miércoles, 29 de junio de 2016

De vuelta.

Sólo llevo tres días de trabajo y ya se me ha olvidado todo el relax que traía de la playa. A final, sí, llegamos a la playa contra toda adversidad. Y nos lo hemos pasado muy bien, aunque ha sido muy corto. Siempre que vamos a la playa le digo a Dani que para la siguiente vez nos quedamos dos semanas. Luego no lo hacemos, pero estaría genial para desconectar y que fuera una relajación total :)

La pena es que nos ha hecho levante y sólo fuimos a la playa tres días. He vuelto casi tan blanca como me fui, pero bueno, tampoco esperaba poder tomar el sol como cuando era soltera y libre de cargas familiares XD

A la peque le ha gustado la playa, ha hecho la croqueta y se ha bañado en el mar. De hecho se quería meter ella sola andando, con el oleaje y todo. No ha comido mucha arena pero ha jugado mucho con ella. Hemos dado paseos, hemos comido muy bien, hemos tomado el aperitivo en el chiringuito y algún vino antes de cenar, hemos visto puestas de sol y hecho bastantes fotos,hemos visitado el Puerto de Santa María, hemos dormido unos días mejor que otros y algún día hasta nos hemos echado la siesta. Hasta hemos tomado un mojito, el mío sin alcohol, pero qué se le va a hacer. La chiquinina ha teteado como hacía muchos meses que no lo hacía. Claro, volver a tener teta disponible 24 horas al día es lo que tiene...

Paul se recuperó de su cólico, ayer estuvimos en el vete y ya nos dio el alta. No está mal, después de una semana de Primperan, antibiótico y Dalsy. Sofía también ha estado toda la semana con antibiótico, y mañana tenemos la revisión para ver si ya no tiene infección de orina. Crucemos los dedos.

Y la vuelta la hemos llevado regular. Ella lloró como una magdalena el lunes al llegar a la guarde, y yo casi casi al llegar a mi curro. Pero bueno, ha sido un buen respiro para tomar fuerzas hasta las vacaciones más largas, que llegarán la segunda quincena de Agosto. Mientras tanto, mis siguientes objetivos son celebrar San Fermín con mi maridito, y esperar que llegue el 15 de julio, que él empieza la jornada de verano y podremos pasar las tardes los tres juntos.

sábado, 18 de junio de 2016

¿Llegaremos?

Escribo esto en el coche, a doscientos kilómetros de Madrid, más o menos, sin tener todavía claro, ni creerme mucho que si todo va bien, en unas horas estaremos en la playa en Cádiz.

La semana comenzó regular el lunes, por la noche nos dimos cuenta que Paul no quería comer, ni siquiera tomar la malta que es su droga, así que le dimos un poco de primperan (como nos ha dicho nuestra vete),y nos fuimos a la cama. Por la mañana del martes seguía igual, así que chute de primperan y llamamos al vete para ir esa tarde. Nos dijo que era una parada intestinal por una bola de pelo seguramente (aunque también había estado comiendo alfombra, el jodío), nos mandó medicación y volver el jueves. El miércoles estuvimos forzando ingesta, tuvimos que darle potito de verduras con jeringuilla y aquarius, además de la medicación. Se le veía muy parado y hecho una bolita, lo que nos preocupaba bastante.

El jueves por la mañana Dani fue con la niña a revisión de nefrología y nos dijeron que vuelve a tener infección, así que una semana de antibiótico y repetir el cultivo de orina. Por la tarde volvimos al vete, y como Paul seguía igual y estaba un poco deshidratado, se lo quedó un rato para ponerle suero y la medicación pinchada. Aquí ya nos rondaba la idea de que no íbamos a poder irnos a la playa, porque el pobre conejín estaba bastante fastidiado. La vete nos derivó a una clínica de exóticos en Fuenlabrada al día siguiente, si no mejoraba con lo que le había puesto de medicación y el suero, para hacerle una ecografía por si tenía un cuerpo extraño. Si mejoraba, volver para ponerle más medicación. Cuando llegamos a casa empezó a beber agua por sí mismo, lo que era una buena señal, pero seguimos con la idea de quedarnos sin playa.

El viernes (ayer) por la mañana Paul parecía que estaba igual. Desde el trabajo hablé con mis padres a ver si me podían llevar a Fuenlabrada a la clínica de exóticos. Pero cuando llegué a casa, le puse unos canónigos para ver si comía y se lanzó como una fiera. Viendo que comía sin obligarle, le llevamos a la vete, que le volvió a pinchar medicación y suero. Le conté que hoy nos queríamos marchar a la playa y me dijo que parecía que la cosa iba para delante, que le llevase hoy por la mañana para volver a ponerle medicación. Por la noche el conejín ya estuvo comiendo ensalada y bebiendo agua.

Y esta mañana teníamos que estar en el vete a las diez. La chiquinina se ha despertado antes de las siete, así que hemos podido terminar de preparar todo con muuuucha tranquilidad. A las nueve y pico, cuando estábamos cargando el coche, Dani se ha hecho un corte en el dedo bastante profundo con una cuchilla que tiene en el maletero para quitar el hielo en invierno. Oxidada, encima. Casi entro en pánico. Decidimos que él se vaya al centro de salud mientras yo voy con Sofía a llevar a Paul al vete. En la clínica le pinchan la medicación y me da la pauta para seguir dándole el resto de la semana primperan, dalsy y antibiótico. Al salir, Dani me dice que le han mandado al hospital para asegurarse de que no tiene afectados tendones ni nervios. Mientras él está en urgencias, yo le espero en el coche a la sombra, con los conejines en el trasportín y Sofía durmiendo en su silla, por suerte. Al final, Dani sale de urgencias a las once y pico, con tres puntos en el dedo y la antitetánica puesta. Y nos ponemos en camino.

El conejo pupas y Damara, listos para viajar. 

PD: Termino de escribir esta entrada en la cama, en Cádiz, así que, sí, hemos llegado. Y como me ha dicho la vete esta mañana (a ver si es verdad), ya sólo puede ir a mejor. Porque vaya semanita que nos hemos cascado...

domingo, 12 de junio de 2016

Pantallas, aburrimiento y entretener a los niños.

Sé que últimamente sólo escribo sobre temas de maternidad y crianza, pero es que leo mucho sobre el tema, lo estoy viviendo de manera más o menos intensa, y me gusta reflejar aquí un poco mis reflexiones sobre lo que ocupa mi mente. Y esto lo ocupa un montón ahora.

En las últimas semanas, varias personas se han extrañado que a la peque no le pongamos dibujos en la tele ni programas infantiles. Se extrañan de que un bebé de catorce meses no vea la tele. ¿En serio? Incluso me han llegado a decir que es bueno, que les estimula (y luego nos quejamos cuando los niños no se saben entretener solos). ¿De verdad? No es que lo hayamos hecho muy a propósito, la chiquinina es una niña muy tranquila, se entretiene jugando sola cada vez más tiempo, y en casa no ponemos la tele prácticamente para nada, solo cuando cenamos Dani y yo, que aprovechamos para ver alguna serie que nos guste. La niña habrá visto un canal infantil como dos veces, en casa de su abuela cuando la hemos dejado con ella. A mí no me hace gracia que la sienten en una trona delante de la tele, pero entiendo que no la conoce mucho y es complicado entretener a un bebé chiquinín, y sólo han sido dos veces. Sí que hemos usado en el coche alguna vez los cantajuegos, más cuando era más pequeña, cuando lloraba y no podíamos parar para consolarla.

Hace unos días leí este artículo sobre el aburrimiento en los niños y me reafirma un poco más en mi idea. Además, da muy buenas ideas para cuando un niño dice que se aburre y no sabe qué hacer. Si nos pasa a los adultos, que cada vez gastamos más tiempo delante del portátil, del móvil o de la tele, pues es normal que nuestros hijos también quieran de eso que tanto nos gusta a sus padres. Es como cuando estamos Dani y yo tomando el aperitivo (guarradas) y a Sofía le damos un colín de pan, pues está llegando un momento que ya no cuela. Hasta ahora nos miraba con cara de pensar me estás timando, pero se conformaba. Últimamente ya no cuela siempre. Con el móvil/tablet llegará un momento que pasará lo mismo. Sería muy cómodo ponerle la tele un rato, sobre todo ahora que sólo quiere andar y necesita ir agarrada de un dedo porque todavía no se ha soltado. Pero siento que a largo plazo sería peor el remedio que la enfermedad. De momento a ratos se queda sentada jugando y yo puedo hacer cosas, y a ratos me toca estar con ella porque quiere moverse o estar conmigo. Y nos vamos adaptando. No digo que sea algo perjudicial o que me parezca mal que otros peques vean más o menos la tele o la tablet, pero me llama la atención que a veces se tira mucho de ese recurso más por comodidad que por otra cosa.

Hacemos unos meses, leí un libro sobre el tema del aprendizaje y el asombro en los niños, que me gustó bastante. Se llama Educar en el asombro, de Catherine L'Ecuyer. Recomendable para quien le interese el tema.

jueves, 9 de junio de 2016

Una buena siesta.

No es fácil pillar a un conejo durmiendo. Si lo hace, es porque se siente seguro y cómodo. Y que un conejo se te duerma en brazos me parece altamente improbable. Aunque me pasó una vez. Al poco tiempo de llevar a Paul a casa, cuando aún no había empezado con el celo, un día se me esnucó encima mientras lo acariciaba. Tengo pruebas :P


Lo sé, la foto es regulera y está desenfocada, y los teléfonos de 2012 no daban para mucho...

Desde entonces no le había visto otra vez tan relajado, hasta ayer, que le pillé haciendo la siesta al lado de Damara. Aunque la chiquinina se la fastidió un poco...



miércoles, 1 de junio de 2016

Más planes viajeros.

Hace como un año y medio escribí una entrada sobre mis deseos viajeros. Como suele pasar con los deseos, unos se cumplen y otros no, pero hay que tenerlos en mente y no olvidarse de ellos. Sí que es verdad que mis circunstancias han cambiado mucho, ahora tenemos un bebé de un año, que está empezando a andar, y la perspectiva de pasar siete u ocho horas en un avión con ella se me hace un poco cuesta arriba. Y eso que es una bendita y los dos viajes que hemos hecho en avión con ella los ha pasado muy tranquila y durmiendo casi todo el tiempo. Pero aún así, mi propósito de ir a la Costa Este de Estados Unidos, por ejemplo, lo voy a dejar un poco en stand by.

Peeero, con mi perspectiva de madre se me están ocurriendo un montón de viajes y escapadas que hacer en los próximos meses/años (ya volveremos a EEUU cuando la niña sea un poco mayor). Se me ocurren:
Escapadas de fin de semana/puente a Lisboa, Ámsterdam, Florencia, Praga o Copenhague.
Coger un coche y recorrer unos días el lago Como y esa zona de los Alpes italianos.
El road trip por la costa cantábrica, aunque esto parece que lo estamos haciendo por fascículos.
Una ruta por el sur de Francia. Tenemos pendiente ir a Carcassone.
Visitar Canarias o Baleares.

Sé que siempre se me ocurren muchas cosas que al final no hacemos, no por falta de ganas, pero sí por falta de tiempo y dinero. Peeeero (guanmortaim), de vez en cuando mi marido se lía la manta a la cabeza y me deja dar rienda suelta a mi espíritu de organizadora de viajes. Y por ello, este verano nos vamos a conocer Escocia, donde estaremos nueve días haciendo ruta por las Highlands y en Edimburgo. Ahí es ná. De momento tenemos los vuelos y los alojamientos, mientras me sigo empapando de información en los foros de losviajeros.com. La verdad es que pensándolo en frío, ahora que ya estoy inmersa en la planificación, hay cosas que me acojonan un poco, sobre todo por la niña. Estoy intentando que el ritmo de viaje sea muy relajado, pero no deja de ser un viaje en coche, durmiendo en sitios diferentes cada pocos días, lo mismo es mucho trote para la chiquinina. Pero por otro lado me hace mucha ilusión, creo que ella se adapta muy bien a los cambios y nosotros procuramos adaptarnos a sus rutinas y horarios aunque estemos de viaje. Si nos sale bien nuestro primer road trip en familia, espero que sea el primero de muchos..

En fin, que voy con el plan. Volamos a Edimburgo, pero llegamos por la tarde, así que cogemos un coche de alquiler y nos vamos a dormir cerca de Dundee, para al día siguiente ver St. Andrews y el castillo de Dunnotar. Dormimos cerca de Stonehaven y al día siguiente vamos hacia Inverness, viendo por el camino el castillo de Balmoral y el de Braemar. Dormimos cerca de Inverness esa noche y la siguiente para dedicar el día completo a la zona del lago Ness. Las dos siguientes noches dormimos en la isla de Skye para verla con tranquilidad, y de camino ver el castillo de Eilean Donan. Después de la isla, salimos en ferry y vemos el viaducto de Glenfinnan, Fort Williams, Glencoe, Luss para dormir cerca del lago Lomond. Y el último día de ruta pasamos por Stirling antes de llegar a Edimburgo, donde nos quedamos tres noches más.



Casi 600 millas, que serán más porque lo he puesto un poco por encima. Ese es el plan, que es bastante relajado, pero lo podemos hacer aún más relajado si vemos que es mucho trote para la peque. Pues nada, prometo diario de viaje, pero no puedo prometer que lo termine este año :P

¡Y encima por la izquierda!