Ya ha vuelto el buen tiempo, aunque sólo sea por unos días, porque ya se sabe que en Semana Santa siempre hace mal tiempo,
estoesasí. No sé si será por la influencia de los astros y la luna, o por
goder un poco las procesiones (me vale cualquiera de las dos opciones).
Bueno, voy a contar mis andanzas
findesemaniles... El viernes fueron a buscarme al hospi mis
muymejoresamigos Antonio y Andrea. Una lástima el fallo de comunicación que tuvimos, no pude enseñarles mi
zulo consulta. Otro día será. Nos fuimos de cañejas (léase cañas, tintos de verano y todo lo que nos pudiéramos echar pa'l cuerpo serrano éste que tenemos), para celebrar la llegada del viernes. Falta me hacía, porque toda la semana he estado martirizada con el curro y el curso de doctorado. Eso de estar todo el día fuera de casa (si no es de fiesta) lo llevo fatal.
Pues después de hacer una e irnos a buscar a Dani a Moncloa, acabamos comiendo en una terracita, que el día lo permitía. De ahí nos pasamos a los cafeses irlandeses con
Hipnosapo incluído (era la hucha de una muchacha, pero es una historia larga de contar). Una vez logramos despegar los ojos de aquella HUCHACA (sí, se merece las mayúsculas), nos fuimos para Alcorcón y la noche acabó en el Gato, con unos copazos.
Ayer parecía que iba a ser un sábado cualquiera, con su
fúrbol, su cena y sus pelotazos posteriores, pero no. Bueno, sí que hubo todo lo anterior, pero mientras hablábamos en torno a los efluvios alcohólicos de nuestros respectivos pelotazos, a Víctor se le ocurrió proponer una idea: irnos un par de días a Santiago de Compostela. Yo, que soy una FÁCIL (también me merezco las mayúsculas), me puse a pensar en el Albariño, los pimientos de padrón, los cefalópodos pa' comer y cenar, el marisquito, los cachelos... Ainsss... Y claro, antes de plantear nada más yo ya estaba convencida. Aunque a los demás tampoco costó mucho más, pa' qué engañarnos.
Así que, si no hay ningún contratiempo, es posible que pase por Galicia el jueves y el viernes. Y si hay algún contratiempo, o al final no sale el plan, pues tengo cuatro días de vacaciones que me vienen como p**** al c***, divinamente, vamos.
Uf... menos mal que esta semana sólo tiene tres días laborables.