viernes, 31 de agosto de 2012

Costa Oeste de EE.UU: Bryce Canyon.

El sábado nos levantamos sobre las siete de la mañana. Tomamos el desayuno que está incluido en el precio de la habitación: café americano guarrindongo y tostadas con mantequilla y mermelada. También hay gofres y cereales, pero no mucha variedad. Hacemos check out, sólo tenemos que dejar las llaves porque la habitación nos la cobraron al hacer check in. Cogemos el coche y tomamos rumbo a Bryce Canyon.

Ruta del día: Hurricane - Bryce Canyon - Page: 285 millas.

La ruta: Hurricane - Bryce - Page.
Hasta Bryce tardamos unas dos horas y media. Nos llueve casi todo el camino y pasamos por Red Canyon, que es una zona muy bonita, aunque no sea un parque nacional, en la que la carretera pasa por una zona boscosa, muy verde, que contrasta mucho con el tono rojizo de las rocas. Mola. Cuando llevamos a Bryce pasamos enseñando el pase anual con el pasaporte, y nos dan el mapa y la guía del parque. Cuando llegamos no llueve, pero hay una niebla que no se ve a dos metros. Paramos un rato en el centro de visitantes para ver la guía y el mapa y decidir qué queremos ver, si el tiempo nos lo permite. Nos movemos cuando se levanta la niebla un poco y aparcamos en Sunrise Point, donde empiezan varios trails, pero empieza a llover a cántaros... ¡Qué mala suerte!

De camino pasamos por Red Canyon
Red Canyon
La niebla llegando a Bryce Canyon

Parece un chaparrón, así que esperamos a que escampe y cuando deja de llover nos acercamos al borde del anfiteatro y flipamos con las vistas. La pena es que todo el cañón es arcilloso y andar por los trails con todo el barro resbaladizo es complicado. Hacemos un trozo de Navajo Loop, sacamos muchas fotos y vamos a comer. Comemos en Bryce Lodge, lo único que hay dentro del parque, pero está bastante bien de precio: un sandwich de pollo enorme, otro de carne gigante con patatas fritas caseras los dos y una Bud, unos 30$. Después de comer decidimos ir a Bryce Point a admirar las vistas. Sacamos otro quintal de fotos y como empieza a llover otra vez, cogemos el coche y nos vamos hacia Page.

Vista desde Sunset Point.
Principio de Navajo Loop.

El trail.
Comida en Bryce Lodge.
Vista desde Bryce Point
Vista del anfiteatro.

Bryce Canyon es impresionante, alucinante, las fotos no le hacen ninguna justicia. Me parece imprescindible para cualquiera que viaje por esa zona, uno de los mejores parques que hemos visitado en el viaje.

Llegamos a Page sobre las ocho de la tarde, después de haber pasado con el coche por una de las peores tormentas que recuerdo. ¿Pero no estamos en el puñetero desierto? En Page nos alojamos en el Rodeway Inn Page, no era una maravilla, pero cumplía su función, con dos camas de matrimonio, nevera y microondas, wifi gratis y desayuno incluido. Hacemos check in y nos cobran ya las dos noches.

Vamos a cenar al Sleckers, que he leído en internet que está bastante bien. Tomamos unas cuantas cervezas, unas tiras de pollo, patatas fritas y aros de cebolla, por 40$ y está todo buenísimo. Además el sitio tiene buen ambiente. Cuando terminamos nos vamos al hotel a dormir y a las nueve y media yo ya estoy inconsciente.

martes, 28 de agosto de 2012

Costa Oeste de EE.UU: Zion National Park.

Continúo con mi viaje de fin de novios. Ahora toca... ¡los parques nacionales!

El viernes nos despertamos pronto, a las siete, supongo que por los nervios de empezar el road trip. ¡Ese día comenzábamos la ruta por el lejano Oeste! Bajamos a desayunar al Starbucks y a usar la Wifi un rato. Después de desayunar, subimos a recoger las maletas y hacemos check-out bastante rápido porque ya estaba pagada la habitación y sólo tenemos que dejar las llaves. Cogemos un taxi hasta el car rental del aeropuerto, que está fuera del recinto del propio aeropuerto, por unos 17$ más propina. Está lloviendo cuando el taxi sale a la calle. Comentamos con el taxista lo raro que es eso, porque en teoría llueve muy pocos días al año en Las Vegas.

En el car rental esperamos la cola que hay de Dollar. El empleado que nos toca es muy agradable. Nos pide los carnets de conducir españoles y los internacionales, y una tarjeta de crédito. Cogemos también un GPS, ya que no hemos podido traer ninguno de casa y he leído que es muy útil (al final más que útil fue comodísimo, porque ni siquiera teníamos que prestar atención a las señales de la carretera). Al terminar todo el papeleo nos dice que bajemos al garaje y que allí nos darán el coche. En el garaje otro empleado nos pide los papeles y nos enseña donde están los coches de la categoría que hemos elegido. Tienen todos la llave puesta, así que puedes elegir el que quieras e irte. Dani elige un Chevrolet Impala enorme, en el maletero cabrían tres maletas más, aparte de las tres que llevamos. Le pedimos ayuda a un chico que pasaba por allí para que nos dé nociones básicas de conducción de un coche automático, porque somos un poco pardillos XD. Dani conduce y ponemos el GPS para que nos lleve al hotel de Hurricane.

Recorrido del día: Las Vegas - Hurricane - Zion National Park - Hurricane: 187 Millas.

Recorrido del día.


El New York - New York desde la autopista.

Carretera hacia Hurricane.
Salimos de Las Vegas sobre las diez y media. Nos llueve durante todo el camino, a pesar de estar atravesando el desierto de Nevada. Son dos horas de camino, pero el GPS dice que llegamos a la una y media. No caemos que es por el cambio de hora hasta que estamos ya llegando (en Utah es una hora más). Llegamos al hotel de Hurricane y hacemos check-in para dejar las maletas. Nos cobran la noche al hacer el check-in. Tengo que decir que en todos los hoteles pagamos con tarjeta de débito, una visa electrón, y en casi todos los restaurantes también nos la aceptaron. En el único sitio que tuvimos más problemas fue en las gasolineras, que tienen para pagar con tarjeta en el mismo surtidor, y muchas veces no nos funcionó ni la de crédito ni la de débito.

El hotel que hemos cogido es el Days Inn Hurricane. La habitación es grande, con nevera, microondas y cafetera, tiene Wifi gratis, desayuno incluido y está bastante limpio.

El hotel. Más típico, imposible.
La habitación del hotel.

Nos cambiamos de zapatillas y ponemos rumbo a Zion National Park. Comemos de camino en un Burguer King, donde descubrimos la mayor guarrada gastronómica del viaje, el bacon sudae. Sí, como lo lees, helado con bacon frito. Arrgggh... También compramos dos botellas de agua, unas Pringles y unas Oreos en una gasolinera.

Aaaarrrrggghh...

De Hurricane a Zion hay poco más de media hora. Llueve bastante por el camino pero al llegar al parque hace sol. Compramos el pase anual, que cuesta 80$ y nos vale para casi todos los parques que vamos a ver, menos los gestionados por los indios, pero lo vamos a amortizar porque las entradas a cada parque cuestan 20 o 25$. La ranger que nos da el pase también nos da un mapa y un folleto del parque donde vienen todas las cosas que hay que ver y los trails, su dificultad y duración, lo que nos viene genial.

Aparcamos el coche en el visitor center y cogemos el bus gratuito que te lleva por todo el parque. Zion es un cañón, con un río por el lecho, que recorres desde abajo, al lado del río. Además lo recorres desde abajo hacia arriba, es decir, al final del cañón está la parte más estrecha. Subimos arriba del todo y decidimos hacer un trail facilito, de una hora aproximadamente, que va al lado del río, por el fondo del cañón que se va estrechando. Está todo lleno de ardillas, a las que hacemos unas cuantas fotos. Al final de nuestro trail empieza otro mucho más difícil, en el que vas por el lecho del río, pero no vamos preparados ni estamos con la forma física necesaria. Nos contentamos con admirar el paisaje, que es alucinante. Nos cae un pequeño chaparrón de verano, que se pasa en cinco minutos, y menos mal porque no llevamos nada para cubrirnos...




Camino arriba.

Ardillita comiendo.

El final de nuestro camino y los valientes que continuaban.


El río más abajo.
Bajamos en el bus un poco de vuelta y hacemos otro trail fácil también, pero no tan bonito. Empieza a llover otra vez, pero ahora no parece un chaparrón, así que cogemos el bus hasta el coche y volvemos al hotel. Hemos estado toda la tarde en el parque. De camino compramos unas pizzas en un Domino's para llevarlas al hotel y cenamos en la habitación. Aprovechamos la Wifi, vemos unos capítulos de House y de Bones en la tele y nos vamos a dormir porque estamos destrozados.

Y en la siguiente entrada, nuestra visita a Bryce Canyon.

viernes, 24 de agosto de 2012

Costa Oeste de EE.UU: Las Vegas (II).

Sigo con Las Vegas.

El miércoles nos despertamos sobre las siete y media. Bajamos a desayunar pero hay mucha cola en el Starbucks y decidimos desayunar en el Planet Daylies, que es como un Vips abierto 24 horas en el casino del hotel. Pedimos un french toast croisant y un zumo de naranja para los dos. El café es americano, de ese agua manchada asquerosa que toman ellos y te lo rellenan todas las veces que quieras. El french toast croisant son dos croisants enteros, fritos en mantequilla, con azúcar glass por encima... No pudimos terminarlo entre los dos, ¡y se supone que es para uno sólo! Todo fueron unos 27$ más propina.

Peazo desayuno made in USA.

Este día nos dirigimos hacia el sur del Strip. Vemos el bar de Harley-Davidson, el Hard Rock Cafe y entramos en la tienda de M&M's, que es de cuatro plantas. Compramos algunos detalles para mi hermano y mi cuñada, y para el pequesaurio. Seguimos hasta el MGM, damos una vuelta por él y cruzamos al NY-NY. A pesar del peazo de desayuno, ya es media mañana y mi estómago ruge. Tomamos una porción de pizza, una Bud Light y una Pepsi por 11$, sentados en una de las terrazas del food court, que imita las calles de Nueva York. Vemos cómo pasa la montaña rusa por dentro del hotel, pero no montamos en ella. Salimos a la calle y tras las fotos en el puente de Brooklyn y con la estatua de la libertad, cruzamos al Excalibur. Damos una vuelta y pasamos al Luxor por la pasarela interior que une los dos hoteles, que son de la misma cadena. El Luxor me parece demasiado hortera, todo muy faraónico y gigante, muy americano... Al parecer la pirámide es del mismo tamaño que la gran pirámide de Guiza. Cruzamos hasta el Mandalay Bay en el tranvía gratuito que une estos tres hoteles.

El café de H-D.

M&M's de todos los colores.

El New York, New York.

Interior del New York, New York.

La estatua de la libertad.

El monstruoso Luxor.
Después de perdernos por el Mandalay Bay y no encontrar la salida, decidimos coger el bus para ir al Outlet que hay al sur del Strip. Hay uno en la zona norte y otro en la zona sur, y decidimos ir a este último porque está cerrado, como un centro comercial, y hará menos calor. Es aquí. El bus que cogemos es el Express, que cuesta 2$ durante dos horas o 7$ durante 24 horas. Cogemos el de 24 horas para aprovecharlo al día siguiente para ir a Freemont St. La verdad es que compramos bastantes cosas, dos Levi's para cada uno, yo dos pares de Converse y una chaqueta de cuero, Dani unas zapatillas Puma, algunas cosas para el pequesaurio, camisetas y camisas muy baratas... Al final compramos una maleta de cabina por unos 30$ porque no nos va a caber todo lo que hemos comprado en las maletas (y eso que llevábamos una medio vacía). Comemos allí mismo en el food court, en el Burguer King.

Volvemos en el bus hasta la parada que hay en el Paris-LV. En el hotel descansamos un rato y aprovechamos la peazo bañera para darnos un baño. Nos vestimos y vamos a dar una vuelta por el centro comercial del hotel, que se llama Miracle Mile. Después tomamos unas cervezas en el bar del casino, aprovechando la hora feliz, dos Coronas por 6$. Las siguientes dos ya nos cuestan 14$... Echamos un dolar en una de las máquinas tragaperras y damos una vuelta por el casino, por curiosidad, más que nada. Miramos las mesas de ruleta y de dados, pero no nos apetece gastarnos el dinero en eso. Después yo tengo un poco de hambre, compramos en una tienda unas Pringles y unas Stella Artois y nos subimos a tomarlas a la habitación, y a dormir que ha sido un día largo.

El jueves nos despertamos a las 8.30, parece que ya vamos deshaciéndonos del jet-lag. Desayunamos en el Starbucks y salimos del hotel hacia las diez, aprovechando el desayuno para robar Wifi y comunicarnos con las familias por correo. Decidimos ir hasta la oficina de Tix4tonight que hay en el Bill's Gambling Hall, debajo de la pasarela que cruza el Strip por el Caesar's Palace, aunque hay un montón de oficinas por todo el Strip. Son para comprar entradas para los espectáculos de ese mismo día o el siguiente, con algo de descuento. Si vas a primera hora suele haber cola porque se acaban bastante rápido las entradas para los espectáculos más importantes. Queremos ver algo del Circo del Sol, pero como es jueves no hay representaciones de Zummanity (que nos recomendó David) ni tampoco hay representaciones de Ô, así que pillamos para Ká a las 21 horas.

Aprovechamos que tenemos el ticket del bus todavía y cogemos el Deuce hasta Freemont St. El Deuce es el bus que va por el Strip y tiene parada en todos los hoteles principales. El Express sólo para en unos cuantos y es el que va a los outlets. Los conductores del autobús tienen un sistema de megafonía y van hablando todo el rato, anunciando las paradas, pidiendo a la gente que no se ponga en la puerta trasera, explicando cosas que vamos viendo. Aquí me sorprendió un poco, pero después vimos que era igual en todas partes, tanto en los parques nacionales con en San Francisco. En Freemont St, que es la zona más antigua de Las Vegas, donde empezaron los casinos, nos sentimos un poco desilusionados. El sitio es un poco decadente, con gente un poco rara. Contrasta mucho con el Strip, que a mi me ha sorprendido por lo limpio que está, lo cuidado que lo tienen, aunque haya bastantes mendigos. Supongo también, que al ser por la mañana y no estar encendidos los neones ni la pantalla gigante que cubre toda la calle, nos pareció más decadente aún...Hacemos unas fotos a los neones y cogemos el bus de vuelta al Strip.

Uno de los primeros neones de Las Vegas.


Vista del Stratosphere.

Bajamos en el bus por todo el Strip hasta el MGM Grand, para recoger las entradas para esa noche. El bus nos deja en la puerta del Montecarlo y entramos a verlo. Yo había leído que dentro hay un bar que se llama The Pub, que tienen cientos de cervezas diferentes. Tomamos dos cervezas Tenaya, de Las Vegas, con unos Mac&Cheese que me como yo enteros (a Dani no le gustan los macarrones) por unos 27$ más propina. Después Dani se come una porción de pizza en el food court.

The Pub.

Cruzamos al MGM y recogemos las entradas. A mi no me apetece mucho andar, así que cogemos el monorrail desde allí hasta el Bally´s, que está al lado de nuestro hotel, y en vez de ir por la calle, entramos por el Paris-LV para verlo por dentro. Me viene a la cabeza la idea de que es como se imagina París alguien que no ha estado nunca, es decir "demasiado París", como el Venetian...  Llegamos al hotel y nos tomamos algo en el bar del casino. Como tienen dos por una en Coronas, Dani se pide dos del tirón, mientras yo me tomo un Chardonnay, todo por 14$. Cuando terminamos, nos echamos un rato la siesta, una ducha y salimos hacia el MGM para ver Ká.

Vamos dando un paseo porque ya es de noche y no hace tanto calor. El teatro de Ká es más tradicional, pero el escenario es alucinante. Al principio, antes de empezar, mientras la gente se sienta, donde tendría que estar el escenario hay un foso del que salen llamaradas de fuego. Y una vez que empieza el espectáculo ves que el escenario sube y baja, se pone vertical y gira en todas direcciones, lo que hace que la función nos parezca alucinante. Nos gusta más que Le Rêve, es mucho más impresionante. Al salir, nos damos otro paseo hasta el hotel. Hay mucha más gente por la calle. Cenamos en el Planet Daylies y me como mi primera hamburguesa "de verdad", no del Burguer. Nos vamos pronto a la habitación después de cenar para hacer la maleta y descansar porque el día siguiente nos esperan muchas millas de camino.

Como resumen de Las Vegas puedo decir que es una ciudad que me ha sorprendido para bien. No me la esperaba tan limpia y cuidada, con tantas cosas que hacer, me la imaginaba más decadente. Como dice Dani, es tan exagerada y tan hortera que acaba resultando curiosa. No sé si volvería otra vez, hay tantos sitios para conocer en el mundo y tan poco tiempo, pero sí que creo que merece la pena conocer Las Vegas, aunque sea una vez en la vida.

Y en las siguientes entradas... ¡Los parques nacionales!

martes, 21 de agosto de 2012

Festivaleando, guan mor taim...

Para no perder las costumbres, este año volvemos a tener temporada de festivales. Y según va pasando el tiempo vamos aumentando la apuesta, porque este año no es uno, sino dos festivales los que estamos en proceso de disfrutar. Digo estamos, porque incluyo a Andrea, mi inseparable compañera de aventuras festivaleras XD

Hace diez días estuvimos en el Sonorama, festival español de música indie y poperilla por excelencia. Fueron cuatro días de festival bastante intensos. Además no encontramos alojamiento, por lo que tuvimos que tirar de acampada, lo que para mi fue un poco duro. Ya no tengo edad para dormir en el suelo, pasar frío a pesar de la ola de calor, ducharme con agua helada en un túnel de lavado, lavarme los dientes en una fuente, tener que aguantar los ronquidos o gritos de los vecinos y ese tipo de cosas :P

Aranda me sorprendió para bien. Tenemos que volver algún fin de semana para disfrutar de su Ribera del Duero y sus pinchos con tranquilidad, porque merece mucho la pena. Además es un sitio muy agradable para pasear, con todo el centro peatonal, y habrá que probar el lechazo, que tenía una pinta estupenda.

Sobre el festival, tengo que decir que se notan los quince años que lleva celebrándose. No conocía a muchos grupos, pero hubo unos cuantos que me sorprendieron para bien. Sobre los conocidos, genial y de total subidón el concierto de We Are Standard. Cuando uno se acostumbra a que Deu te insulte y te apriete la tuercas, el resto es todo baile y disfrute. Ganas de volver a verles pronto. Otros viejos conocidos fueron Sidonie, que tocaron dos veces. El concierto de la plaza del Trigo, de versiones de otros grupos, genial. El suyo propio era un poco tarde y acabó con El Incendio bailado dentro de la tienda de campaña ya. El otro grupo conocido, aunque no me apasione, fue Vetusta Morla. Me gustó bastante más este concierto que la última vez, porque pudimos distinguir la voz del cantante. Tocan muy bien y saben cómo hacer que sus fans disfruten, pero no entiendo esa manía de hacer los finales interminables, se me hacen demasiado aburridos y parece que se están recreando demasiado en el aplauso. Aunque para gente que se recrea en sí misma, Love of Lesbian, con este grupo mi relación es de odio-asco-aguante, porque va a todos los festivales a los que voy yo. No entiendo el amor ciego sordo que se les tiene, no entiendo sus letras, no entiendo por qué el cantante parece su propio amante y no entiendo ¿¡por qué coño me persiguen a todos los festivales que voy!? Uffff...

De los grupos que no conocía me sorprendieron especialmente Kakkmaddafakka, por su buen rollo, lo que nos hicieron reír y su sonido bailongo.También me gustaron mucho Corizonas y su rollo música rock de western y su cantante setentero. Me molaron Fuel Fandango, también muy bailables y mezclando estilos sin complejos. Y Polock también estuvieron bastante bien, a pesar del sol abrasador que caía sobre nosotros cuando empezaron a tocar, los pobres. También hubo grupos que quería ver en directo y luego ni fu ni fa, como Annie B Sweet, Jero Romero, Los Dandy Warhols, El Columpio Asesino o La Casa Azul...

En fin, que fue una buena experiencia, aunque bastante agotadora. Pero en estas dos semanas tengo tiempo para recuperarme, que viene el siguiente este mismo viernes: el Intro Music Festival, en Astorga. Este sí que le tengo ganas, aunque vayamos también de acampada. Creo que el sábado voy a morir con los conciertos de Supersubmarina y Lori Meyers seguidos... Y el viernes calentaremos con Ivan Ferreiro y Second, y nos emborracharemos mientras Love of Lesbian se quieren a sí mismos. Y además va uno de los DJs de Independance. Pues eso, que le tengo muchas ganas, a ver si sale como el Sonorama o mejor.

Y ya. Bueno, un poco de musicote para terminar.


lunes, 20 de agosto de 2012

Costa Oeste de EE.UU: Las Vegas (I).

Bueno, pues hoy empiezo con el viaje propiamente dicho. A ver cómo sale la entrada.

El lunes 9 nos levantamos a las 6.30h para estar en el aeropuerto a las 7.30h. El vuelo salía a las 10.25h, pero queríamos estar con suficiente tiempo, y también evitar los atascos mañaneros de Madrid. Teníamos el vuelo con American Airlines y cuando llegamos a facturar, todavía no estaba abierto. Al rato abrieron la facturación, pero antes nos hicieron pasar una especie de entrevista sobre nuestro equipaje y nuestro itinerario en EE.UU. Después facturamos las dos maletas que llevábamos y nos fuimos a coger el tren que nos llevaba a la T4 satélite. Allí localizamos la puerta de embarque y nos tomamos un café con un croisant.

El vuelo fue tranquilo, pero íbamos en un avión bastante pequeño para ser un vuelo transoceánico, como los que se usan en los vuelos europeos, y no teníamos pantalla individual. Nos entretuvimos con unas revistas que habíamos comprado, con la comida que nos dieron (pasta o carne guisada) y leyendo un libro. Justo cuando el avión iba a aterrizar pudimos ver Manhattan desde el aire... ¡Yo me quería quedar! Al llegar al JFK nos dirigimos rápido a pasar la aduana. Había bastante cola pero fue rápido, una media hora. Nos tomaron las huellas y poco más, el señor de la aduana ni nos preguntó nada. Recogimos las maletas de su cinta, las dejamos en la cinta de connections y nos dirigimos a pasar de nuevo el control de seguridad del aeropuerto para ir a la puerta de embarque del vuelo a Las Vegas. Cerca de la puerta de embarque comimos algo en un Bistro, ya que eran como las cuatro de la tarde, aunque para nosotros fue casi cena. Tomamos un wrap de carne, unos fingers de pollo y nuestras primeras cuatro Buds por unos 55$ más propina. En el vuelo a Las Vegas, al ser un vuelo interno o doméstico, sólo nos dieron bebida, a pesar de ser casi cinco horas de vuelo.

Bueno, pues tras casi 20 horas de viaje llegamos al aeropuerto McCarran a las ocho de la tarde, hora local, aproximadamente. Llegar al aeropuerto de Las Vegas es alucinante, sobre todo si está anocheciendo, como llegamos nosotros, porque se ven todos los hoteles del Strip realmente cerca mientras te aproximas a la pista de aterrizaje. Aunque sólo reconocimos el Luxor, fue muy impresionante. Recogimos las maletas con un poco de susto, porque una de ellas tardó en salir bastante, y cogimos un taxi. Por el camino íbamos viendo los hoteles más famosos y señalando como paletillos, el taxista debió flipar un poco nos nosotros, que íbamos todo el rato ¡Ala, mira el New York-New York! ¡Mira, mira, el Excalibur! ¡Wow, mira el Paris-Las Vegas! XD

Por unos 20$ (propina incluida) y en diez minutos llegamos al hotel Planet Hollywood. Me costó un triunfo decidir en qué hotel quedarnos en Las Vegas. Al principio estuve barajando alguno más barato, como el Excalibur, el Luxor o el Treasure Island, que también están en el strip pero no tan en el centro. También alguno más barato por ser algo más viejos como el Flamingo o el Harrah's, ya que los hoteles buenos se nos iban de presupuesto (el Bellagio, el Caesar's Palace, el Venetian...). En centraldereservas.com encontré una buena oferta para el Planet Hollywood, que está bastante bien y muy céntrico en el Strip (justo frente al Bellagio), y como tenía cancelación gratis hasta 24 horas antes, lo cogí sin pensarlo. En esta página pagas la estancia previamente y llevas un bono para el hotel.

Nuestro hotel. Foto de Larry D. Moore.

Ya en el hotel hicimos check-in. Había un poco de cola, así que tardamos casi 20 minutos en que nos dieran la habitación. Yo estaba como si la cosa no fuera mucho conmigo, entre el cansancio, el sueño y estar en un sitio tan peculiar, me parecía como un sueño raro. A las nueve de la noche conseguimos llegar a la habitación. Cada habitación del hotel está decorada con una película diferente. A nosotros nos tocó Blade Runner y flipamos bastante cuando lo vimos. Compramos agua en una máquina con la tarjeta de crédito (2$) cogimos hielo en la máquina (gratis), nos acomodamos, vimos la tele un rato y a dormir. A las diez de la noche, para nosotros eran las siete de la mañana y llevábamos más de 24 horas despiertos.

La habitación del hotel era enorme, con una cama de casi dos metros de ancho y muy cómoda. Dormíamos con un edredón finito, porque allí siempre está puesto el aire acondicionado y está prohibido abrir la ventana en verano. Tenía un baño inmenso, con una bañera de flipar y la ducha aparte. No me gustó mucho el olor, no sé si era a tabaco o a moqueta vieja, pero al segundo día ya me había acostumbrado. Lo mejor del hotel, la cama, sin duda alguna, y la ubicación, tan céntrica que íbamos andando a todas partes.

Peazo cama.

Peazo bañera.

El váter y la ducha separados.

A las cinco de la mañana del martes ya estábamos despiertos, aunque nos quedamos en la cama descansando hasta las seis, más o menos. Nos duchamos y bajamos a desayunar. Es muy curioso ver por primera vez el casino a esas horas, ya que hay poca gente y está como muy tranquilo. Hay un Starbucks y pedimos dos caffe latte y dos croisants por unos 15$. No funciona la Wifi del Starbucks por lo que terminamos rápido y salimos a dar una vuelta. Al salir a la calle nos da una bofetada de calor seco que me recuerda a la sauna del gimnasio. Son las ocho de la mañana y ya hace unos 35 grados, pero no nos extraña porque estaban dando 30 grados de mínima en la predicción cuando lo miré en Madrid. Vemos el Bellagio, que está justo en frente de nuestro hotel. También el París - Las Vegas y el Caesar's Palace. Hacemos algunas fotos y seguimos hasta el Venetian, en el que entramos. Justo en ese momento se muere la batería de mi cámara. ¡Mierda!

El Bellagio a la luz de la mañana.

Una vista del Strip hacia el sur.

Tras esta bonita foto del Venetian mi cámara decidió irse a dormir...

Dentro del Venetian Dani alucina con el Gran Canal que tienen montado en la segunda planta. Parece que estás en la calle, por las dimensiones y por el techo que está pintado como el cielo, aunque la temperatura es mucho más agradable, claro. Me pregunta si se parece a Venecia y me surge la idea de que es "demasiado Venecia", como si Venecia sólo fuese la parte renacentista y bonita...

El gran canal en el Venetian.

Seguimos andando hacia el Wynn para recoger las entradas. El centro comercial del Wynn es alucinante, se nota que es un hotel de lujo porque todas las tiendas con tipo Dior, Chanel, Manolo Blahnik, Louboutin, etc. Sin que veas ni un precio en los escaparates, claro. La taquilla no abre hasta las 10 y son como las 9, así que salimos del hotel y vamos a un centro comercial que hay enfrente. Como hemos desayunado hace mucho rato yo ya tengo hambre, y comemos unos chicken popcorns y dos Pepsi en el KFC por unos 10$. Una vez recargadas las pilas, damos una vuelta por las tiendas, pero no compramos nada porque no nos parece muy barato. Volvemos al Wynn y recogemos las entradas para Le Reve con el pasaporte, porque ya estaban pagadas. Volvemos al Venetian y nos tomamos dos Buds por 10$. Nos piden el pasaporte para darnos la bebida, cosa que va a ser bastante habitual durante todo el viaje, y que me sube mucho la autoestima que me echen 10 años menos XD. También visitamos la tienda de Harley-Davidson y Dani se compra una camiseta y alguna chorradilla más.

Seguimos andando dirección sur, hacia el hotel, y paramos en el Flamingo a comer algo en el food court. Comemos dos porciones enormes de pizza y dos Buds por unos 25$. Al lado unas canadienses borrachas se ponen a pegar hebra con Dani preguntándonos que cuánto tiempo llevamos juntos y que es muy bonito vernos compartir unas cervezas y conversación... ¿Será que las parejas canadienses no hablan cuando comen? Después de comer entramos en una tienda de fotografía y compramos una batería para mi cámara por 30$. No me apetece estar otro día sin cámara con tantas cosas increíbles que estamos viendo. Volvemos al hotel con un calor del infierno insoportable. Vemos unos capítulos de Big Bang Theory y de Padre de Familia (es curioso verlos en versión original, con sus voces de verdad). Nos echamos una siesta de unas dos horas.

Tras la siesta mortal, salimos otra vez del hotel hacia el Wynn. Paramos a ver el espectáculo de las fuentes del Bellagio. Muy bonito, nos gusta mucho. Al subir también vemos el espectáculo de las sirenas y los piratas del Treasure Island, pero no nos paramos mucho porque vamos justos de tiempo.


El espectáculo que íbamos a ver, Le Reve, no es exactamente del Circo del Sol, sino de uno de sus fundadores que se ha ido por libre. Pero es muy del estilo. El escenario es una piscina circular, con las butacas de espectadores todo alrededor de ella. Hay muchas acrobacias, música, natación sicronizada... todo muy bonito e idílico. Nos gustó mucho.Salimos a las once de la noche y estamos tan cansados que no tenemos ni hambre. Compramos agua y nos vamos a dormir.

El teatro circular de Le Reve en el Wynn.

jueves, 16 de agosto de 2012

Costa Oeste de EE.UU: Preparativos.

Tengo ganas de contar muchas cosas del viaje. Ha sido uno de los mejores que he hecho en mi vida y todo ha salido tan bien que lo repetiría sin pensármelo medio segundo.

Hoy le voy a dedicar una entrada a los preparativos.

Como ya he dicho antes, me ayudó mucho en la preparación del viaje el foro de Los Viajeros. Allí participa mucha gente que está preparando el viaje o que ya ha estado allí y hace que te des cuenta de muchísimos detalles que se pasarían por alto si nadie los mencionara.

Antes de coger los vuelos, tuvimos que decidir qué recorrido queríamos hacer. Hay que pensar en los días que quieres estar, los sitios que quieres ver y las distancias entre los sitios. Esto último es importante porque las distancias en EE.UU. son inmensas y si no calculas bien, puedes pasarte el día en el coche y quedarte sin tiempo para ver las cosas o ir muy pillado de tiempo.

El itinerario que decidimos fue:

9 de Julio: Salida de Madrid y llegada a las Vegas.
10 de Julio: Las Vegas.
11 de Julio: Las Vegas.
12 de Julio: Las Vegas.
13 de Julio: Salida de Las Vegas. Visita a Zion National Park.
14 de Julio. Visita a Bryce Canyon.
15 de Julio: Visita a Antelope Canyon y Monument Valley.
16 de Julio: Camino hacia el Gran Cañón y visitar lo que nos de tiempo.
17 de Julio: Visita al Gran Cañón.
18 de Julio: Ruta 66.
19 de Julio: Sequoia National Park.
20 de Julio: Yosemite
21 de Julio: Yosemite
22 de Julio: Llegada a San Francisco.
23 de Julio: San Francisco.
24 de Julio: San Francisco.
25 de Julio: San Francisco.
26 de Julio: Salida hacia Madrid.

Este es el itinerario que me salió después de hacer encaje de bolillos con los días que teníamos e incluir todas las cosas que queríamos ver. Decidimos pasar de Los Ángeles porque ninguno somos muy fan del cine, y no le veíamos mucho sentido visitar Hollywood o los estudios Warner sin ser muy cinéfilos. Tampoco incluimos Yellowstone porque estaba muy al norte y es un parque que necesita varios días para verlo. Y tampoco nos hacía ilusión ver Death Valley, así que lo cambiamos por el parque de Secuoya.

Para buscar los vuelos al principio utilicé los buscadores que uso siempre, tipo Lastminute o Atrápalo, y también miré en las páginas web de las propias compañías. Finalmente (y soprendentemente) donde encontré los vuelos más baratos fue en la página de El Corte Inglés. Como reservamos el viaje con muy poca antelación, los vuelos fueron bastante caros. Cogimos la ida a Las Vegas, con escala en Nueva York, y la vuelta desde San Francisco, con escala en Chicago.

Para buscar los hoteles utilicé sobre todo la página de booking.com, porque en la mayoría de los hoteles te da cancelación gratis hasta 24 o 48 horas antes de la llegada. Para elegir el hotel me ayudé de Tripadvisor, para saber cómo eran los hoteles y la opinión de gente que ya ha estado en ellos. También me fijé en los hoteles que había elegido la gente del foro de Los Viajeros, sobre todo en Las Vegas me ayudó mucho porque hay mucha variedad. Al final los hoteles los elegí por precio (aunque la mayoría no fueron muy baratos, por la poca antelación con la que reservamos), por cercanía a los sitios que queríamos ver, y que estuvieran medianamente bien.

El coche, siguiendo una vez más el consejo de Los Viajeros, los reservamos en ealquilerdechoches.com. Es como un buscador de alquileres de coches, y no sabes con qué compañía coges el coche hasta que lo has contratado, pero trabajan con las compañías grandes. Nosotros al final cogimos con Dollar y fue mucho más barato que en la propia página web de Dollar. También los miré en las páginas de las compañías principales, como Hertz, Europcar, Alamo, Dollar, Avis...

Más preparaciones: el permiso internacional para conducir. Para esto sólo hace falta una foto tamaño carné, tu permiso de conducir y pagar las tasas en la DGT, que me parece que fueron como 7€, y te lo hacen en el momento. Nos lo hicimos los dos porque íbamos a conducir los dos y si te para la policía allí te quitas de cualquier problema, aunque hay gente que comenta que con el normal es suficiente, pero no queríamos arriesgarnos.

El seguro de viaje. En Europa tienes la tarjeta sanitaria europea, pero para viajar a EE.UU. no hay convenio sanitario, así que decidimos hacernos un seguro de viaje. El que nos ofrecía el Corte Inglés no tenía mucha cobertura, así que me puse a indagar seguros y las opiniones de la gente que ha necesitado usarlo. A veces las tarjetas de crédito tienen seguro si pagas el viaje con ellas. El carnet joven también tiene un seguro, creo que cubre hasta 2000€, así que decidimos usar este seguro si no era muy grave la cosa, y contratar uno con una cobertura mayor, pero con franquicia, por si pasaba algo gordo. Por lo que he leído, si no llevas seguro, al final la Seguridad Social te acaba cubriendo, pero hay que pagar allí por adelantado y luego pelearte para que te lo reembolsen. Al final nos decidimos por FIATC, con una cobertura de 60.000€ por ingreso y también tenía seguro de cancelación de viaje. Por suerte no lo hemos tenido que usar.

Algunas compras de preparación. Compramos un par de candados TSA. Son candados que se pueden abrir con una llave maestra que tienen en los controles de seguridad de EE.UU. por si inspeccionan la maleta en la aduana. Si llevas un candado que no sea de este tipo y quieren abrirte la maleta para revisarla te arriesgas a que la rompan para abrirla, porque en la seguridad de aduanas de EE.UU. no se andan con muchos miramientos... Nosotros los compramos en el Decathlon, junto con una linterna (por si íbamos a ver amanecer al Gran Cañón), y un par de zapatillas de trekking que nos han venido estupendamente para los parque nacionales.

El ESTA.o Electronic System for Travel Autorization. Porque se supone que en España no necesitamos visado para entrar en EE.UU. pero sí que nos cobran y nos piden unos datos para permitirnos la entrada. Se saca en esta página (cuidado con usar otras no oficiales, que timan a la gente y le cobran por hacer el trámite, que si lo haces tú es gratis). Te piden tus datos personales, que respondas a unas preguntas (si vas a trabajar, si has participado en el genocidio nazi, cosas así,normalitas...) y pagar 14 dólares con una tarjeta de crédito o débito. Casi inmediatamente te responden si te autorizan a entrar a EE.UU. o no, aunque luego tienes que pasar la aduana igualmente.

Reserva de excursiones. Llevamos un par de excursiones reservadas desde casa, Antelope Canyon y Alcatraz, porque leí que podía ser complicado cogerlas con poca antelación. La de Antelope Canyon la cogimos con Antelope Canyon Tours. Queríamos la excursión de las 11h, ya que cuanto más cerca del mediodía, mejor es la luz en el cañón, pero con el mes y pico de antelación ya no quedaban plazas, así que tuvo que ser a las 9h. Pero no hay mal que por bien no venga, así tuvimos más tiempo para Monument Valley. Sólo se hace la reserva, pagas allí antes de la excursión, aunque te piden el número de tarjeta para asegurar que la gente no les plante. También reservamos la excursión a Alcatraz en esta página. Esta sí se paga y te descargas las entradas para llevarlas impresas. Cogimos la última excursión de la tarde, porque leí en el foro que era impresionante ver la cárcel anocheciendo, y así fue. También compramos desde casa las entradas para un espectáculo en Las Vegas, para Le Reve en el Wynn. Las compré en la propia página del hotel y las recogimos allí el mismo día del espectáculo.

Y creo que no me dejo más preparativos, aunque fueron tantos que lo mismo se me olvida algo. Bueno, como seguiré dando caña con el viaje, si se queda algo en el tintero saldrá a la luz en las siguientes entradas :)

martes, 14 de agosto de 2012

Y llegó...

Bueno, después de meses dando la brasa con la boda, hoy ha llegado el momento de hacer un pequeño resumen del evento.

Para empezar sí que quiero decir que fue uno de los mejores días de mi vida. Me lo pasé genial y tener a mi familia y a mis amigos cerca, compartirlo con ellos, fue muy especial.

Pues ná. El sábado me desperté muy prontito para ir a la peluquería. Me pasó a buscar Andrea y a las nueve estábamos ya en la pelu, con mi madre. A las once ya habíamos terminado las tres y nos fuimos a casa de mis padres para vestirnos. Al final me hice un recogido bajo, un poco despeinado, con las horquillas de nácar que me regalaron mis padres.



Cuando llegamos a casa ¡ya estaba mi ramo! Qué bonito. Fue una de las cosas que más me gustó de la boda y me hizo mucha ilusión verlo allí cuando llegué. Y el prendido de Dani también me pareció muy bonito. El ramo eran pequeñas rosas ramificadas blancas con muchas craspedias y un poco de verde. Lo compré en The Workshop Flores y me encantó el trabajo que hicieron.


Yo estaba muy tranquila, sorprendentemente. Nos vestimos todos, nos hicimos unas fotos en casa y salimos hacia Alcorcón como a las doce y cuarto. Mi vestido, por si le interesa a alguna por ahí, es el Dolly de Cymbeline, que es de hace dos temporadas. Un vestido de raso sencillo con un sobrevestido de plumeti y volantes de encaje, con escote de pico por delante y por detrás, y un lazo de gasa atado en la espalda. Precioso. Y con mis zapatos amarillos, a juego con el ramo, que me los hicieron en Emilio Badiola, porque no encontré ningún zapato amarillo que me gustara. Y como joyas, sólo llevé el reloj de oro blanco y brillantes de mi bisabuela, que me dejó mi madre para ese día.





La ceremonia empezaba a la una, pero a menos cuarto ya estábamos allí. A mí no me apetecía llegar la última con todo el mundo esperando ya dentro. Prefería llegar pronto, con tiempo para no ponerme nerviosa, para saludar a la gente antes de entrar y porque sabía que Dani iba a estar ya allí esperando.


Como los funcionarios vieron que habíamos llegado ya los novios, hicieron entrar a la gente y al final empezamos antes de tiempo, con lo que hubo gente que llegó tarde. La ceremonia duró poco y tampoco me acuerdo de mucho de lo que contó el concejal, aparte de que decía "cónyugues" en vez de cónyuges... Nos leyó los artículos del código civil y al final intercambiamos las alianzas y firmamos las actas. Salimos fuera y, tras una intensa lluvia de confeti y arroz, nos hicimos fotos con la familia y amigos, pero pocas, porque hacía bastante calor y un sol de justicia.

Después nos quedamos con David, que nos hizo unas fotos en un parque que estaba cerca del castillo. Han quedado preciosas, cada vez que las veo me recuerdan lo contenta que estaba ese día. Luego nos fuimos a tomar una caña con nuestro amigos, porque era pronto para ir al hotel.

Aún así llegamos al hotel pronto. Decidimos celebrarlo en el Hotel de las Letras, por lo bonito y por la ubicación, sobre todo. El salón es precioso y no puede estar en mejor sitio. Antes de ir al salón, pasamos por la habitación con la que nos obsequió el hotel para la noche de bodas. La habitación era alucinante, un dúplex con dos terrazas y jacuzzi en una de ellas. Ojalá me hubiera podido quedar a vivir allí XD


 

La comida fue un cóctel de 90 minutos, y aunque al principio la gente estaba hambrienta, al final sobró comida y todo. Quedamos muy contentos con la cantidad y la calidad de la comida. Y al ser un cóctel, pudimos estar con todo el mundo, y dedicarle al menos un ratillo a cada uno. Al empezar el cóctel repartimos los detalles para los invitados, que eran unas chapas personalizadas, en una cajita con caramelos, bolas de anís para los chicos y violetas para las chicas, y una tarjeta de agradecimiento. Las chapas fueron un triunfo y casi todo el mundo se las puso. Y hubo bastante gente que nos agradeció el que fueran tan personales. Las chapas son de Yo soy tu chapa.


Después del cóctel, abrimos la barra libre bailando nosotros dos. Decidimos que no queríamos bailar un vals, y como no nos poníamos de acuerdo en la canción porque yo no quería bailar una moñada de balada heavy y los poperillos no son muy románticos, nos decidimos por un clásico, Fly me to the Moon de Frank Sinatra. Pusimos tres horas de barra libre, en la que desparramamos bastante con nuestro amigos, sobre todo, aunque también hubo tíos, primos e incluso abuelas, que lo pasaron genial. Hubo también una merienda (llamarlo recena a las siete de la tarde queda un poco raro), con chuches, sandwiches y hasta chocolate con churros.

Cuando terminó la barra libre y nos despedimos de todo el mundo, subimos a la habitación a cambiarnos. Yo me puse otro vestido, corto, que tengo para ir a las bodas, y salimos un rato por Chueca con nuestros amigos. Las bodas de mañana son larguísimas, así que a las dos de la madrugada, rendidos y muy contentos nos fuimos a descansar al hotel.

Tras boda puedo decir dos cosas: a) Quizás sí merece la pena el esfuerzo y el tiempo invertidos en prepararla, por lo bien que lo pasé, por ver a tu gente disfrutando y por todos los buenos recuerdos que tengo ahora. Y b) No entiendo a las novias que dicen tener depresión postboda y que echan de menos los preparativos... Hay gente muy rara en este mundo. Yo lo volvería a repetir, pero por lo bien que lo pasé y lo feliz que me sentí, no por los momentos previos. Eso sí, para repetir como poco dentro de 25 años :P

Y después... ¡El viaje!