A dos meses...
[Me había dejado esta entrada colgada por ahí, pero bueno, aunque sea con más de una semana de retraso, allá va.]
... de mi particular fiesta sanferminera. Yo sigo con mis cuentas atrás, como siempre. Y parece que fue ayer cuando decidimos que nos casábamos. La verdad es que, a dos meses, ya está casi todo preparado. Sólo quedan los pequeños detalles, que pueden ser más quebradero de cabeza que nada, pero pequeños y prescindibles al fin y al cabo. Lo importante ya está: el concejal que nos lea el contrato, la fiestorra pa celebrarlo y la gente que queremos que esté con nosotros. El resto son añadidos, que hacen la cosa más molona, sí, pero sólo accesorios.
Y como esto va de cosas personales, que no soy un blog pofesioná, voy a contar una pequeña anécdota relacionada con la boda.
Hace un par de semanas fuimos a elegir las alianzas. Nos las quiso regalar la madre de Dani, así que nos fuimos los tres a mirar a las joyerías que tenemos por la calle Mayor de Alcorcón. La elección era fácil, bueno, ya estaba hecha, así que íbamos a mirar precios más que nada.
Inciso: Al principio del todo casi, allá por septiembre u octubre cuando fuimos a coger fecha al ayuntamiento, nos preguntaros si queríamos hacer intercambio de alianzas. La verdad es que en ese momento ninguno de los dos estábamos muy por la labor, pero pensándolo un poco cada vez nos hacía más gracia. La verdad es que es sólo un símbolo, pero al final, aunque sea algo cultural, uno lo acaba haciendo propio y hace ilusión :)
Sigo con lo de la compra de las alianzas. El caso es que cuando decidimos que sí queríamos alianzas, lo primero que yo dije fue "pero nada de chorraditas, alianzas clásicas y ya está", porque no me van mucho las alianzas con grabados ni de varios colores o esas cosas. Dani me miró con cara de... "Ya, ¿tú me ves a mi con una alianza que no sea clásica?". Pero la cosa no quedó zanjada. Yo quería alianzas de oro blanco, pero Dani me dijo que prefería de oro amarillo. "En fin, pensé yo, para una cosa que quiere de una manera concreta... Con el resto de cosas de la boda he decidido yo más... Y en esto tampoco me importa ceder..." Y así fue, decidimos que alianzas clásicas de oro, que no pasan de moda :P
Pues ná, allí estábamos hace dos semanas, buscando las alianzas, que si me gustan más finas, que si no muy planas de caña, mejor de media caña alta, mejor de 3 milímetros, patatín patatán... Total, que veo una alianza que pensaba que era de oro blanco en un escaparate. Me encantan. Le digo a Dani "quiero como esas, si quieres de oro amarillo vaaaleee...". Y al ir a preguntar el precio, ¿qué nos dice la amable dependienta? ¡¡¡QUE SON DE PLATINO!!! O_o
Total, que siempre me pasa lo mismo. Tengo ojo clínico. He nacido para rica, pero me quedé en el camino... Ainssss...
Qué se le va a hacer, tengo buen gusto pero puede más mi razón ;)
Así que al final serán algo así:
No hay comentarios:
Publicar un comentario