De hibernaciones, oasis primaverales y sancortinglés.
Voy p'allá con una entrada remezcla de esas que me molan, que hace mucho que no actualizo.
Hoy es sancortinglés, o San Valentín si prefieren. Ya he hecho varios años mi alegato a favor de quererse mucho todos los días del año, y no caer en la vorágine consumista de este día, pero también tengo que reconocer que a nadie le amarga un dulce. Así que esta noche me toca cena-chachi-guay con mi maridito, en casa, eso sí. No por el dinero, que afortunadamente tenemos curro los dos y de cenar fuera no nos privamos nada. Mis lorzas lo atestiguan. Más bien es porque hoy estará todo petao. Así que un buen plato de pulpo, un buen queso y nuestra paleta ibérica acompañarán a un vinito rico, en nuestra casa calentita, con pijama si hace falta. Estéticamente no es muy romántico, pero a mi me apetece un montón. Y las moñadas ya se las diré al interesado en directo esta noche :P
El finde pasado teníamos plan de salir a comer con unos amigos y sus hijos fuera, pero por circunstancias no se pudo hacer, así que decidimos, tal y como estaba el tiempo, hibernar un poco. Así que, el sábado nos pasamos la mañana yo dándole al portátil y Dani dándole a la Xbox, jugando a los zombies con Víctor online, en el sofá, pijamita aún puesto, y sin mucha intención de hacer nada hasta por la noche, que quedamos con Andrea para ir a cenar al Peggy Sue's y después nos tomamos una en un pub irlandés. Y el domingo más de lo mismo, nos levantamos casi a la hora de comer, haciendo una cura de sueño. Comimos y después de comer vimos el segundo capítulo de la tercera temporada de Sherlock. Por la noche se nos ocurrió la feliz idea de salir a cenar algo por ahí y pasó lo que tenía que pasar. Cuando volvíamos a casa nos cayó tanta agua que llegamos hasta con los paños menores empapados. Y eso que el bar está a diez minutos de casa... Si es que cuando hay que hibernar no se puede salir de juerga.
Y eso, que hace un tiempo muy asqueroso. Empiezo a estar un poco hasta el moño del invierno. Sobre todo porque hace muchos días que no veo el sol. El frío me molesta pero lo llevo, pero el agua me jode un montón. Así no hay manera de hacer la lagartija, oigan. El sol lo vi ayer, que hacía un día de primavera: solete y buena temperatura, y lo que me jodió fue tener que irme a currar. Pero me molan un montón esos días de febrero (que todos los años hay alguno), que si te quedas parada al sol no sabes si es febrero o principios de mayo. Bueno, porque los árboles están pelaos y no huele a primavera, pero si no...
Habrá que darse mucho amor mientras desespero porque llegue la primavera <3