munich y Baviera en coche. Castillo de Neuschwanstein.

Empiezo Noviembre rememorando nuestro viaje por Baviera.

El lunes nos levantamos y vamos a la oficina del car rental de Caro en el tranvía. No tardamos mucho en llegar. Cuando llegamos, tenemos un momento de confusión con el señor de la oficina, porque le intentamos explicar que queremos coger la exención de franquicia, que no la hemos cogido con rentalcars.com y él entiende que no tenemos seguro a todo riesgo, y en un principio nos dice que nos va a costar 800€, y claro, flipamos en colores. Pero él nos está diciendo cuanto cuesta el seguro a todo riesgo. Cuando consigo entenderme con él, nos dice que la exención de franquicia son 60€ en total (15€ al día) y la pagamos. Dani ve en el mostrador unas llaves y nuestra conversación es al similar a esto:

D: Nos van a dar un Jaguar...
Yo: ¡Anda ya! ¿Cómo nos van a dar un Jauguar? Hemos cogido un Mercedes clase C o similar. No flipes...
D: (Al señor de Caro) ¿El coche es automático?
Señor: Sí, es que los coches de esta categoría, que es especial, son todos automáticos...
D: Ya, claro.

Y yo flipo mucho porque nos dan un Jaguar XF de flipar. Automático, sí, pero es un Jaguar, coño. Otro señor nos lleva hasta el coche y nos explica más o menos cómo funciona y nos cambia el ordenador de a bordo al castellano. Ponemos en el GPS (por supuesto, tiene GPS integrado) la dirección de Füssen y nos ponemos en marcha... ¡EN UN JAGUAR! :D

Tardamos como hora y media en llegar a Füssen, porque hay bastantes obras en la autovía. A la una llegamos a Füssen y dejamos el coche en un parking. Error mío, porque voy sin mirar la información y pienso que el ticket center de los castillos está allí. Cuando nos informamos bien, aprovechamos para comer algo allí, unos semmel de salchichas de un puesto callejero que está buenísimos.

Camino a los Alpes.

Calle de Füssen
Volvemos a coger el coche y llegamos a Hohenschwangen. Dejamos el coche en un parking por 5€ y vamos al ticket center a recoger las entradas, que las tenemos reservadas por internet desde hace unas semanas. En la cola para entradas reservadas sólo hay una persona, mientras que en la cola normal debe haber más de media hora de espera, por lo que parece que los dos euros que cuesta reservarlas merece la pena. Son menos de las tres y nuestra entrada es para las cuatro y media, así que nos sentamos en una terraza a tomar unas cervezas (para variar un poco). Un poco antes de las cuatro vamos a coger el bus para subir al castillo (es una buena caminata y yo estoy un poco vaga). Además tenemos suerte porque nada más coger el bus empieza a diluviar. Nos deja cerca del puente, así que vamos a hacer unas cuantas fotos del castillo desde allí. Al poco deja de llover y bajamos andando hasta el castillo. Mientras esperamos para entrar, Dani (para variar un poco) pega hebra con un señor de Madrid y su familia, que están haciendo también un road trip por el sur de Alemania.

La cola que nos ahorramos.

Neuschwanstein desde el puente.

Hohenschwangau

El lago Alpsee.

Esta es de Dani :P
Al entrar al castillo nos dan una audioguía en castellano. El recorrido dura unos 30 minutos y vamos con una guía que nos lleva por las diferentes salas, mientras la audioguía nos explica lo que vamos viendo. Dentro no se pueden hacer fotos, pero hacemos unas cuantas desde el mirador del castillo, que sí se puede, y las vistas son preciosas. Bajamos al parking andando porque ya no llueve, y la bajada es más leve que la subida.

Desfiladero de Pöllat y Marienbrücke.

Vistas desde el castillo.
De vuelta a Múnich el GPS se vuelve un poco loco y nos lleva por unas carreteras secundarias. El paisaje es muy chulo, muy alpino, pero nos cae una tormenta que casi igual a la que nos cayó en el desierto de Arizona... Tiene narices que cada vez que cogemos un coche de alquiler nos cae el cielo en las cabezas. Cuando llegamos al hotel, metemos el coche en el parking y salimos a cenar al centro. Vamos al Sneider Weisse, porque está muy cerca del hotel. Es una de las cenas que más me gustan del viaje (no sé si porque estoy canina). Dani pide una TAP 1 y yo una TAP 4, y de comer un schnitzel (escalope) y un solomillo de ternera, con patatas con queso y nata, se me hace la boca agua sólo de recordarlo. Después de cenar nos quedamos un rato más, Dani se toma una cerveza y yo un vino blanco que está malísimo, pero qué se le va a hacer... Todo nos sale por 52€. Volvemos al hotel a dormir, que al día siguiente continuamos con nuestro road trip :)

La tormenta y el arcoiris.
Todavía se me hace la boca agua cuando pienso en este schnitzel.

Las entradas sobre el viaje a Munich y Baviera en coche:
Preparativos y presupuesto.
Múnich (I).
Múnich (II).
Castillo de Neuschwanstein.
Ratisbona.
Núremberg.
Salzburgo.
Cerezas, comidas, cochazos y resumen.